Capítulo 10

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Último día de la semana.

ChanYeol odiaba los domingos, los odiaba porque era el día en que todos se merecían su descanso pero obvio, eso no se podría. No es como si pudieran cerrar el hospital todos los séptimos días. Los odiaba porque salía de casa para dirigirse al hospital y en el camino lograba divisar familias rumbo a disfrutar del día en una tarde de playa o campamento. Los odiaba porque era el día en que las familias se mantenían unidas demostrándose que toda una semana de trabajo valía la pena si al final de ésta podrían disfrutar su compañía.

Pero la razón mas grande por lo que ChanYeol odiaba los domingos era porque precisamente en su lugar de trabajo siempre veía rostros tristes esperanzados de una visita que un familiar en descanso debería de hacer.

Veía todo tipo de situaciones y ChanYeol no sabía qué era peor, un interno con familia que no venga a visitarlo los fines de semana o un interno que ni siquiera tiene la esperanza de una visita puesto que no existe tal familia para él.

Suspiró.

Odiaba los domingos, pero amaba ir a trabajar en ellos, pues hacía el papel de amigo para con los internos en lugar de doctor. Una visita en son de amistad y no de consulta.

Caminaba con parsimonia por los pasillos, sin su bata blanca y con la enorme sonrisa que lo caracterizaba. Con naturalidad y amabilidad brotándole por los poros y dirigiendo una venia de cortesía a cada trabajador que se le cruzaba. Pasó por recepción saludando con un asentimiento de cabeza a Suzy y entró a ala de internos.

En su mente iría a ver a KyungSoo, el chico no tiene familia ni quien lo visite. A ChanYeol le gustaba ser su amigo, en esos momentos a veces el chico solía sonreirle y tenerle confianza. Se dirigía a la habitación doce. La idea era detenerse hasta llegar hasta la habitación doce.

¿Entonces por qué sus pies dejaron de moverse frente a la habitación cuatro?

-Vaya, su número de habitación es igual al de mi oficina. -Susurró. -Escalofriante coincidencia.

Se adelantó, solo un poco. Solo un paso, suficiente para quedar a escasos centímetros de la puerta y tomar la manija con su mano. Se preguntó si BaekHyun estaría ahí, el chico todos los fines de semana se la pasaba durante todo el día junto a Oh SeHun en la sala de visitas, él no tendría de qué preocuparse ¿verdad? Lo más seguro es que la habitación se encuentre vacía así que dio media vuelta y emprendió camino rumbo al primer destino que tenía desde que llegó.

Pero entonces.. ¿habrá tomado su medicamento?

Cerró los ojos frustrado.

-Solo me cercioraré de que lo haya tomado y no lo haya olvidado como la última vez.-Habló bajo, solo para convencerse a sí mismo.

Retrocedió los pasos necesarios y volvió a tomar la manija de la puerta con el corazón retumbándole desde adentro de su pecho.

No eran nervios, no era nada parecido y por supuesto no era nada alejado de la relación profesional de doctor-paciente que mantenía con BaekHyun. Como doctor, estaba preocupado de que el chico olvidara su medicamento y volviera a tener una recaída. Las terapias iban demasiado bien, no podían darse el lujo de retroceder tres pasos cuando apenas habían avanzado uno.

Con ese pensamiento como apoyo principal a su razón de entrar a la habitación del chico abrió la puerta y se adentró, con lentitud y silencio a la expectativa de lo que pudiera haber allí.

Un bulto. En la cama del chico rodeado con las sabanas, cubriendo todo su cuerpo sin dejar ni una pizca a la imaginación. Allí se encontraba él aún.

ChanYeol checó su reloj.

11:42 am

-Ya es tarde..

Velvet Voice ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora