13: Mala decisión

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Eliot se encontraba echado boca arriba en su jardín, mirando las estrellas. Recordaba aquel oscuro lugar, había podido sentir la presencia de Jadi, ella estaba esperando ahí.

—Mi Jadi —susurró.

*Recuerdo*

—Mi Eliot… —murmuró Jadi mientras se le acercaba con tristeza.

—¿Qué sucedió? —la abrazó.

—Reprobé taller de diseño.

—Bah, descuida, ese arquitecto es algo molesto…

—Mi papá se enojó un poco conmigo.

—Normal, entenderán que no es fácil.

—Me quedé atrás… Y yo que quería alcanzarte, ¿por qué no repruebas?

Eliot sonrió.

—Seguro lo haré, tranquila —rió en silencio y ella rió un poco también—. Ya no estés triste, ¿qué dices si vamos y te compro el helado que más te guste?

—Terminaré gorda contigo —le aseguró ella con una sonrisa.

Él negó con la cabeza y la tomó de la mano.

*Fin del recuerdo*

Eliot no sabía qué hacer, ¿qué pasaba si no podía hacerla volver? Sacudió la cabeza ante ese pensamiento.

*Recuerdo*

Revisaba su perfil de facebook cuando vio un comentario de una antigua compañera suya, Paola.

«Hola guapo, se te extraña, ¿qué es de tu vida?»

Jadi le había respondido a los pocos minutos:

«Es mío, así que deja de extrañarlo, ya no es parte de tu vida»

No pudo evitar reír. Miró a Jadi de reojo, ella se encontraba en el sofá concentrada en su laptop. Volvió a su pantalla y la cerró, de pronto Jadi se puso de pie.

—¿Qué significa esto? —preguntó, enfadada.

—¿Qué…?

Le mostró su laptop, tenía el Facebook abierto en una página de la facultad que tenía fotos de muchachos.

—Así que eres uno de los “chicos de la semana”, ¿eh? —reclamó.

Eliot quedó sorprendido.

—¿A qué hora publicaron eso?

—¡Para eso subes fotos a internet! —siguió reclamando la chica— Para que todas las zorras te coman con los ojos. 

—No exageres, sólo soy yo sentado bajo ese árbol dibujando algo.

—¡Y mira los comentarios!

Él suspiró, abrió su laptop, entró a otra página y le mostró a Jadi.

—¿Y esto qué es?

Ella se sorprendió al ver una foto suya como chica de la semana en otra página similar. Quedó horrorizada.

—¿De cuándo es eso?

Eliot la miró incómodo.

—Todos los hombres se fijan en ti, ¿y así me reclamas? Mira estos comentarios de tantos perros, lo peor es que no quitan la foto por más que lo he pedido y denunciado.

Jadi guardó silencio unos segundos, algo sorprendida.

—Bueno, igual. Al ver que estoy contigo no fastidian, sin embargo las mujercitas esas no se detienen aunque vean que eres mío.

Dos historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora