Para Que Nadie Se Entere. -Juan Pablo Villamil.- LDA #2

Cap. 4

Antonia
Viernes en la mañana. Ayer que llegue a casa después del "problema" con Villamil, Juanpa ya estaba en el departamento, pasamos una noche agradable. Había terminado de arreglar mi bolso y salí del departamento rumbo al auto donde ya me esperaba mi novio.
Estaba por entrar al auto, pero entonces Juanpa hablaba por teléfono al ver que me acercaba lo colgó rápidamente.
Esto estaba comenzando a hartarme, hablaría con él cuanto antes.
En el camino compartimos algunas palabras.
Hoy al llegar entre al salón donde ya se encontraban mis compañeros estelares, saludé a todos y entonces llegó Pedro con dos maestros.
Teníamos un coreógrafo, maestro de canto.
Pedro: Ellos estarán con ustedes todo este medio año de preparación, ellos les harán encontrar su verdadero ritmo
Después de este mensaje, Pedro se fue y nos quedamos con ambos maestros.
Maria quien es la coreógrafa nos paró, pues las primeras dos horas serían de baile sin parar.
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Después de una larga mañana de clases, llegó la hora de la salida. Simon y Martín vendrían por mi, era viernes, así que iríamos al dichoso lugar a celebrar mi logro.
Habían decidido que pasaríamos a comer antes. Lo cual agradecí pues Santi y Mau se habían acabado la pizza que habíamos pedido.
Llegamos al Subway más cercano y encargamos nuestro almuerzo.
Antonia: No saben cuánto me alegra que estén aquí. Los extraño demasiado, me hacen muchísima falta -solté un bajo suspiro rodando los ojos-
Martín: No te creas eh, a veces despierto y me voy directo a tu habitación, olvido que no estás en casa -me abrazo por los hombros-
Simon: Eso es cierto, siempre llega y me dice "Moncho, extraño a Tony" -tomó un sorbo de su bebida-
Antonia: Tu si que eres adorable, Vargas -reí con ligereza besando la mejilla de Martín-
Simon: ¿Juanpa vendrá con nosotros en la noche? -preguntó con curiosidad-
Antonia: me pregunto lo mismo, en realidad no lo sé, yo espero que si -me encojo de hombros-
Villamil
Había decidido quedarme en el hotel. Simon y Martín habían salido con Tony, y había oído que Isaza se había quedado también, solo que cada uno en su habitación.
Me causaba verdadero conflicto el que Antonia se sienta muy a gusto con Zurita. Sé que soy yo el que la cagó completamente, y si, me di cuenta tarde, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por tenerla conmigo. Nadie iba a amarla como yo lo hago.
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Antonia
La tarde pasó rápido, al darme cuenta ya eran las 8:00 de la noche, había invitado a Santiago y Mauricio a la celebración a la que iría con mis chicos y ellos habían invitado a Ale y Maca, Vico y Carlos no podrían asistir pero igual nos desearon una buena noche. Santi y Mau irían por mi a casa, no había rastro alguno de Juanpa para la tarde. Pero algo me decía que esta noche sería completamente increíble sin el.
Había decidido ir lo más cómoda posible. Un top negro, pantalón de mezclilla holgado, chaqueta de cuero, tenis y maquillaje de ocasión.
A las veinte minutos el mensaje de Mauricio llegó a mi WhatsApp avisándome de que estaban abajo esperándome.
Subí al auto donde se encontraban mis dos bebitos.
Antonia: Ustedes de verdad son tan guapos, ¿se casan conmigo?... uy perdón, que Santi ya está flechado por Ale -hice una mueca burlona apretando su mejilla-
Santiago: Sisi Vargas, lo que digas -río mientras conducía hacia el bar-
Mauricio: Mira tú puedes darnos misa, pero nosotros sabemos que te gusta, somos tus mejores amigos Santiago Achaga, te conocemos hasta el alma -río irónicamente-
Santiago: A ver, qué yo a ustedes también les puedo sacar sus trapos al sol eh, yo también soy su mejor amigo. A ver señor Abad, cuéntenos que se siente ligeramente atraído por la señorita Macarena García, y usted señorita Vargas, ya no se siente a gusto en su relación con el señor Zurita -soltó rápidamente-
Antonia: ya se molestó el salame -mire a Mauricio mientras copiaba la ya famosa palabra de Santiago- además Achaga yo nunca dije que no me sentía cómoda en mi relación. Solo dije que Villamil me estaba haciendo todo más difícil
Mauricio: Tony, ¿no crees que deberías darle la oportunidad otra vez?, digo, ustedes se amaron mucho, tal vez es el destino el que los quiere juntos
Santiago: igual Tony, si no te sientes segura, piensa bien las cosas. Y en lo que decidas, nos tendrás acá para apoyarte -sonrío mientras aparcaba el auto en el estacionamiento del lugar-
Antonia: No se si saben, pero los amo demasiado -sonrío besando las mejillas de ambos-