El fracaso parte 2 ~ Lechu/ Claumilia

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Hora del primer fracaso...

León y Emilia se encontraron en el patio. Ya era típico de ellos toparse en los mismos lugares a las mismas horas.

-¿Qué haces aquí?
-¿Por qué estás aquí?

Dijeron al mismo tiempo. Al final, León se decidió a contestar primero.

-Quedé de juntarme con Machu aquí. Ibamos a juntarnos durante la clase de Isadora, pero nos descubrieron en plena fuga, así que decidimos posponerlo.

-Ya veo.

-Bien, ahora tú contesta.

-Okay. Yo al principio estaba buscando a Tony para decirle que ya no me voy a meter más en su camino y...

-¿En su camino?

-Ay, ya sabes, ella y Claudio, novios.

-Ah, entonces lo que me dijiste anoche era en serio, te vas a olvidar de él.

-Por supuesto que era en serio, León. Bueno, pero ahora pensé que no le daré el gusto a Antonia de verme rendirme, así que no le diré nada. Que ella sola se de cuenta. Aunque le va a costar con las pocas neuronas que tiene- León rió- Oye y hablando de pocas neuronas, ¿Ya pensaste en cómo decirle a Machu lo de su mamá?

-No. La neta estuve pensando toda la noche y nada. Necesito tu ayuda Emilia.

-Ah no, por favor déjame fuera de todo esto. No quiero que después la loca esa se meta conmigo.

-Es que ya no sé qué hacer, cada vez se hace más difícil ocultarle la verdad.

-¡Pues no se la ocultes!

-¿Y qué quieres que le diga? Oye, Machu, ¿Sabes qué? Tu mamá no es tu mamá, es tu abuela. Tu verdadera mamá es Soledad y toda tu familia te mintió para no quedar mal ante el resto del mundo. ¿Eso quieres que diga?

-León.

Bastó una palabra para que tanto León como Emilia se quedaran helados. Ambos se giraron a su derecha y se encontraron con nada más y nada menos que Machu.

-Mierda.

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Hora del segundo fracaso...

Huyó lo más rápido que pudo y se encerró en su habitación. Emilia conocía un poco a Machu y sabía que, aunque ella no tuviese culpa de nada, hubiese salido muy herida de esa conversación. Además, aquello era algo entre Machu y León.

Se sentó en su cama cuando sintió la puerta abrirse.

-Oye, no puedes entrar aquí.

-De poder, puedo- contestó Kevin tan directo como siempre. Luego entró aún más a la habitación- ¿Está Antonia aquí?

-No y ya te dije que no tienes permitido entrar.

Él volteó a verla.

-Claro, pero si yo fuese Claudio hasta me pondrías una alfombra roja.

-¿De qué hablas?- preguntó Emilia poniendose de pie. Ese chico ya la estaba hartando.

-De que estás que desmayas de amor por Claudio y te mueres porque deje a Antonia para que esté contigo ¿O me equivoco?

Emilia guardó silencio. ¿A qué venía todo eso? Sentía una inmensa rabia en su interior; todos sabían que Claudio la tenía en la palma de la mano.

-Pobre- dijo Kevin finjiendo conmiseración- ¿Sabes? Yo no entiendo qué es lo tanto que le ven. No es más que un hijo de papi que siempre lo tiene todo, aunque no se lo merezca.

-Lo que pasa es que tú tienes envidia. Porque sabes perfectamente que él es mil veces mejor persona que tú.

Kevin rió.

-¿Envidia yo?, por favor. Lo único que le envidio a Claudio son las chicas que andan a su cola. Digo, Antonia es un bombón y, tú, tampoco estás nada mal- acto seguido, la barrió entera con la mirada.

-¿Te digo algo? Será mejor que salgas de aquí ahora mismo si no quieres que te saque a patadas.

Él, lejos de obedecer, se le acercó.

-¿Y qué pasa si no quiero salir? ¿Vas a llamar a Claudio para que venga a ayudarte? Sabes perfectamente que él debe estar con Antonia ahora y que nunca la dejaría sola por tí.

Emilia retrocedía cada vez más mientras que él seguía acercándose.

-Claudio no será mi novio, pero es mi amigo. Confío en que estará para mí cuando lo necesite.

-No seas tan ingenua, Emilia. Deberías... mirar hacia otros lados. Olvidarte de ese poco hombre que no te merece.

Emilia quería seguir retrocediendo, pero la pared se lo impidió. Kevin estaba demasiado cerca y, antes de que pudiera acercarse más, ella trató de huir. Sin embargo, Kevin la tomó de la cintura antes de que lograra escapar. Tal fue la fuerza, que ambos cayeron al suelo.

-¡Suéltame!- decía Emilia tratando de zafarse del agarre, sin resultado- ¡Que me sueltes, idiota!

-Shh, nos van a oír- contestó él. Luego sujetó las manos de Emilia por sobre su cabeza, y con sus piernas la  inmovilizó.

-¡Ayuda! ¡Por favor!

Kevin comenzó a besar su cuello lentamente y ella seguía intentando soltarse. Tenía mucho miedo, solo ansiaba que alguien la ayudase.

-Clau... dio- dijo en un susurro ya casi sin esperanzas.

Y fue en ese momento que la puerta se abrió.

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Enfrentando el fracaso...

-No... no sabía que estabas escuchando- fue lo único que León atinó a decir. Machu no había dicho ni una palabra desde que Emilia se había ido.

-León, ¿Qué fue lo que dijiste?- preguntó mirándolo fijamente. Quizá había escuchado mal, quizá su novio solo estaba bromeando.

-Yo... Machu, creo que será mejor que te sientes.

-¿Que me siente?- dijo alzando la voz- Pues no me pienso sentar hasta que me contestes ¡Qué fue lo que dijiste!

-Amor...

-Amor tu mamá. Habla, maldita sea.

-Va, va. Escucha yo no... no quería que te enterases así. Te juro que te lo iba a contar...

Machu sintió un fuerte dolor de cabeza, creía que iba a desmayarse.

-¿Contarme... qué, León?

-Machu, tu... Tu mamá, te mintió.

-¿En qué?- él se quedó callado y Machu volvió a insistir- León...

-Tu mamá no es María Inés, Machu. Tu mamá en realidad es... Sole. Me enteré por accidente el otro día y ellas me lo confirmaron y me rogaron que no te dijera nada.

Y fue en ese momento, que ella no resistió más. León logró reaccionar y sujetar a Machu, antes de que cayese al suelo, desmayada.

Continuará...

Claumilia & Lechu ~ One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora