Claumilia & Lechu ~ One Shots.

El fracaso parte 1 ~ Lechu/ Claumilia

Él se sentía un idiota. Había cometido un error que creyó nadie jamás descubriría, pero se equivocó enormemente, y esta vez, no sería tan fácil remediarlo.

Ella se sentía humillada. No era su culpa lo que había pasado, sin embargo, los rumores corren muy rapido y mientras corren se distorsionan por completo.

Para León y Emilia, este había sido el peor día de todos.

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22 horas antes del fracaso...

Emilia no pudo evitar acercarse a su amigo en cuanto lo vio. Y vaya que era raro verlo ahí, y a esa hora.

—¿Por qué tan solitario?— le dijo tocando su hombro.

León alzó un poco la mirada y Emilia notó el cansancio de sus ojos casi al instante.

—Llevo estudiando desde las diez. Juro que si no tomo una siesta ahora mismo, me desmayaré.

—Espera, ¿Tú estudiando? ¿Machu te hizo uno de sus hechizos de brujería o qué?

—Ja ja— rió León sarcásticamente— No te digo nada solo porque estoy muy cansado. Es más, mejor me voy a dormir ahora.

—Sí, deberías. No lograrás que te entre nada a las cuatro de la mañana. Ya lo he intentado.

—Bueno, con mayor razón me iré— el chico se puso de pie cuando, como por arte de magia, se dio cuenta de un  pequeño detalle— Alto, ¿Y qué haces tú aquí a esta hora?

—Yo... estaba paseando. Es que aveces soy sonámbula y...

León la miró escéptico.

—Emilia...

—Okay, okay— dijo dandose por vencida— Tuve un sueño estúpido con, ya sabes, Claudio, y como tú mismo me dijiste ayer, no me quiero seguir ilusionando. Así que me desperté a mí misma y me dije "Caminar un rato me hará bien". Y aquí me tienes.

—Tú no tienes remedio, eh.

—Te equivocas. Esta vez seré firme con mi decisión de olvidarlo, te juro que Emilia Ruiz no volverá a caer ante los encantos de ese chico.

—Está bien, está bien. Vamos a ver cuanto dura esto. Mientras tanto, yo sigo intentando que Machu se entere de lo de su mamá.

—Ay León, la neta creo que deberías tener cuidado con lo que haces. No sabemos lo que pueda hacer la mamá, bueno, la abuela de Machu si se entera.

—No se enterará, tranquila. Pero ahora necesito pensar en un plan.

—¡Tengo una idea!

—¿Ah si? ¿Cuál?

—Vete a dormir a ver si sueñas algo. En serio, ya casi ni se ven tus ojos por las ojeras.

León rió.

—Va. Ahora sí me voy. Pero tú no te quedes hasta tan tarde, eh.

—Tranquilo.

Y así, León se fue a dormir, dejando a una Emilia solitaria que, aunque le costara, quería y necesitaba sacar a cierto argentino de su mente. Algo que se estaba haciendo muy difícil.

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11 horas antes del fracaso...

Se levantó exactamente a las nueve de la mañana. Lo malo era que en toda la noche no se le había ocurrido nada para que Machu se enterara de la verdad.