-A ver, me parece que no estás entendiendo, flaco. Yo tengo una reservación aquí, llamé ¿Entendés?
-Perdón joven, pero ya le dije que no hay ninguna reserva a nombre de Claudio Meyer.
No podía ser. Él había llamado tres veces para confirmar la reservación, llamó tantas veces que lo habían amenazado con no guardar la mesa si continuaba preguntando. ¡Y ahora pasaba esto!
-Mirá, yo voy a hacer como que nada de esto pasó y vos nos vas a llevar a nuestra mesa, con permiso- dijo moviéndose para entrar al salón principal, antes de que dos guardias lo detuvieran- ¡Que nos dejen pasar, carajo!
-Claudio, bebé. Tranquilo, no es tan importante- dijo Emilia acercándose al chico.
-Sí que es importante, qué atención de mierda tienen acá. No pienso volver a poner un pie en este local.
-Ey, amor, mírame- ordenó la chica sujetando el rostro del chico con sus manos- Es un estúpido restaurante. Podemos ir a otro, no importa, en serio.
Claudio observó a su novia unos cortos segundos antes de besar su mejilla. ¡Cómo le encantaba esa chica! Se la comería a besos si pudiera.
-Tenés razón, perdón- dijo con una sonrisa.
Acto seguido ambos salieron del restaurante, no sin antes gritar unos cuantos improperios más hacia el servicio y la atención.
Habían decidido ir a comer a un pequeño local cerca de la casa de Emilia. La especialidad: comida 100% mexicana. Claudio estaba devorando un taco con extra picante que su novia le había recomendado. Y vaya que le gustó.
-Está buenísimo- dijo cuando terminó de comer el quinto taco- ¿Cómo es que nunca había probado esto?
-Bueno, esas son las ventajas de tener una novia mexicana... del pueblo- agregó Emilia cuando recordó que no era la única novia mexicana que él había tenido. Antonia también lo había sido, con la pequeña diferencia de que ella era millonaria.
-Adoro tener una novia mexicana del pueblo- dijo Claudio pasando uno de sus brazos por los hombros de su novia.
Ambos iban caminando en medio de la calle bajo la luz de la luna. Sus manos estaban tomadas y sus corazones acelerados a mil.
-Me encanta la noche.
-A mí me encantás vos.
Emilia agredeció que la oscuridad se encargase de ocultar sus rojas mejillas en aquel momento.
-Tú no te cansas de coquetear ¿No?
-Sos mi novia, lo que quiere decir que te puedo coquetear todas las veces que yo quiera, y vos tenés la obligación de contestarme "Sos tan lindo" y luego besarme apasionadamente.
-¿Quién dice que tengo la obligación de hacer eso?
-Tu corazón...y la carita que ponés cada vez que te coqueteo.
-¿De qué hablas?- se indignó Emilia- Yo no pongo ninguna carita.
-¿Ah no? Y que son esos ojos de "Ay, Claudio es el mejor, me encanta"- dijo imitándola.
Emilia lo golpeó.
-Eso fue porque eres un egocéntrico- posteriormente, sujeto con fuerza su rostro para darle un apasionado beso- y eso fue porque eres el egocéntrico más guapo que conozco.
Claudio la besó de vuelta.
-Te amo- le dijo antes de volver a devorar sus labios- De verdad te amo, Emilia Ruiz.
-Yo te amo a tí, Claudio Meyer.
Y sin perder más tiempo, volvieron a besarse con la luna como única compañía. Porque esa había sido la primera cita más perfecta que pudieron tener, y al final, todo había salido bien.
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Holaa! Uff que one shot tan romántico me mandé hdkbdkdh. Es para subir los animos luego de todo lo malo que está pasando con claumilia :(
Estoy muy feliz porque la historia tiene más de 1k de leídos 🎊🎊 así que nada, gracias por votar.
En fin, ojalá les haya gustado. Espero comentarios sobre qué les gustaría que escribiese o ideas que tengan por ahí.
Como sea, les mando un beso enormee, Tamii.
Pd: Odio los tacos :( una vez me intoxiqué en un viaje y de ahí que no puedo ni verlos hdkdhdk, pero al parecer a Claudio le gustaron ¿O habrá dicho que le gustan para complacer a Emilia?
Pd 2: La siguiente historia será lechu, y necesito ideas porque la inspiración volvió a irse jajaj.
