La inserción de Mitsuki en sus vidas no fue tan impactante como Kei imaginó que sería. Extrañamente no se siente mucha diferencia, Mitsuki ha fraternizado rápidamente con los niños por lo que se la pasa con ellos la mayoría del tiempo y eso no le da para que ellos pueda charlar adecuadamente aunque tampoco entra en sus preocupaciones de momento.
No negará que sigue teniendo un poco de distancias con el pequeño que el mismo se niega a cerrar.
Suspira.
Desearía poder cambiar su actitud pero hay algo que no lo ayuda y es que el propio niño está poniendo una barrera entre los dos. Siente que está escondiendo algo muy importante.
—¿Crees que podamos pasar por la librería?—pregunta Tsukishima a Hinata cuando ambos entran al carro.
—Supongo, puedes darte una vuelta en lo que yo paso a cortar mi cabello—responde poniéndose el cinturón de seguridad.
Kei nota inmediatamente la aspereza en su voz y sabe que algo está rondando por la mente de Shoyo.
—¿Pasa algo?
Hinata lo mira con temor, duda y algo que no puede descifrar, parece que no dirá nada por el largo silencio que ha pasado desde su pregunta hasta la llegada a la avenida principal.
—¿No crees que es demasiado?—interviene Hinata.
Así que tiene que ver con lo que habían salido a hacer.
Esa mañana habían ido con Daichi para poder poner en orden los asuntos legales Mitsuki. Principalmente la restricción para que Akira no se acercara a él. Al principio si pensó que era demasiado lo de poner una restricción de acceso a Akira ya que es la madre de Mitsuki pero en el fondo de su corazón también teme que en un arrebato regrese y quiera llevárselo de buenas a primeras. Apenas lo está conociendo y tal vez no sabía de su existencia hace unos pocos días pero como ha dicho su madre: es su hijo. No quiere forjar un lazo y que después se le sea arrebato. Tal vez esa sea la traba por lo cual no puede terminar de aceptarlo como su hijo, porque siente que es algo momentáneo. Kei no quiere que sea así. Quiere tener a Mitsuki de ahora en adelante.
—De momento creo que es lo mejor, si Akira quiere volver a Mitsuki primero debe de plantar la cara y hablar adecuadamente.
—Entiendo que debas arreglar las cosas con él pero Mitsuki es un niño, un niño que fue criado por una madre. Sería feo que supiera que no podrá verlo cuando ambos quieran.
—Pues de momento no creo que sea algo que lo esté afectando mucho—dice Kei pensando en los últimos días.
—Ese es otro asunto—dice por lo bajo Hinata—. Aún así date un tiempo y platica un poco con él.
Shoyo no desea ser ave de mal agüero pero siente que pasa algo malo con Mitsuki. Su fácil adaptación no para de serle sospechoso. Además de que su personalidad no encaja mucho con lo que podría ser de un hijo de Kunimi y Tsukishima. Sabe que no es regla que los hijos sean iguales a los padres, un ejemplo de ello son los los gemelos, pero en el caso de Mitsuki se siente como algo antinatural. Tal vez sea su faceta de madre o sobre piensa las cosas demasiado para su propio bien, sea lo que sea cree que deberían pisar con más cuidado sobre el pequeño.
—Hablando del tema de charlar con los hijos ¿Ya hiciste lo propio con la reina sobre ese tema?
Shoyo menea la cabeza en afirmación a la pregunta.
—"¿Es que eres un tonto? ya es demasiado tarde para que siquiera pienses en renunciar a la selección"—el pelirrojo recita las bellas palabras que le dijo su hija cuando tocó con ella el tema de sus vacaciones permanente del equipo nacional.
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Sol, luna, noche y estrella
RomanceUna serie de eventos desafortunados llevará a Tsukishima a hacerse cargo Hinata, y bueno... de alguien más.