O5;; Clases. 🐧

3.8K 382 56
                                    

🐧:

No podía cree que no había dormido nada. Son Chaeyoung me había dejado pensando, y espero que ella tampoco haya dormido bien o seré la única estúpida que pensó toda la noche.
Había entrado hace unas horas a la escuela y apenas podía mantenerme despierta. Mi cuello dolía mucho y ya estaba a punto de dormirme encima de mi mesa, hasta que nuevamente sonó el timbre; era la hora de artes.
Me adentré en el aula de dicha materia luego de recorrer unos pasillos. Seguía sin hablar con nadie, solo me concentraba en estudiar y no resaltar más de lo que ya resaltaba -aunque eso sea para mi mala suerte-.

— ¡Bien alumnos! Necesito que formen grupos y que alguien me ayude a arreglar aquí los otros trabajos. —dijó la Profesora Yoo Jeongyeon cuando todos se sentaron. Nadie quiso ayudarla, así que como no quise formar grupos me acerqué y ofrecí mi ayuda.

— Profesora, yo la ayudaré. —hablé cerca de ella, viendo la pequeña sala de armarios y trabajos. Era un caos, pero no quería hablar con nadie.

— Bien, Mina, ahora te diré qué hacer. Entra si gustas. —sonrió amablemente la joven profesora y le hice caso.

Por un momento me sentí sola en aquella habitación tan pequeña, pero al parecer había alguien más, ya que logré escuchar un golpe en uno de los placares. Me acerqué a él y noté una cabeza asomada en aquel armario, por lo que tosí un poco y la chica se sobresaltó.

— ¡Ah! Mina, Dios mío, vas a matarme del susto... —dijo Chae, mientras se levantaba y me miraba.— ¿Qué haces aquí? —miró al rededor.

— ¿Yo? Es mi clase, supongo. La profesora pidió ayuda. ¿Y tú? —pregunté. Estaba bien que deberíamos vernos todos los días, pero como no vamos al mismo curso no es algo completamente posible.

— La profesora Yoo siempre me tiene aquí para ayudarla. Me gusta su clase, y con ella me salto un par con su permiso —sonrió. Parecía que le enorgullecía tal hecho, pero yo puse cara de disgusto y suspiré.— ¿Qué? —preguntó por mis gestos.

— ¿Te parece normal que te saltees clases de esa forma? Yo sé que la profesora te da permiso, pero... ¿Lo sabe tu padre? —dije algo preocupada. No tenía intenciones de acusarla, solo no me parecía una buena idea...

— ¿Qué? —repitió, pero esta vez enojada.— ¿No te parece que ya se metieron demasiado en nuestras vidas como para que me digas qué hacer? —suspiró y cruzó sus brazos, para luego ir a otro armario, cortando la conversación enojada.

— Hey, no. —caminé detrás de ella.— Chae, espera, no quise... Solo te pregunté si te parecía bien, tal vez no es lo mejor, pero... Si quieres, hazlo, no sé. —suspiré mareada, ya que ni yo misma sabía cómo arreglar eso. De todos modos, solo quería que supiera que debería estudiar como todos, pero se malinterpretó.— Lo siento...

— Bien, ordenen cada una 2 armarios, ya que hay 4, y luego ayúdenme a repartir y juntar los trabajos de cada grupo. ¿Bien? —anunció la profesora, entrando repentinamente y mirándonos sonriendo. Luego de que ambas asentimos, se fue y juntó un poco la puerta de la sala.
Estuvimos calladas largo rato mientras ordenabamos y terminamos antes de que cambiase la hora.

Una vez que sonó el timbre, nos fuimos ya que era hora del almuerzo.
Caminaba tranquilamente hacia las mesas, hasta que vi a Chae sentada sola. Me acerqué a ella en silencio nuevamente y suspiré, para luego mirarla de costado.

— Chae, ya dije que lo siento. ¿No vas a hablarme? —dije cansada.

— De todos modos no tengo opción... — refunfuñó enojada y me miró también— ¿Qué?

— Nada, solo no me gusta que no me hables. No te dije nada para que estés así, ¿Ya? —pasé mi mano por mis ojos y bostecé. Tenía demasiado sueño, pero intentaba no parecer descortés al bostezar.

— ¿Has dormido acaso? —me preguntó seria.

— Yo... No, no pude. Estaba nerviosa supongo, no hablo con nadie y después de lo que me dijiste que dicen de mí... Es difícil. —luego de decir eso, sentí una mano en mi mejilla, y vi a Chae mirándome de cerca. ¿Iba a besarme? No, no estaba tan cerca...

— Ya te dije que no importa lo que diga quien no te conoce, entiéndelo. —bajó su mano luego de dudar un poco y agarró su vaso con jugo—. De todos modos, no es nada cier- —Se quedó callada, y al verla, noté que se derramó jugo en su remera. Qué suerte.

— Chae, creo que-... Olvídalo. —Iba a decirle lo obvio, pero ella sabía que se había tirado aquella bebida. Se levantó inmediatamente y la seguí.

Una vez en el baño, ella se miraba fijamente a su camiseta. Estaba súper shockeada y callada, no sé si era por el frío de la bebida, o por la gran mancha que dejó en su camisa... Tal vez ambas.

— Vas a tener que pasarle agua o se pondrá pegajosa, Chae. —suspiré, estaba medio dormida, pero sabía qué se sentía eso.

— Sí, lo sé... —me miró-. ¿Puedes cerrar la puerta del baño? —Le hice caso y revisé todos los demás, al comprobar que no había nadie, me quedé en la puerta mirándola—. Me refería a que te quedes afuera... —suspiró inflando sus mejillas tiernamente.

— ¿Eh? Pero no pasa nada si te veo... ¿Te da vergüenza? —suspiré y me apoyé en la puerta. Estaba por caer del sueño, pero sentía una gran necesidad de ver el torso de Chae sin remera...

— No. Bueno, tal vez... ¡Al menos tapate los ojos o algo! —dijo. Yo le hice caso, pero no del todo, y ella se sacó finalmente su remera—. Encima era nueva... —suspiró triste.

Me quedé espiando como pude, mirándola entre mis dedos. Dios mío, ¿Cómo podía tener esos músculos en sus brazos? ¿Cómo es que parecía tan pequeña y frágil, pero en realidad se veía así? Daban ganas de abrazarla así como estaba, pero me contuve como podía.
Luego de un largo momento, Chae apagó el agua y escurrió su ropa un poco. Ahora: ¿Cómo iba a secarla por completo?

— Ay, no... No pensé en la parte de secado. ¿Ahora qué hago, Minari? —me dijo nerviosa. Fue tan tierna que pensé en destaparme los ojos por completo, pero intenté no incomodarla más de lo que ya parecía.

— Escurrela lo más que puedas, y... -pensé un poco, miré mi cintura de reojo y recordé que tenía una campera atada—. Te la prestaré el resto del día, así no te da frío.

— Yo creo que... —sentí que su voz se acercaba a mí, y miré un poco entre mis dedos a Chae acercarse. Mi corazón latía fuerte hasta que sentí sus manos en mi cintura, sentía que sufría un paro. Chae desató mi campera y se la puso sin la remera, pero solo eso.— creo que mejor así. ¡Para no resfriarme! —destapó mis ojos, agarrando mis manos y mirándome—. Gracias, Mina.

----------------------;;
[ 1 8 / O 2 / 1 9]

Corrección:
[ 2 O / O 5 / 2 O ]

❛ Vida arreglada ❜ ─ MiChaeng (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora