D I E C I O C H o

1.9K 312 101
                                    

Hoseok cruzaba con latente admiración cada centímetro de la piel expuesta del menor enmarañado a su cuerpo. Desde su despertar una sonrisa se hallaba muy fija en su boca, reflejado el estado de enamoramiento en que lo tenía ese chico precioso. Dio unos cuantos toques más a él, y levantando un poco la camisa del pijama que tapaba la zona del abdomen, recorrió la mínima y adorable pancita de este con roces de sus labios. Taehyung se movió inquieto, mas Jung lo ignoró por completo y siguió con lo suyo; dar besos en línea recta hasta llegar a su pecho y dejar lamidas casi imperceptibles en los pezones tenuamente erectos.

—Hobi...— Farfulló retorciéndose a gusto cuando el pelinegro usó sus dientes sin aplicar mucha presión. Complacido con esto, Ho siguió mordiendo las sensibles protuberancias y luego con su mano emprendió un recorrido por los muslos morenos del más joven, bajando el short que usaba para dormir junto con su ropa interior. Taehyung separó sus piernas, otorgándole paso entre ellas, allí los dedos de Hoseok vagaron por partes al azar durante tediosos minutos, pero en el santiamén que el pelirrojo menos esperó, uno de ellos tocó su perineo haciéndolo gemir contento.

Jung se ubicó sobre el menor y lo besó hambriento, tomando firmemente su miembro para darle lentas caricias que hicieron jadear a Taehyung en busca de oxígeno. Sin embargo, la puerta fue abierta sin aviso y ambos tuvieron que esconder muy bien sus cuerpos bajo las sábanas.

—¡Papás, estoy muy atrasado!— Gritó Jungkook agitando los cortos brazos que poseía. —¿No iré a la escuela hoy?

—Cariño, puedes salir un momento. Hobi necesita contarme un secreto.— Suplicó sintiendo el pene del mayor restregarse contra su espalda. Mandó unos mensajes pidiendo ayuda y continuó. —Si te vas con tu abuela a pasear te compraré el teléfono que querías y podrás ver todas las películas de Ironman que quieras.

—¡Wuu! Acepto, pero... ¿usarán sus aparatos reproductores para hacerme un hermanito?— Taehyung abrió la boca y Jung comenzó a reírse sin descanso. En sus tiempos la escuela no enseñaba eso hasta la adolescencia. Pero en realidad era muy bueno que los niños estuvieran informados. —Quiero un bebé que pueda hacer de Capitán América en nuestras batallas. Si es niña... Igualmente lo hará. ¡Oh!, también le robaré sus cosas y me pondré su ropa nueva para molestarla.— Finalizó el niño, saliendo por la puerta con rapidez. Hoseok aprovechó aquello para subir al menor a su cuerpo. A la lejanía se escuchó la puerta principal cerrarse.

—Nuestro pequeño es inteligente, creo que eso lo sacó de ti. Mhm, ¿puedo seguir con esto?— Preguntó lamiendo el labio inferior del pelirrojo durante el tiempo en que sus manos separaron las nalgas del más joven para que uno de sus dedos rozara su entrada, robándole un gemido entrecortado que hizo rebotar a al miembro ansioso de Hoseok. —Así..., bebé, deja que te escuche.— Lo torturó moviendo el dígito que mantenía escasamente hundido en él de manera circular. —¿Taehyungie quiere más?

—¡Sí!, por favor. En las bolsas que están dentro del mueble de los cereales hay algo que nos ayudará.— Jung sonrió con superioridad, arrastrando su mano por debajo de su almohada y sacando lo que había encontrado la noche pasada.

—Con que mi Tae ha vuelo un chico con muchas más agallas. ¿O acaso crees que no vi los juguetes que usas, escondidos en mi propio armario?— Echó en sus dedos una cantidad considerable del líquido espeso. —Me encantas, ¿ya te lo había dicho, cierto?— Hoseok siguió con su tarea de preparar el terreno que los haría disfrutar al máximo.

—Uh, ¿qué tal si ahora me demuestras tu amor con esto?— Kim abarcó con su gran diestra el pene que se erguía entre sus muslos y con la otra tomó un profiláctico extra fino, lo sacó de su envoltura y lo deslizó por la extensión. Se dedicó unos segundos a masajearlo fuertemente y sin cuidado alguno lo guió la erección a su hendidura, frotándose contra él y dando saltitos para simular que lo estaba montando.

Hoseok se dedicó a besarlo mientras dos de sus dedos se enterraban hasta donde podían en su agujero caliente, Taehyung gemía a su oído mientras acariciaba los dos miembros con rapidez. Tiempo más tarde el menor se acomodó mejor y llevó las manos del pelinegro a su pene. Luego, con una sonrisa muy traviesa tomó el falo, colocándolo en la manera necesaria, y con él se abrió paso entre sus paredes estrechas con un movimiento brusco. Colocó una mueca demostrando su gusto y ligera incomodidad, pero no detuvo sus movimientos lentos. Hoseok le sonrió con ternura, siendo correspondido con muchos besitos que iban entre su boca y mandíbula. El de cabello oscuro bajó su cara hasta el cuello de Tae, yéndose más al sur para lamer y saborear sus tetillas con paciencia, la cual parecía acabarse cuando los gemidos y la respiración de Taehyung aumentaron.

—Ah... ¡Jung!— Ascendía con lentitud y bajaba rápido sus caderas, llevando el pene que tanto amaba y extrañaba hasta el fondo. Para darle estabilidad, Hoseok lo rodeó con sus brazos por la cintura fundiendo aún más sus cuerpos. Pronto Tae disminuyó la rudeza y velocidad de las penetraciones, eligiendo moverse en círculos. Él, fascinado con el placer que lo abrumaba, agarró vigorosamente sus caderas, embistiéndolo con fiereza y profundidad por largos minutos que les parecieron el paraíso.

Poco tiempo después, Taehyung terminó por eyacular abrazado a su cuello, lleno de temblores y espasmos por el cuerpo entero. Para Hoseok sólo bastó el goce de escucharlo gemir entrecortado y ronco, dando las últimas estocadas abismales terminó por drenar su orgasmo en el preservativo. Cansado, Kim afirmó su cabeza en el hueco del cuello ajeno y sonrió contra la piel morena que hacia contacto con su mejilla caliente.

—Taehyungie, te amo.— Una corriente de felicidad recorrió a los chicos. —Es bueno saber que algún día podemos ya sabes..., hacer el bebé que Jungkookie también quiere.— Él levantó su cabeza con una mueca de sorpresa en sus labios y luego lo abrazó muy fuerte con ganas de llorar por la emoción. Pues Tae quería muchos bebés si todo se mantenía igual de bien. Lo besó cortarmente y no tardó mucho en bajar una de sus manos por el pecho de Hoseok, finalizando en sus pezones para darles continuos toqueteos.

—Quiero dos pequeños corriendo con Kookie atrás queriéndoles cambiar el pañal, sólo esperaré hasta conseguir el trabajo que quiero y podremos hacerlo sin un maldito condón.— Murmuró a un lado de la oreja del mayor, mordiéndola suavemente. —Por ahora, ruego que seas un completo salvaje y que me hagas gritar de placer, Hoseokie.

MY BEST FRIEND; Vhope [호석] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora