CAPITULO 5 UN CAFE PARA EL JEFE

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No puede negar que Luka Parrot está guapísimo; lleva una camisa blanca, con una corbata azul oscuro con rayas grises, que combinaban genial con sus ojos grises.

Está sentado detrás de su mesa hablando por teléfono, pero eso no evito que le dirigiera una exasperada mirada que ella ignoro para observar su despacho, ya que el día anterior lo menos que le intereso fue la decoración.

Pero conoces a un hombre, por lo como se relaciona con su familia, sus gustos y eso incluyo comida, ropa y su oficina que es el lugar donde el particularmente pasa mas tiempo.

El lugar es como él, sobrio, masculino y muy serio, pintado en tonos grises con mobiliario de madera de líneas puras. Delante de él hay un gran ventanal con vistas a la ciudad de Manthatan, un sofá color crema, y hay una puerta de vidrio detrás que da a otro espacio donde hay una mesa larga donde supone se harán algunas reuniones.

Ahora se concentra en la conversación que sostiene con la otra persona al otro lado de la línea. Su voz suena tan dominante, tan exigente y tan sexi a la vez; expone sus puntos de vista claramente y da órdenes sin opción a replica.

El se excuso al teléfono y tapo la bocina para decirle.

— Tu no tienes que traerme el café, mi secretaria lo hará- y le hizo una odiosa seña con la mano para que saliera, para luego seguir con su llamada.

Ella suspiro y haciendo caso omiso a su orden camino hasta el escritorio donde dejo la bandeja y entonces vio que el se quedo mirando sus mano que había quedado con una mancha rojiza.

El colgó el teléfono de inmediato, quedando en tener que atender un asunto importante y colgó la llamada.

— ¿Que te paso ahí?-pregunto refiriéndose a su mancha, su tono mostraba preocupación.

— Me queme con el estúpido café.- respondió a la defensiva recordando aquello que el le dijo de no quemar su empresa y de ser un desastre ambulante.

Pero Luka no la cuestiona sino que sale de detrás de su escritorio y toma su mano entre la suya diciéndole:

— Veamos eso- mira con atención la mancha y su dedo la roza la herida, en pequeños círculos, casi como una caricia, causándole a ella escalofríos- ¿Te untaste crema para quemaduras?

— Si Sully me dio-respondió en shock, por su cercanía, por su roce, por su atención.

— ¿Ya no arde?-pregunta con esa misma empatía que la tiene desarmada.

— No.-suspira.

¿Por qué sigue manteniendo su mano sostenida, porque sus ojos ya no tienen esa expresión burlona, sus ojos parecen mirarla como antes.

Pero de pronto todo cambia, el la suelta y al ver su mirada nota la misma frialdad y así lo corrobora al escuchar sus próximas palabras.

— Para la próxima presta mas atención, iba enserio lo de no quemar mi empresa

— Es lo único que te importa tu dichosa empresa-resopla dolida.

Vuelve a tomar asiento y le revira.

— Deja de rezongar.

Ahora se concentra en su laptop ignorándola, quizás esperando que ella se fuera, pero se iba a quedar con las ganas.

— Tomate tu café- le dice vertiendo la cucharita de miel y las tres gotas de brandy.

El mira todo con interés, así que ella recordaba sus gustos, eso de alguna manera lo hace sentir bien, muy bien.

— No te pedí café, no tienes que traérmelo, mi secretaria lo hará- le repite con malhumor sin embargo-

— No- niega ella con determinación- yo soy la chica del café

TRABAJANDO CON MI EXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora