T R E s

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Jungkook era un excelente chico, aplicado en el colegio, maravilloso amigo, lleno de buen comportamiento con sus pares. Desde su llegada se había ganado un gran espacio en su corazón, y es que ¿cómo no amarlo? Ese niño era todo lo que Hoseok podría pedir en un hijo. Encajaban tan a la perfección y sus gustos eran similares. Incluso desde ahora sería su "profesor" de baile en casa por las tardes al llegar del trabajo.

—Tío Hoseok ¿estás ahí o te raptaron?— El mayor estaba tan concentrado en recordar algún indicio que le mostrara al padre del pequeño, que no se había percatado de la carita feliz que lo miraba al centro del mini salón de baile en su hogar.

—Claro Kookie, ven. Empezaremos con unos pasos sencillos e iremos aumentando con el tiempo ¿vale?— El menor de acuerdo con Hobi le siguió hasta quedar frente de un espejo gigante.

Cada paso realizado por el coreógrafo era seguido por un feliz Kim Jungkook, el chico tenía un espíritu de superación grande y deseaba ser algún día como Hobi. Su padre siempre le había relatado del maravilloso ser que era el dueño de esa gran sonrisa, de lo agradable que era jugar y hablar con él. Con cinco años era capaz de entender lo que muchos no podían, su vida era un poco fuera de lo común pero amaba a sus padres. Kim Taehyung era un adulto fascinante y el mejor papi de todos, y su bebé lo podría describir como un Superhéroe ya que era el único tan arriesgado como para darlo todo por quienes amaba.

La imagen que el recién llegado tenía en esos instantes era preciosa. Amaba ver como su retoño se relacionaba con el hombre que amó y seguía haciéndolo. Siempre supo que el baile los uniría, cuando residían en Japón lo intentaba por su hijo pero no era tal la conexión, ya que no era muy bueno en ello. Otra cosa era cuando pasaban tardes enteras cantando, ese sí era su modo de entendimiento padre-hijo fuera de lo normal en cada familia. Estaba orgulloso de sus hombres. También de sí mismo, a pesar de todo lo vivido, había salido sin complicaciones. Las desiciones son duras y estrictas, pero tienen su recompensa.

A fin de cuentas su hijo lo apoyaba y aun tenía la fe de que su antiguo amante comprendiera sin juzgarlo.

Jungkookie creció sin una familia completa, mas eso nunca detuvo a su padre a formar a base de historias y fotografías una ilustración de su progenitor faltante en el hogar. Era reconfortante ver la ilusión en los ojos de su chico por saber más detalles de quien había dado paso a su vida. Se sentía una mierda egoísta por haberle quitado eso a quienes más quería. No obstante, hubiera sido inclusive peor si en el pasado Hoseok dejara su pasión de lado siendo Taehyung el principal animador de conseguir sus sueños.

—Chicos, es hora de ir a casa.— Ambos le miraron sonrientes, sí que tenían hambre.

—Papi quiero ver una película así como en casa, ¿podemos?— Habló Jungkook con un puchero para el adulto.

—Claro, pero bebé... ¿Qué es lo otro que debes hacer?

—Hobi, tú también estás invitado, y Mami Jung. Tendremos muchas palomitas para todos.— Añadió el de menor estatura. Logrando una risita de sus acompañantes. —Por cierto, me gustan las de terror Hobi.

En sus adentros el malicioso chico sonreía al saber ya lo miedoso que era Hoseok. Sería un buen acercamiento entre ellos dos.


MY BEST FRIEND; Vhope [호석] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora