53- Dragón Blanco.-

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53:
-Dragón Blanco. -

Estaba completamente aturdida, un pitido ensordecedor atacaba a mis oídos, estaba confundida, pero luego  volví a la cruda realidad, todos estaban con una rara expresión en el rostro y veían un punto en específico, Paxton, así es. Paxton. Su cuerpo desprendía una neblina blanca pero esta era caliente, tan caliente que parecía fría, su cuerpo que había permanecido de rodillas no tembló ni un segundo, su cabeza que estuvo mirando al suelo todo el tiempo se levantó y clavó la mirada en mi, sus ojos se habían vuelto de un color azul brillante y su cabello que antes era castaño con reflejos rubios se volvió completamente platinado, la marca de su brazo se había desvanecido ahora se estaba formando una marca diferente que no podía descifrar porque era incompleta, la neblina que había rodeado todo su cuerpo comenzó a descender y se mantuvo en un grueso manto al rededor de sus rodillas pintando la tierra de un color blanquecino revelando una figura detrás de su espalda, era un aura que lo respaldaba  y tenía una forma peculiar que no se había visto hace años, esa aura tenia forma de un dragón, un dragón blanco.

-Matenlo y trae a la chica. -ordenó Matt, luego se dio media vuelta y comenzó a caminar en otra dirección. Algo asustado los chicos se acercaron a él, Paxton en ningún momento apartó apartó su mirada de mi, al menos no hasta que un chico enpuño un cuchillo y trató de clavarlo en alguna parte de su cuerpo, pero antes de que lo lograra de un solo tirón cortó las cuerdas que amarraban sus manos y quebró la muñeca del tipo, se puso de pie y atacó a los agresores que lo querían agredir, use eso como forma de distracción, mis ojos una vez más volvieron a brillar intensamente y logré recobrar mi fuerza inhumana, saque todo mi esfuerzo a flote y logré voltear a la chica de pelo gris dando una vuelta sobre ella, safe mis manos de su agarre y con la parte trasera de mi cabeza golpee justo en su nariz, ella inmediatamente se tapó y limpio la sangre con sus manos y eso me dio tiempo de voltearme y esta vez quedar yo por encima de ella, le di golpes en el rostro y costillas hasta sentir que una de ellas estaba fracturada al igual que su nariz ahora chueca. Un tipo se aproximó a mi con la intención de sacarme de enésima de la peligris pero yo fui mas rápida y con mi pié golpee sus tobillos este cayó al suelo y nuevamente con el talón de mis tenis fracture si nariz y este se desmayó. La chica que seguía en el suelo se puso de pie al igual que yo, se le veía un poco mareada tanto que los golpes eran malísimos use eso a mi favor y de una patada, tan fuerte que la planta del pie me dolió al impacto, mi pié se estampó contra su mandíbula y su cuello giró tanto que se quebró, su cuerpo cayó al suelo desplomado, por Díos, acabo de matar a alguien...

-Mad -escuchaba que me llamaban pero estaba muy aturdida - Mad! -Mi cuerpo fue sacudido un poco hasta que reaccione, era Paxton, parecía más guapo, el color de cabello le quedaba, pero ese no es el punto acabo de matar a alguien y mi padre fue asesinado, casi matan a mi hermano y un loco quiere hacerme un amarre, además quiere hacer un sacrificio con Paxton, eso debo pensar, pero no puedo evitar no pensar en lo lindo que se ve a pesar de las circunstancias, -Mad! -tomo mis mejillas entre sus tibias manos y acercó su rostro al mío para inspeccionar mi rostro, no pude evitar ponerme de puntitas y tomar su cuello entre mis pequeñas manos para acercarlo más y poder besarlo, pero recordé que mis labios tenían sangre y separe nuestros labios, sus ojos estaban brillando se ve que no le importó la sangre de mis labios porque volvió a juntar sus labios con los míos.

-Eres un dragón -le dije cuando nos separamos.

-Soy un dragón -afirmó -un dragón blanco. -sonrió juntando nuestras frentes. Nadie había visto un dragón desde hace años, y está es la primera vez que veo a uno, y es el chico que amo.

La felicidad duro sólo segundos -Romeo -susurre, separe nuestras frentes y corrí hasta él, él sostenía el cuerpo de mi padre sobre sus piernas flexionadas, tomé su cabeza y saque el cuchillo que estaba enterrada en su cervical y la tiré a un lado, tape su herida sintiendo la sangre que aún quedaba correr entre mis dedos, podía escuchar los sollozos de Romeo junto a los gritos de las demás personas, las casas cayendo a pedazos, las peleas, los gruñidos y aullidos, cerré los ojos por un segundo y pensé debía acabar con Matt. Debía acabar con esta pelea.

Mi mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora