Salvando identidades (Crónica Uno)

capítulo 23

[Esclavos]

Narra Lior:
Mi ama me ordeno ir al cuarto principal, dijo que me arreglará que me presentaría a alguien, pero hace un par de horas que me enteré de un secreto que me ocultaban Aia y Yui, mi ama me ordeno ir al carruaje y traer el baúl que supuestamente nos había donado, decidí abrir el baúl antes de llevárselo y descubrí un secreto sin presentes, ahí estaba yo abriendo comúnmente el baúl, pero me quede estupefacto al observar una extraña, bueno incluso no sé cómo describirlo, pues es un extraño cristal alargado color rojo, aún hay cosas que desconozco, pero lo único que sé, es que Aia y Yui nos lo ocultaban a mí y a Sharik.

Ahora mismo estoy en el salón principal, vestido de una forma elegante y reluciente tal y como ellos.

- Vaya veo que eres bastante disciplinado- dijo aquella mujer, viniendo a mí con un vestido de seda blanca, dentro de mi mente no pude evitar gruñir de coraje- bien te presentaré a mi hija- me tocó el hombro, yo me estremecí, en el cuartel no hacía más que cuidar de las bestias, el papeleo y limpiar, papá nunca me daba misiones importantes.

- Él es Lior- mi nombre me hizo a un lado mis pensamientos de mis días en el cuartel, cuando alze la mirada me encontré con una chica de ojos verdes y una cabellera castaña casi rubia.

- Lior ella es mi hija Isabella, desde ahora tú serás su siervo personal- me dijo aquella mujer caminando hacia su hija posicionándose detrás de ella, las dos eran bastante parecidas - En fin, los dejo para que se conozcan- la mujer suspiro y luego se retiró.
La chica se me quedó mirando, yo desvíe la mirada no quería hacer contacto visual con ella.

- veo que eres timido, no importa, quítate esa ropa de la tropa y ponte tu traje de sirviente, te estaré esperando en el balcón arriba de la comoda - empezó a caminar- ¡Ah!, Se me olvidaba llévame un plato de uvas cuando termines- la chica dicho esto se marcho.

Narra Sharik:

- Si no se comportan los mataré a golpes- amenazó Corban el capataz, líder de los esclavos y siervos, que por incongruencia también era un esclavo, pero con más privilegios, Yui y yo habíamos crecido siendo esclavos en un castillo, por suerte nuestros amos eran generosos.

Al llegar al campo de sembrado, donde sembraban anabos (una clase de vayas dulces color rojo, que se daban en pequeños sacos de las ramas de los árboles), bekotas (un tubérculo parecido a la papa sólo que dulce) y Unavas (una verdura con propiedades nutritivas y curativas que sólo la cultivaban los ricos). Aia no podía dejar de sentirse mal, de no haber sido por su mentira serían libres, ella trataba de ocultarlo, pero su mirada temblorosa la delataba, porque si no fuese así, ahora mismo estaría mirando cada rincón del lugar para encontrar un plan.

- ¡Espera Corban!- grito la mujer, nuestra "dueña" - Deja a la chica blanca- lo sabía se trataba de Yui, Corban la apartó de nosotros y tomándola con brusquedad le quitó el lazo que nos mantenía atados a todos con Corban, Yui quedó libre, pero al igual que Lior l mujer la tomo del hombro y se la llevó con ella.

- ¡Avancen!- grito Corban jalando la soga hacía él con brusquedad, y así caminamos hasta un cuarto de adobe, donde el hombre nos puso una bola de acero en los pies, lo cual hacía más difíciles nuestros pasos, después de eso nos quito las sogas y nos empujó hacía el establo de madera donde estaban los pegazos, nunca había visto unos, pero había escuchado hablar de ellos porque las hijas de Akuder siempre pedían uno. - ¡Ustedes se encargarán de la mitad de los animales del establo!- dijo empujándolos al establo, por suerte no nos habían despojado de nuestras ropas, Corban después se marcho.
Mire a mi alrededor, era un enorme castillo de madera, con barrotes de acero y vigas de cemento, las mujeres se encargaban de cuidar las guías de una enredadera roja que crecía en el techo, después el piso del jardín que estaba en la puerta del castillo era de mármol y ahora estaba siendo tallado por niñas que estaban de rodillas, del lado derecho del castillo se encontraba el campo de siembra de amabas después seguía un pequeño cementerio, y por último estaba el establo, donde habitaban los animales y nosotros.

- ¿Crees que Lior nos traicione?- pregunto con angustia la morena

- Aia si vamos estar juntos debemos confiar en él y en Yui- dije tocándole el hombro

Narra Aia:

- "debemos confiar en él y en Yui" - susurró Sharik tocándome el hombre, yo le mire a los ojos dándole una sonrisa, la actitud de Sharik era tolerante y segura, y bastante pacífica que daba calma - ¡Ah!- grita Sharik yo me altere, ¿Se sentirá mal? - ¿Sharik?- dije agarrándolo de los hombros, el se presiona su cabeza, estará enfermo- ¡Aunque eso no quiere decir que no esté preocupado por Yui!, ¡Ella estará bien!. ¿Y sí la vieja le está haciendo algo?- grita desesperado, y yo pensando que aporta calma, pensó la morena desepcionada.

Narra Yui:

La mujer me miró a los ojos con una sonrisa

- Esperaba que me acompañaras- yo no dije nada sólo la seguí, abrió una puerta del castillo y entramos escaleras abajo, pero aún así me sentí extraña...es decir ¿Dónde podría llevarme?, Caminaba con miedo, una vez bajando la escalera abrió otra puerta, y cada vez todo se tornaba más oscuro, pero mi miedo se concentró más cuando escuché que cerraron con llave la puerta de madera.

- ¡Espere!- dije enojada, al ver a la mujer acabar de cerrar la puerta

- Más vale que no trates de hacer nada- dijo mientras sacaba una daga de su vestido - te mataré si te acercas, ahora quiero que te sientes en esa silla y hablaremos tranquilamente- "mierda caí en su mentira", mi corazón rabia de preocupación y  miedo, mi rostro lo demuestra frunciendo las cejas, pero no tengo otra opción.

- bien, eres buena niña- su voz ridículamente dulce

- bien yo haré las preguntas, tú también las harás pero yo decidiré que contestar a diferencia de tí- dijo envolviendo en círculos su cabello castaño, trague saliva en seco

- está bien

Narra Lior:

Decidí ocultar mi ropa dentro del baúl de Yui y esconderlo en el barranco, Isabella me había dado un tiempo libre.
Bajaba el barranco con cautela con el baúl en mano, hasta que me topé con algo importante

"Burundangana".