Esperanza 2 ~ Lechu/ Claumilia

1.3K 126 26
                                    

Todo había pasado muy rápido. León enojado había salido corriendo de Like y Emilia lo siguió preocupada de que le pasara algo.

Ambos se escaparon, se subieron a un auto. León conducía, ¿Hacia dónde? No lo sabía, solo quería irse lejos antes de hacer una estupidez.

Y así fue como, en una curva, impactaron contra otro vehículo.

Ahora estaban en el hospital, ambos en estado crítico. Golpes y cortes por todos lados y, lo más importante, ninguno despertaba.

En cuanto Machu entró al hospital lo único que había en su mente era ver a León. Ella no era de esas personas que se arrepentía tan fácilmente, y nunca fue buena para disculparse.

Entró a la habitación y las lágrimas comenzaron a aparecer. Ella tomó su mano, sintió su débil pulso y se acercó aún más.

Machu dio un largo suspiro y, de rodillas, acercó su rostro al de León.

–Te amo– susurró–. Por favor nunca olvides que te amo. Sé que quizás no me escuches, o quizás sí, pero necesito decirte que todo fue un error. Soy una tonta, León. El doctor dice que casi no hay esperanza de que despiertes, pero yo sé que tú podrás salir de esta. Porque... Porque eres el chico más valiente que conozco.

Al otro lado, en otra habitación, para Claudio se le hacía imposible entrar. No porque no lo dejaran, sino porque su consciencia, su tristeza y su corazón ahora destrozado, impedían que diese un solo paso.

Pensó en Martina y las lágrimas caían aún más rápido, si eso era posible. Esa pequeña que se había ganado su corazón, si no entraba porque sentía que él no se lo merecía, entraría por Martina.

Y así lo hizo, entró. La vio acostada en esa cama de hospital, dormida, lastimada. Se acercó y secó sus lágrimas antes de hablar.

–Yo... Agh, yo no... No puedo hablar– dijo–. Esto es mi culpa. Todo esto es mi culpa. Emilia... Por favor despertá. Sé que no merezco otra oportunidad y odiame si queres, pero... Necesito una esperanza, necesito que despiertes, por Martina, por... Porque te amo.

Pasaron quince minutos que para Machu y Claudio parecieron simples segundos. Entonces, él despertó. Abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue exactamente con lo que había soñado durante todo el tiempo que durmió, a ella.

Machu estaba dormida en su regazo, pero no había soltado su mano jamás. Él se dio cuenta y apretó su mano aún más fuerte, causando que ella despertara.

–¿León?– preguntó creyendo que estaba soñando.

–Me da mucho gusto verte– dijo él.

Machu no lo pensó dos veces y se acercó para besarlo, le dio mucha tranquilidad cuando él le respondió.

–Te extrañé, te extrañé mucho– exclamó ella llena de emoción.

–No me fui a ningún lado– bromeó él causando que ambos rieran.

Del otro lado, Claudio solo se tranquilizaba observándola. Ella seguía dormida, sin dar señal de querer despertar.

Entró la enfermera y le pidió que saliera.

–Déjeme cinco minutos más, por favor.

–Chico...

–Por favor se lo pido. Necesito estar con ella.

La enfermera lo miró cinco largos segundos.

–Solo cinco minutos, ni uno más, ¿Bien? Nos vemos– ordenó antes de irse.

Claudio se quedó observando la puerta. Cinco minutos no serían suficientes para aliviar su culpa.

–¿Estoy en el cielo?– se escuchó de pronto en la habitación. Él volteó con el corazón latiendo a mil por hora–, ¿Te digo un secreto? Aún estoy enamorada de mi ex novio. Aunque sea un idiota, escuché que él me ama. Y no me importa nada, porque la vida es muy corta y yo quiero estar con él.

Claudio se acercó y le dio un gran abrazo.

–Emi, yo... Yo no quería perderte– dijo al borde de las lágrimas.

–No me perdiste– dijo ella antes de que ambos se alejaran levemente y se quedaran viendo  a los ojos– Aquí estoy, Claudio. No me iré a ningún lado.

Entonces se besaron. Sientiéndose, amándose, porque se habían extrañado como el infierno. Porque creyeron que no podrían volver a verse jamás. Porque, a pesar de que habían pocas esperanzas, Dios les había dado una segunda oportunidad.

 Porque, a pesar de que habían pocas esperanzas, Dios les había dado una segunda oportunidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perdooon. Sé que dije que actualizaría ayer y no lo hice, pero se fue el internet de mi casa y no pude continuar escribiendoo. Lo siento, pero hoy en cuanto me desperté comencé a terminarlo y bueno, aquí está.

Me dio tristeza escribir esta parte. Gracias a Dios yo nunca he vivido una situación así, tipo tener que acompañar a alguien en un hospital porque tuvo un accidente. Pero creo que Claudio y Machu lo manejaron muy bien (dentro de lo posible).

Ojalá les haya gustado y nos leemos pronto. Se despide, Tamara.

Pd: Sé que algunos querían venganza o que los innombrables sufrieran más por ese maldito beso, pero creo que este fue sufrimiento suficiente jaja.

Claumilia & Lechu ~ One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora