O26;; ¿El fin? 🐧🐯

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Mina y Chaeng se encontraban cuidando a sus hijos, era una tarde como cualquiera, hasta que ambas suspiraron al mismo tiempo, se dieron cuenta de que hacía meses no salían solas, y ya que eran vacaciones tenían la oportunidad.

Chaeyoung soltó una mirada pícara a la mayor para entenderse mutuamente, estaban muy conectadas en serio. Mina llamó a Jihyo para que cuidase a los niños en su casa mientras ellas salían.

— Bien, ya nos vamos — dijo Mina mientras saludaba a Jihyo y Tzuyu, quienes estarían a cargo de sus hijos por toda la noche. Ellas ya estaban arregladas y listas para irse.

Se subieron al auto y fueron a un bar muy lindo, era una especie de barra con licor y música, una fiesta al fin.
Chaeng se acercó a Mina y le sonrió al verla, se quedaron un rato mirándose entre sí.

— ¿Viene sola? — preguntó Chaeyoung, estaba jugando con Mina, como a ser desconocidas, les gustaba eso.

— Algo así — rió Mina insinuando que prosiguiera.

— ¿Me deja invitarle un trago? — la mayor asintió y Son miró al barman para pedirle lo de ambas —. Dame un Americano, y para la señorita un Daiquiri.

— ¿Por qué crees que quiero un Martini? — rió Mina, ella realmente sí amaba ese trago, pero estaba molestando a Chaeyoung que la rodeó con sus brazos sin pensarlo y la besó.

— Porque sabe realmente bien como a quién tengo frente a mí — sonrió pícara la menor, apenas llegaba a su cuello, era perfecto para encastrar su cabeza en el hombro de la mayor y quedarse así hasta que llegasen los tragos.

— Me sorprendiste realmente. No te sale mal coquetear — rió Mina por las actitudes de Chaeyoung —. Mejor tengo cuidado la próxima vez que salgas o todas aquí podrían caer encantadas —bromeó tomando un sorbo del elixir alcohólico.

— Tranquila, hermosa, ninguna tiene tu buen gusto — guiñó su ojo como pudo y rió imitando a la mayor al beber. Ambas sonrieron y se quedaron sentadas hablando.

Luego de un rato de bailar y beber, estaban cansadas. Eran como las 2 de la mañana recién, era muy temprano, pero los tragos y el movimiento habían sido una mala combinación.
Ambas sabían que no podrían manejar así, por lo que se quedaron en un hotel cercano para dormir, aunque no planeaban hacerlo.

— Minari — dijo Chaeyoung, que no tenía su camisa puesta y estaba desabrochando su pantalón. La mayor asintió admirando a su esposa, estaba igual de embobada como cuando la vio por primera vez así—. Realmente te amo.

— También yo, Chaeng— dijo sin poder terminar de decir su nombre debido a que la menor la besó desesperadamente—. Chae, estás borracha — rió separándose. No le molestaba, le daba gracia que ella pudiese notarlo estando casi en su mismo estado.

— Estoy tan borracha como para decirte sin vergüenza que te follaría aquí mismo — dijo seriamente la menor, y sin pensarlo empujó a Mina a la cama para subirse a ella, la mayor se dejó poseer por la lujuria de Son.

— Nada te lo impide — soltó al fin, y comenzaron a sacar sus prendas para dejarlas por todos lados. La habitación rápidamente se convirtió en suspiros y gemidos, mezclados como una canción, o al menos música para los oídos de ambas.

Chaeyoung esta vez sí llevó protección, después de tener dos hijos realmente no estaba preparada para más, y menos sin haber terminado la secundaria. Mina, por su parte, estaba sintiendo otra vez a su esposa dentro suyo, sobre ella, agarrándola, besándola, era increíblemente una grandiosa sensación.

Una vez terminaron, la menor cayó desplomada al lado de Myoui sin decir una palabra. La mayor, después de gemir el nombre de Chaeyoung unas mil veces, tenía la garganta seca como un desierto, por lo que se levantó y tomó una gaseosa del refrigerador de la habitación, esos tan pequeños.

Al terminar de tomar, y darle a Chae, se recostaron y quedaron dormidas abrazadas la una a la otra. Estaban borrachas, sí, pero no significaba que no lo sentían, que realmente no querían, ellas sí que lo hacían, y mucho, se amaban.

— Buenas noches, Minari — dijo tiernamente Chaeng para quedarse dormida, la mayor suspiró y besó su cabeza suavemente para dormirse también. Ambas estaban felices a pesar de la tan corta noche.

Al despertarse, ambas comenzaron a vestirse lentamente. Su resaca se aparecía de a poco, como una ola que va creciendo, pero no les impedía reírse de las estupideces que hacía la Coreana. A las 11 de la mañana fueron a pagar la habitación y se volvieron a su casa.

— ¿Quién es? — preguntó una Tzuyu sin ganas, su tono de voz parecía el de un zombie. Las dos respondieron riéndose y la menor abrió, parecía muy cansada realmente—. ¿Ya volvieron? Realmente me alegra, tomen a sus demonios por favor.

— ¡Tzuyu! —gritó Jihyo desde el sofá. Mina y Chaeng pasaron donde estaba Jihyo y los niños, jugaban tranquilamente con Jihyo, apenas un año de edad y ya caminaban, eran súper lindos.

— Es que no se quedan quietos. Son lindos y eso, pero son como... ¡Cucarachas! — exageró nuevamente y Jihyo la miró, nada más. Logró callarla.

Chaeng y Mina rieron y alzaron cada una sus pequeños. Luego de despedirse los subieron al auto y volvieron a la casa del padre de Mina, él quería verlos así que los dejarían allí mientras organizaban la mudanza.

— Tenemos una noticia buena, padre — dijo Mina entusiasmada —. Chaeng y yo conseguimos una casa. Es muy espaciosa y linda, es para que ya vivamos tranquilas con los niños en un solo lugar y no en ambas casas.

El padre de Mina, Akira, soltó unas lágrimas por lo orgulloso que estaba de su hija al ser tan dependiente. Esperaba que terminasen las vacaciones para pasarle al fin su empresa y sin dudas sabría que la llevaría bien.

Pasaron semanas hasta que tuvieron todo listo. Los niños estaban en su segundo compleaños, junto a sus pequeños amigos de la guardería y conocidos. Luego, cuando la fiesta terminó y todos se fueron, Mina y Chaeng jugaron con los niños y sus regalos hasta que fue la hora de dormir.

Los acostaron en sus camas, ambos ya tenían una, con su seguridad, claro está, y prendieron la luz del pasillo para que duermiesen bien. Una vez lo lograron, fueron a su nueva habitación, con cama doble, para dormir en paz.

Se quedaron acomodándose en lo que era su cuarto de matrimonio, estaban felices de compartir todo lo que tenían. Se miraron y se acostaron mientras recordaban cosas, como les gustaba hacer, y pensaban en el futuro también.
Antes de dormir, se besaron suavemente y se miraron a los ojos;

— Te amo, Son Chaeyoung — Dijo Mina muy feliz porque tenía a su esposa y sus hijos con ella.

— Y yo también te amo, Myoui Mina — dijo Chaeyoung para después quedarse dormidas. Era una escena realmente tierna, quién realmente imaginaría este final. ¿Final?

— — — — — —
3 años con este fanfic,
para que termine hoy.

Realmente me sorprende lo lejos
que llegué con esta historia, y no
lo hubiese hecho sin su apoyo.
Gracias por todo, ojalá les haya
gustado como a mi me gustó
escribirlo. Descansen, no es
el final para siempre. <3

“ Las historias de verdad
nunca terminan ”.

— EmiConY. 🐧🐯

❛ Vida arreglada ❜ ─ MiChaeng (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora