31- Hora de regresar.-

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-Hora de regresar. -

-Te acompaño a casa -le dije.

-No es el chico que debe acompañar a la chica? -levantó una ceja.

-El rol cambia en este caso -le guiñe un ojo. El largo una risita suspirada y paso el brazo por mis hombros.

Cuando llegamos a su casa alguien llamo mi atención.

-Ese... es tu padre? -una presión apareció en mi pecho, el me respondió con un corto 'Si' -Tu... Me creerás si te digo, que eso no es tu padre?

-Si no es el, entonces que es? -me miro raro, la cosa que decía ser su padre se dio vuelta y dirigió su mirada a mi.

-Es... un espíritu, es un kumiho.

-Que es eso? -preguntó mirando a su padre, o al que alguna vez lo fue.

-Es un zorro, pero es una entidad mala, el... -No sabía si decirle la verdad o sólo dejarlo pero lo hice -usa el cuerpo de recipiente, quería tomar tu cuerpo pero no pudo, asique tomo el de tu padre... deberías alejarte de él, es por eso que te hace daño físico, hay algo dentro de ti que ese espíritu anela, y si él llego hasta aquí otros también pueden hacerlo, y quizás sea aún más dañino. Esto hace que quiera quedarme mas tiempo contigo, y si hace algo malo?

-No te preocupes por mi, mejor guarda la preocupación para ti y los tuyos, yo estaré bien -simplemente tomó mi mejilla y me beso como si fuera lo más normal entre nosotros.

-Como quieres que no me preocupes si un espíritu maligno te está acechando en tu propia casa.

-Yo me encargaré si? Es en serio, voy a estar bien, solo confía en mi. -iba a responderle pero en eso mi celular empezó a sonar.

-Hola? -* fue lo que contesté.

-Donde se supone que estas? -* sono la voz de mi hermano al otro lado de la línea -Acordamos en que llegarías antes de las 10 ya son 10:15 date prisa que debemos irnos -*

-Está bien iré enseguida, lo siento se me paso la hora -* le respondí.

-Okey, apresurate. -* después de decir eso colgó.

-Debo irme -esta vez le hablé a Paxton que se encontraba con una exprecion seria, pero eso no le quitaba que seguía pareciendo un niño con cuerpo de adulto. El solo asintió y bajo la mirada. -Sabes, no me gustan las despedidas, son muy tristes... asique, adiós.

-No digas adiós, mejor digamos, Hasta pronto. -sonreí.

-Hasta pronto, Paxton Lee.

-Hasta pronto, Madeleine Zuzunaga.

Cada uno dejamos las pertenencias que nos habían entregado en la sala principal, nuevamente dentro de las cajas, después de todo no nos pertenecían y seria imprudente regresar con cosas humanas a la manada, debíamos hacerles creer a las personas que los humanos no habian cambiado que aún eran malos y arrogante, todo el cuento ese era para mantener a la manada oculta de todos ellos, porque a pesar de que se vieran dóciles, los humanos podrían revelar su lado oscuro y romper todo a su paso incluidos nosotros.
Al igual que intencionalmente queman a la madre naturaleza, también pueden vernos como animales salvajes y asecinarnos por temor a lo desconocido, a lo nuevo.

Mi mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora