25-Quién? -

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25:
-Quién? -

Esa noche, me la pasé con él, hablamos y nos reímos, tratamos de hacerlo bajo, no queríamos que su padre se despertara, pero en sierta forma, algo me decía que su padre no era su padre, o al menos algo no iba muy bien con él. Jugamos con los pulgares de nuestras manos y nos pusimos a comparar que tan grande era su mano sobre la mía, hubo momentos en el que mis ojos brillaban con intensidad y el los admiraba con lujo de detalle pero al parpadear estos dejaban de brillar. Sus ojos, sus extraños ojos color turqueza, no volvieron a brillar.
Nos acostamos en el piso de su habitación mientras mirabamos el techo.

-En realidad me llamo Madeleine Zuzunaga y tengo 18 años, soy una mujer lobo que vivió su corta vida en un bosque fuera de la civilización humana, es decir, tenemos prohibido interacituar con ellos desde hace miles de años.

-Por que?

-Porque, una de los nuestros, nuestra diosa, se enamoró de un humano al igual que él de ella, pero después las cosas se complicaron y él la asesinó después se quitó la vida. Desde ese día los lobos tienen prohibido compartir palabras con los humanos, no se si la historia sea real o sólo es un cuento para asustarnos, pero, creo que soy la primera en romper esa regla.

-Y me encanta que lo hayas echo -me sonrió.

-Eres un chico muy cursi Paxton Lee -me reí.

-Sólo contigo...

Después de eso ambos nos quedamos dormidos. Al otro día me desperté más temprano de lo normal, estaba por amanecer, lo primero que pense fue mirar la hora de mi celular eran 7:15 tomé dinero que había traído por si ocurría algo, que por cierto le había robado a Matt, y fui al primer mercado chino que había, compré varias cosas para que pudiera comer y unos medicamentos por si algo pasaba nunca se sabe. Le escribí una pequeña nota y la deje sobre su mesita de noche junto a la bolsa donde estaban los alimentos.

"Si puedes, escapa, y si no comer te dará energía, mantente estable y descansa, te veré pronto.
M.Z. "

El camino directo a casa fue corto para mis pies ligeros, nada que no pueda hacer, aunque algo seguía en mi cabeza, las palabras que habían salido de la boca de un chico, no sabía quien era, sólo sabía que hablaba con alguien a través de una llamada telefónica, parecía estar ansioso, se movía de un lado al otro y mordia la uña de su dedo pulgar.

-Ya llegué. -anuncié.

-Ya era hora. -susurro Eliot más para si mismo. Todos estaban sentados en una pequeña ronda al rededor de la mesa.

-Que pasa? -pregunté.

-Nada -Romeo desvío la mirada, Eliot miro al centro de la mesa y Matt nisiquiera me había dirigido la mirada.

-Que pasa? -pregunté con una voz autoritaria que no sabía que tenía hasta ahora. Aún así me quedé sería y más seria me quedé cuado los tres me dirigieron la mirada al mismo tiempo. -Saben algo respecto a porque vinimos aquí, verdad? Porque no me dicen? Yo también estoy aquí, saben? No me dejen de lado como a una niña, sólo por ser menor que ustedes dos no quiere decir que no sepa sobre las complicaciónes que estamos teniendo. Asique si les pregunto que carajos esta pasando?! Me lo dicen! -mi tono de voz subía hasta el punto en que casi gruiñi la pregunta, los tres me miraron bien atentos, hasta que Matt me respondió.

-Hay un traidor en la manada. -eso me dejó helada.

-Quien?

-No sabemos, pero, hay alguien que pasa información, saben los límites, como desactivar el campo de fuerza, cuantos adultos, adolecente y niños hay, todo. -eso se me hizo raro, al fin y al cabo el único que conocía la manada en detalle era el alfa...Después se me vino a la cabeza el chico que hablaba por teléfono, había dicho algo sobre la manada, pero no recuerdo exactamente que, pero algo sabía y quería averiguarlo.
Sin decir alguna palabra fui directo a mi cuarto para cambiarme de ropa, me puse mis pantalones negros y la campera negra.

-Otra vez vas a salir? -simplemente ignore esa pregunta y cerré la puerta detrás de mi espalda.
Camine por distintas calles, pero estoy segura de haberlas memorizado, y e visto las calles que ese chico había recorrido, si, lo había seguido por distintos lugares.
Mientras pasaba por una de las calles menos transitadas, que parecía más un callejón pero iluminada ahora con el sol, lo encontré estaba con algunos amigos supongo, pero estos se fueron al bar que había en la otra calle, este se quedó parado terminando de fumar el cigarro que tenía en la mano, aproveché el momento como distracción y lo agarré del cabello para que me siguiera, lo arrincone contra una pared y lo tomé del cuello de la camisa.

-Debo hacerte algunas preguntas cortas, sólo responderse con Si o con No, no hay intermedio...

Mi mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora