XVI: La Historia de Can

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     Recuerden los pañuelos, chocolate, helado, galletas y preparémonos para lo más sad que he escrito, la historia de nuestro bebé. Nos vemos al final <3


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     Han pasado algunas semanas desde aquella salida. Con Tin nos vemos casi todos los días, nos mensajeamos a diario y he logrado tener una que otra foto, pero Lay aún no me las pide, así que no me preocupa. Puedo decir que nuestro odio mutuo se ha ido disipando, pero todavía existe y de cierta manera es como la esencia de nuestra relación.

     El idiota ha intentado robarme más besos, algunos los evito, otros tantos logran su cometido que es ponerme tonto. Tin es un gran amigo, a diferencia del tipo estúpido que pensaba al principio que era. Aún tenemos nuestros roces y discutimos, sobre todo cuando intenta darme sus regalos caros.

     Un tema que aún me preocupa, es el de mi aroma, le he preguntado disimuladamente a mis amigos si han notado algo raro en mi, todos niegan, al parecer, sigo siendo el mismo Can parlanchín y tonto de siempre, ninguno ha comentado nada de mi aroma, ni Ae, que es el alfa más cercano a mí, aparte de Tin. Hasta P'Type, que él nunca miente.

     No le he hablado a Tin de eso y él tampoco ha dicho nada, creo que nota mi incomodidad con ello, hoy almorzaríamos juntos, creo que es tiempo de preguntarle, es una duda que se implantó en mí desde que fuimos al Siam Square.

     Voy al estacionamiento de ciencias naturales, recordando la razón por la que fui por primera vez, no puedo creer que haya pasado poco más de un mes de eso, yo siento que ha pasado muchísimo más.

     Siento ese exquisito aroma a ámbar y lo busco con la mirada, está cerca... Poco después aparece en mi campo de visión, sonriéndome. Esa sonrisa tan suya que no siempre tiene. Definitivamente, hoy le preguntaré.

—Hola Can – Desordena mi cabello. —¿Vamos a comer? – Asiento con la cabeza. —Vamos entonces.

     Como siempre, emprende camino delante de mí, siempre ha dado por sentado que le seguiré. Y tiene razón.

     Llegamos a la cafetería de I.C, buscamos una mesa y él va por nuestra comida. Mientras, pienso como abordar el tema, pero estoy consciente de que soy Can, cuando menos lo espere y sin pensarlo se me saldrá, soy así.

—Aquí. – Llama mi atención dejando un plato de fideos frente a mí. –

—Gracias. – Agarro los cubiertos. –

—Estás raro Can, casi no hablas. – Se dio cuenta. –

     Alzo la mirada y nuestros ojos se encuentran. Estoy tan nervioso.

—Tin ¿cómo supiste que soy omega? – O lo preguntaba así, o no lo lograba. –

—¿Cómo no darse cuenta? Tu aroma es fuerte, parece un golpe a la cara a distancia. – Me mira extrañado. –

—Pe-pero yo... Uso parches y cremas para esconderlo... - Me da tanta vergüenza. –

—Deberías pedir reembolso, no funcionan adecuadamente.

     Él estaba tan tranquilo, respondiendo sin pensarlo mucho y yo tratando de no morir de la desesperación.

—Eres el único que lo nota, para todos los demás solo soy un beta sin gracia.

—¿Por qué lo escondes?

     Sabía que lo preguntaría. Suspiro, debo contarle, es lo justo, él me confió la historia su vida.

(NO) Soy omega -  TinCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora