La cena ~ Claumilia/Lechu

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–Lamento decirles que solo hay de comer pizza porque no alcancé a cocinar nada más– informó Machu mientras ubicaba los platos en la mesa.

–Ay, no te preocupes. La pizza es lo mejor– expresó Emilia poniendo los cubiertos sobre los individuales.

–Decime que, al menos, la pizza la compró León– dijo Claudio–. No puede dejar que vos hagas todo el trabajo, digo, el cargar un bebé debe ser muy cansador.

–Lo es– dijeron Machu y Emilia al mismo tiempo, y la segunda chica agregó–, Martina pesaba mucho en ese entonces.

Entonces la aludida apareció desde la puerta principal.
–¿Estaban hablando de mí?– preguntó antes de saludar a todos con un beso en la mejilla–. Ay, ya casi está por nacer, ¿No?– dijo apuntando la pancita de María Asunción.

–Así es, tiene siete meses– habló León entrando a la sala.

Ambas parejas habían decidido juntarse a cenar, en la casa de León y Machu, para conversar y divertirse un rato. Trece años habían pasado desde que dejaron Like y, aunque fuese difícil de creer, los cuatro no habían perdido contacto, mas bien se habían hecho muy buenos amigos.

Todos se sentaron alrededor de la mesa.
–Estoy muy feliz por ustedes– expresó Emilia–, sé cuánto habían intentado tener un hijo.

–Bueno, el amor todo lo puede, ¿Verdad, mi vida?– dijo León mirando a su esposa. Ella le lanzó un beso.

–El amor anda en el aire dicen por ahí, ¿No lo crees, Martina?– habló otra vez la joven mirando acusativamente a su hija.

–Mamá...

–Ay, ¿Estás saliendo con alguien, Marti? Yo te puedo dar muchos consejos, neta– dijo Machu emocionada–. Cuando yo tenía tu edad, muchos me decían que era la novia perfecta.

Emilia rió.
–¿Quién decía eso? ¿Silverio?

–¿Estuviste con el tío Silverio?– preguntó Martina, sorprendida.

–Sí, bella... y sí, Emilia, él lo decía– explicó ella–. ¿Recuerdas que me perseguía como un perrito faldero? Eso fue porque yo era la mejor novia del mundo.

–Okay, tiempo. Martina, ¿No te parece que sos demasiado chica como para tener novio?

León soltó una carcajada.
–Por favor, Claudio– exclamó–. Si cuando tú tenías la edad de Marti hasta habías perdido la virg...

–¡...A la virgen de Guadalupe!– se apresuró en interrumpir el argentino– Mirá, Marti, pasa que cuando yo tenía tu edad tenía una... ¿Foto?... Sí, foto de la virgen de Guadalupe y... este... la perdí. Fue muy triste, la verdad.

–Ay basta, ¿Pueden callarse para que Martina nos cuente acerca de su novio?– exclamó Machu.

–¡No es mi novio! Bueno, no del todo. Agh, es decir, estamos juntos, solo eso– explicó la menor.

–Demasiado juntos diría yo– inquirió Emilia–. Les cuento que ayer, cuando entré a la casa, me encontré con los tortolos completamente desnudos corriendo alrededor del sofá.

La cara de sorpresa de todos fue inevitable.

–¡¿Desnudos?!– exclamó Claudio casi levantándose de la mesa.

–Vaya, los jóvenes de hoy en día tienen ideas tan locas– dijo Machu con aire relajado–. Eso de correr desnuda nunca lo hice.

–¡Mamá! ¡¿Era necesario que lo dijeses en frente de todos?!

–Esas cosas no se hacen, Martina. Y yo te dije que te iba a castigar, ¿No?, Pues acabas de vivir la primera etapa del castigo– explicó la mexicana.

–¿Qué dices? ¿Desde cuando los castigos se dividen en etapas?– exclamó Martina.

–Desde siempre.

León se acercó a su esposa y le habló bajo.
–Creo que deberíamos dejarlos solos para que conversen.

–¿Estás loco?– exclamó Machu tan bajo como pudo– Escuchar este tipo de peleas nos ayudará para más adelante. Ya sabes, vamos a ser padres pronto.

–Listo– dijo Claudio poniéndose de pie y tomando su chaqueta–. Ya mismo me decís la dirección de ese pibe, que voy a conversar bien seriamente con él.

–¡No!– habló Martina– Él no tuvo nada que ver, ¿Okay? A mí se me ocurrió la idea, no es su culpa. Además, mi abuela me había dicho que mamá iba a llegar tarde.

Emilia rió sarcástica.
–Ah, bien bueno. Entonces perdón por "interrumpirte", hija.

–No, Martina, no entendés– inquirió el argentino–. Ese niñito no puede andar desnudo en mi casa y con mi hija.

En ese momento sonó el timbre.

–¡Oh! La pizza– exclamó León–. Iré a buscarla, no tardo.

Continuará...

Literal si me pasara una situación como esa en la mesa estaría así jajaja.

La otra parte se viene pronto, besos y nos leemos luego.

Pd: Me inspiré luego de ver una escena de una novela que dan en mi país, eso, bye.

Claumilia & Lechu ~ One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora