D I E C I S I E T e

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Taehyung despertó enrollado al cuerpo inmerso en sueño del mayor, así que con mucha meticulosidad se volvió aún preso del agarre en su espalda baja. Y cuando estuvo con su cara frente al rostro de Ho, dio suaves caricias en este, disfrutando de su sedosidad y lo bonito que se veía completamente relajado. Al pasar sus dedos sobre los labios y luego dejar un corto beso ahí, Hoseok hizo una mueca en medio de su dormir. Kim sonrió y lo volvió a besar repetidas veces hasta ver que una sonrisa asomaba en los labios de quien amaba.

Jung por su parte abrió con lentitud los ojos, y al ver que Tae había escondido su cabeza debajo de la almohada, se lanzó sobre él repartiendo cosquillas y besos en su cuello. Lo giró viendo su linda sonrisa y luego se quedó un largo tiempo besando con ternura su boca. Hoseok le dio el último ósculo y se levantó con él enredado en cadera para ir juntos  al cuarto de JungKook y lograr que su hijo se despertara y se terminará por bañar y alistar para el colegio. Aún en pijama los dos bajaron a la cocina encontrando los ingredientes necesarios para un rico desayuno. A un lado la madre de Hoseok jugaba algo en su teléfono.

—No me miren mucho, porque me desconcentran. Hoy es el turno de Hobi para hacer comida.— Apuntó con la cabeza a la mesa. Taehyung sigiloso se movió hasta escapar y subir con Kook.

—¿Tae?— Preguntó a la nada. —¡Oh, rayos! He sido traicionado.

—Rapido Hoseok, Jungkook entra en una hora. Llegará tarde por tu culpa, padre irresponsable.— Dijo la anciana después de reír, levantándose y yendo a sentarse en el sofá.

—¡Buenos días!— Entró gritando el niño seguido de su padre. —Papi, ¿qué comida deliciosa harás hoy?— El pequeño se lanzó a abrazar a Hoseok. Taehyung rio por ello.

—¿Panqueques con jugo? Creo que me acuerdo de la receta...— Jungkook asintió feliz.

—¿Te ayudo?— Susurró a su espalda el chico que lo volvía un poco loco. Jung afirmó pasándole la leche y los huevos para que el menor los pusiera en la licuadora.

En unos minutos la comida estuvo lista y Taehyung luego de comer unos cuantos se llevó a su hijo hasta la calle, en donde Yugyeom junto a su madre lo esperaban. Saludó a ambos y luego de besitos en la cabeza de los chicos, que por supuesto se negaban a recibir por vergüenza, caminó al supermercado ubicado sólo a unas cuadras. Dentro de él compró muchas golosinas, helados y mucho chocolate, porque hoy tenía ganas de comer hasta reventar. Tras pagar en la caja, pasó a la farmacia que estaba a metros en donde recorrió todo en busca del jabón que Kook amaba y después sin querer llegó a la sección de higiene, aprovechando de comprar algunos condones junto con dos tipos de lubricante. Debido a que nunca se sabe cuando podrían ser de ayuda en una ocasión especial, o mejor aún, para jugar un poco al estar sólo en casa. Ya que el antiguamente escondido entre su ropa se había acabado hace unas semanas.

Taehyung caminó de vuelta y en la puerta principal se halló con una nota de la señora Jung pegada en la puerta. En ella hablaba de su quinta cita con el señor Min y sobre el encierro de Hoseok en la sala de prácticas pidiendo no ser interrumpido para pensar en todo lo sucedido durante los últimos meses con calma. Afligido entró al lugar y después de acomodar en el las cosas compradas, cerró todas las cortinas que pudo en la casa y reprodujo en la televisión una película romántica, comenzando a comer el pote de helado enfadado por no tener a su Hobi. A la mitad de esta ya se lo había comido entero, y también había llorado queriendo tener una escena romántica idéntica a la de la cinta con Hoseok. Cuando acabó por fin, Kim se durmió estirado a lo largo del sillón.

[...]

Cuando Jungkook llegó de la escuela lo primero que hizo fue revisar a Tae, y al ver que todo estaba bien, corrió hacia un Hoseok que supuestamente lo esperaría en el cuarto de prácticas para ensayar y ayudarlo con su baile en el musical que se llevaría a cabo a fin de mes. Tocó con ansias la puerta y cuando se abrió, vio que los ojos de Hoseok estaban rojos por haber llorado. El más joven lo sabía, lo conocía suficientemente para saber que la sonrisa que le estaba dedicando era sólo para evitar su preocupación. Por lo que se acercó y lo abrazó fuertemente, oyéndolo suspirar.

—¿Ahora ya estás un poquito mejor, papá?— Hoseok sintió un gran regocijo de emociones positivas que lo llevaron a darle un punto final a sus complicados pensamientos. Pues todo estaba por fin claro ante sus ojos, las dificultades se habían solucionado y él sólo estaba encerrándose en una burbuja que no le ayudaría a ser mejor.

El pasado no podría ser cambiado nunca, y por ende, lo mejor era actuar de una vez por todas como un padre para el presente y futuro del pequeño que ahora tenía a su lado. Debía recuperar todo lo que había perdido, empezando con su gran y único amor que por suerte había regresado. Jungkook le dio un sonrisa que él de inmediato correspondió feliz y se mantuvieron como dos integrantes de una familia durante toda la preparación.

—¿Estás vivo?— El infante lo miraba divertido desde arriba. Obviamente Ho estaba cansado por haber estado todo el día bailando y ya no daba más. —Tae está durmiendo en el sofá, creo que vio una película y estaba llorando.

—Kookie...— Miró el reloj del teléfono. —Ya es hora de ir a dormir, iremos a comer algo, bañarnos y después a la cama, ¿vale?

—Vale, papá.

—Pero lo haremos en versión espías, y yo me encargo luego de llevarme a Taetae a la cama.— Habló recogiendo sus cosas.

[...]

—Taehyungie... despierta.— Susurró besando su mejilla y pasando sus brazos por debajo del cuerpo del morocho. —Vamos cariño, la cama nos espera.

Hoseok logró afianzarlo a su cuerpo y lo llevó hasta la habitación sin problemas. Acostándolo suavemente encima de la cama y enseguida quitándole despacio las prendas que llevaba puestas, sin embargo, al tenerlo en ropa interior frente a él, Jung no iba a negar que su miembro amenazó con despertarse completamente.

—Tae, bebé, Taehyungie...— Lo levantó para colocarle su pijama. El pelirrojo sonrió en grande por los apodos y lo ayudó a ponerse la ropa inferior.

A ciegas él también ayudó a desabrochar los botones de la camisa del mayor y tocó un poquito más de la cuenta cuando abrió su pantalón. Sintiéndose orgulloso de la reacción del mayor se acercó a su boca y le plantó un beso que terminó al momento en que Hoseok se colocó la camiseta habitual para dormir. Cayeron a la cama entre risas y entrelazaron sus piernas para sentir el calor del contrario en medio del crudo invierno que venía llegando para quedarse por largos meses. De repente el pelinegro se quedó observando al chico literalmente sobre su cuerpo y no tardó en decir lo que había estado pensando desde que lo vio en su encuentro tras sus años en Japón.

—Taehyungie, sabes que te he amado siempre y que lo seguiré haciendo sin importar lo que suceda... ¿Quieres ser mi hermoso novio oficialmente, bebé?— El chico sorprendido levantó de golpe la cabeza que reposaba en el hombro de Hoseok y lo miró boquiabierto. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se lanzó a sus labios sin importar la falta de oxígeno.

—Esperé tantos años para esto que ahora me parece tan surrealista... ¡Dios, sí quiero, Hoseok!— Con sus piernas a cada lado de las caderas ajenas, lo tiró fuerte de su remera para dejar decenas de besos cortos en su cara. —Te amo.

—También te amo. Gracias por mantener tu cariño guardado para mí, gracias por el hijo maravilloso que me has dado.

MY BEST FRIEND; Vhope [호석] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora