Una mano se movía sin descanso, trazando arduamente un montón de símbolos y números a una velocidad magistral.
—Deberías rendirte— caturreó Hinata mirando el cronómetro de su teléfono.
—Jamás, ya sólo queda este—respondió Hikari sin despegar la vista del papel.
Sólo 30 segundos más y ...
—¡Acabé!—Gritó eufórica la niña con las palmas en alto.
Kuro y Bokuto se unieron a su baile de la victoria, moviendo la cadera de manera rítmica y yendo los tres en círculos.
—No cantes victoria, necesitas un 90 para ser libre—intervino Kei pero no logró calmarlos, al contrario, ponían más ímpetu en su baile.
Hinata y Tsukishima habían hecho un trato con la pequeña reina, si ella lograba contestar 30 ejercicios matemáticos impuestos por Tsukishima, podría pasear por la tarde con los dos ruidosos compañeros de su mamá, pero si lograba un porcentaje arriba de 90 su castigo vacacional sería removido. Lo cual pasaría rápido independientemente de los ejercicios, Hinata no era capaz de mantener los castigos a su hija, principalmente porque ella raramente se portaba mal, pero los primeros días quiso imponer la autoridad que Hikari desafiaba recientemente. Estar lejos de su hija provocaba que la pequeña sólo viera al rubio como la única figura a respetar.
—Por ahora puedes irte—dijo un vencido Hinata —. La cuidan bien.
—Por supuesto—dijeron ambos hombres al unísono.
—¿No vendrás con nosotros?— Preguntó con un puchero la niña.
Shoyo le pasó la mano por la cabeza y le peinó los cabellos con amor.
—Tengo que ir con Suga-sempai antes, prometo alcanzarlos tan pronto me sea posible—la niña se dejó mimar por su madre como si fuera un gatito—. Espero que escojas una bonita casa de campaña para el campamento.
La pequeña asintió.
Se iba a realizar un campamento como parte de las actividades extracurriculares de la escuela de Hikari, no obstante, debido a su reciente pelea con sus compañeras de clase ella no será aceptada como parte del castigo. Hinata se sintió mal por ello, aún cuando la misma niña le dijo que no tenía ningún interés por asistir. Para empezar ni siquiera se llevaba bien con sus compañeros, sería incómodo pasar toda una noche con niños con los que apenas y había cruzado el saludo. Y después estaba lo segundo más importante, no sabía nada de acampar. Cuando estaba en Tokyo y salían a viajes escolares se hospedaban en hoteles o posadas, nunca al aire. Como siempre, el enérgico chico que tenía como mamá no dejaba de pensar que se perdía de una oportunidad que lograría ayudar con su problema para socializar.
Kuro y Bokuto propusieron a la pequeña de acampar en el jardín. Y ella no dudó ni tres segundos en aceptar.
—Bien, basta de charlas, en marcha— interrumpió Bokuto, arrastrando a la niña a la salida.
Hinata se les quedó mirando.
—¿Quieres que te lleve con Sugawara?—preguntó Tsukishima.
—No, seguro que tienes mucho trabajo que hacer y ahora que todos estamos fuera de la casa podrás concentrarte—respondió.
A Shoyo le encantaría ser llevado por Tsukishima, pero desde su llegada apenas y lo había visto tocar su ordenador. Kuro y Bokuto eran ruidosos y ya habían incluido a Tsukishima en más de un par de fiestas nocturnas. Luego Hikari se había encargado de incluirlo en todos y cada uno de las actividades que hacía con Hinata. Lo que menos había tenido el rubio era tiempo libre para él y sus actividades.
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Sol, luna, noche y estrella
RomanceUna serie de eventos desafortunados llevará a Tsukishima a hacerse cargo Hinata, y bueno... de alguien más.