Él ya estaba cansado, la situación lo superaba por completo. Y es que hacer los trabajos de Kevin era demasiado, ya casi no tenía tiempo ni de estar con su novia.
Claudio ya no podía más. Ni siquiera dormía por escribir doce páginas y media de ensayos para su hermano. Y aunque sabía que era por su bien, aveces el cansancio lo hacía olvidar todo.
Así que cuando tuvo la oportunidad, Claudio se negó rotundamente a seguir siendo extorsionado. En simples palabras, mandó a su hermano al carajo.
Kevin había reaccionado bien, demasiado bien como para haber sido real. Porque aunque el argentino había sentido cierta tranquilidad luego de enfrentarlo, lo que pasó después acabó por completo con cualquier milésima de felicidad que él tuviese.
León caminaba rápidamente hacia Claudio por el pasillo, seguido muy de cerca por Machu quien intentaba detenerlo.
–¡León, no lo hagas! ¡Por favor!– gritaba la joven.
Claudio no entendía nada, solo veía al mexicano cada vez más cerca de él y con un semblante nada amigable.
–¿Qué pasa?– preguntó antes de recibir un fuerte golpe en la mandíbula.
–Eso fue por mi amiga– dijo León mientras se deleitaba observando a Claudio quejarse por el golpe– y esto es por mi novia, grandísimo infeliz.
Entonces otro golpe, aún más fuerte que el anterior, impactó contra el ojo izquierdo del argentino.
–¡Basta! ¡León, por favor escúchame!– exclamó Machu.
–¡No quiero escucharte! ¡Ni a ti ni a este poco hombre! Son un par de mentirosos, ¿Saben qué? Son tal para cual ustedes– dijo León furioso y, antes de que Machu pudiese decir algo más, salió como un rayo del pasillo.
–¡Agh!– gritó la chica con frustración.
–¡¿Qué carajo acaba de pasar?!– preguntó Claudio exhaltado. Machu volteó a observarlo.
–La sala principal– explicó–, hay una enorme proyección de la foto en que tú y yo estamos besándonos.
Él no podía creerlo. –¿Emilia lo habrá...?
Entonces, como por arte de magia, su novia apareció por el pasillo. Caminó a toda velocidad y, cuando tuvo a Claudio frente a ella, Emilia golpeó su mejilla con una sonora cachetada.
–Eres un... Ni siquiera puedo decirlo– habló con lágrimas cubriendo sus ojos.
–Amor, escucháme, por favor. Te lo puedo explicar.
–Cállate. Solo cierra la boca, Claudio– ordenó ella–. No puedo creer que después de todo lo que pasamos me hicieras esto. No... No me lo merezco.
–Emi...
–No me digas así. No vuelvas a llamarme así nunca más en tu vida, ¿Me oyes?– pidió Emilia, esta vez sin poder retener las lágrimas– Terminamos, Claudio Meyer. Hasta nunca.
Y, al igual que su amigo, Emilia se fue como un rayo.
–Neta no lo puedo creer. Eres un idiota, dijiste que tenías todo controlado– exclamó Machu.
–Me equivoqué, ¿Bien? Pero no te quejés de esto como si fueses la única a la que le afecta. Yo acabo de perder a Emilia.
–Pues si la perdiste fue porque fuiste un idiota que no sabe el significado de la frase "Encárgate de Kevin".
Claudio estaba en la enfermería acompañado de Machu. Los golpes habían causado mucho daño, pero nada dolía tanto como lo que Emilia le había dicho.
–Ya sé– exclamó él–, lo siento.
De pronto, un teléfono celular comenzó a sonar. Claudio lo sacó de su bolsillo y contestó.
–¿Hola?– dijo.
–¿Claudio? ¿Claudio Meyer?– preguntó la voz del otro lado.
–Sí, con él. ¿Quién habla?
–Claudio, soy el primo de Emilia, ¿Me recuerdas?
–Ah, el luchador. Sí... este... Emilia no está conmigo ahora. ¿Querías hablar con ella?
–No. En verdad tengo que informarte algo.
Claudio frunció el ceño. ¿Habrá pasado algo grave con Martina?
–Decime.
–...Esto es complicado... Mira, Emilia... Emilia...– al hombre se le cortó claramente la voz– Claudio, Emilia tuvo un accidente. El auto en el que iba chocó fuertemente con un poste, ahora está en el hospital y... y la esperanza de que despierte es cada vez más baja.
Tal fue el shock al escuchar eso, que Claudio soltó el teléfono. Machu lo miró preocupada.
–¿Qué pasó?– preguntó la chica con impaciencia–... ¿Claudio?
Entonces Soledad entró hecha un fuego a la enfermería.
–Machu...
–Soledad, qué bueno que llegas. Claudio me está dando miedo, recibió una llamada y...
–Machu– interrumpió Sole.
–¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?!
–León y Emilia tuvieron un accidente. Están en el hospital.
Continuará...
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¡Volví! Jaja. Bueno, estoy triste por el final de Like, pero les informo que esto recién comienza ahre.
Primero, les traigo esta historia en que Emilia y León se enteran por fin del beso de los innombrables (algo que me hubiese gustado ver en la serie). Así que, espero les guste y la siguiente parte la subiré hoy, ¿A la noche? ¿A la tarde? No sé, pero será hoy.
