El guardián de las llaves.

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Al día siguiente Lia fue despertada por su padrino, quien llevaba una torta con él.

-Niña.- Dijo moviéndola un poco.- Hey, pequeña.

- ¿Qué pasó? - Lia intentaba acostumbrarse a la luz cuando recordó que día era.- Ya tengo 11 años.- Gritó emocionada.

- Sí pequeña, ahora apaga las velas antes de que mi brazo se canse.- Rió mientras decía eso. Lia se pensó sus deseos y sopló sus once velas.- Feliz cumpleaños pequeña. Ya tienes once años.- Remus intentaba aguantarse las lágrimas.

- Tío, no llores. Vas a mojar el pastel de chocolate.- Dijo mientras reía, luego Remus se unió.

-Te tengo un regalo muy especial.- Dijo Lupin mientras desayunaban- Lo encontré hace poco, creo que te podría interesar.

- Ya te dije que no quiero regalos, con estar contigo me basta.- Lia sabía que su tío no tenía trabajo desde hace mucho por ser un hombre lobo. Todo lo que se gastaba en ella era dinero que James y Lily dejaron para sus hijos, pero Remus jamás lo usa para él.

- Pues te tengo un regalo igual, era de tu madre.- Lupin se levantó de la mesa para buscarlo.- Es algo que era muy especial para ella. Mira acá está.- Dijo cuando lo encontró.- Abrelo.

- Gracias.- La pequeña nerviosa por tener algo que perteneció a su madre fue abriendo el regalo. Era un collar muy bello con un dije de una snitch.

-Tu padre se la dio en un intento de conquistarla, al principio ella la tiró y se fue.- Al recordar ese momento Remus se rió.- No se llevaban muy bien al principio.

- Gracias.- Después de abrazar a su padrino la niña se puso el collar.- Me voy a cambiar, podríamos ir a caminar un rato.

La niña subió a su cuarto sin esperar respuesta. Es su cuarto habían unos cuantos regalos y dos lechuzas con cartas. Le sacó las cartas a las lechuzas, les dio un poco de agua y estas se fueron.

La primera carta que abrió era de Dumbledore.

Hola Lia,

Hoy, como supongo ya sabes, Hagrid le contó a tu hermano que es mago. Mañana irán a comprar las cosas, te ruego que no te acerques al callejón. No quiero que Harry te conozca aún.

Por otro lado, quiero saludarte, Hoy es tu cumpleaños número once, algunos profesores te mandaron regalos.

En un mes, tendrás que venir a estudiar a Hogwarts, por favor finge que no conoces a nadie de los que trabajan aquí. Sería un poco complicado explicar que conoces a todos sin decir quién eres. Espero que lo entiendas.

-Que sea un lindo Día.

Albus Dombledore


La segunda carta era de Snape, Lia no entendía porque él le escribía si dejo de hablarle hace unos tres años atrás. De todas formas abrió la carta

Señorita Potter

Tengo entendido que este año, junto a su hermano, entran a Hogwarts.

Pues la felicito, me sorprendería si no la hubiesen aceptado, yo mismo le dí clases cuando era más pequeña. En fin, espero que sea la mejor en mi clase, si no me sentiría muy decepcionado de usted.

También le escribía esta carta para rogarle que no diga ni una palabra sobre que yo alguna vez al trate como a una hija, mucho menos a su hermano.

Le deseo un Feliz cumpleaños.

-Profesor Snape.


Snape cada vez sorprendía más a Lia, le deja de hablar, le dice que es como una hija para él y luego dice que no le podía hablar a nadie sobre su relación parecida a Padre-Hija.

Fue a abrir sus regalos emocionada, le encantaba las cosas que le daban los profesores.

McGonagall le dio un libro sobre los animagos. Hace un tiempo le contó que quería convertirse en uno para apoyar a su padrino, pero él se lo negaba. Su futura profesora de transformaciones era una y le emocionó al escuchar los deseos de la niña.

Hagrid le dio un gato hermoso, (Aún que a él le dan alergia) ella desde hace tiempo que quería una mascota y siempre hablaba con Hagrid que podía tener. Él siempre quiso un dragón, Lia vivía recordándole que eso era ilegal.

Para su sorpresa Sanpe igual le mando un regalo. El regalo era todo lo que necesitara ese año para su clase de pociones. Venía con una nota que decía; Tu padrino es tan idiota que podría no comprarte los que se pidieron y equivocarse. Snape siempre le tuvo odio a todo lo que tuviera que ver con su padre y amigos.

Dumbledore le dio un paquete de dulces de limón.

Después de guardar sus regalos se cambió y fue con su padrino para salir a caminar.

Al llegar a su casa ese día recibió otra carta de Dumbledore donde le recordaba que al siguiente día no podía ir a comprar sus cosas y que se quedara en su casa.

Después de guardar la carta y comer se fue a su cuarto a dormir. Cada vez quería más que llegara el día de entrar a Hogwarts.

La hermana de Potter y la piedra filosofal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora