➡En EDICIÓN.
- Dos almas brillantes con habilidades absurdamente similares pero hay algo que modifica todo lo demás, aquella gran diferencia... -
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Han pasado 2 años desde que "ᴇˡ ˢᵘⁱᶜⁱᵈⁱᵒ ᵈᵉ ˡᵃ ᶠᵃˡˢᵃ ᵐᵉⁿᵗᵉ ᵇʳⁱˡˡᵃⁿᵗᵉ" tu...
El Detective se dirigió de manera tranquila hacia aquel lugar. Su paso comenzó a descender cuando vio la figura de una mujer rubia, aquella que se encontraba sentada en una banca.
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Pensó en dar vuelta y regresar con la Castaña.
¿Por qué me la paso pensando en ti? Se preguntó.
Debe ser porque se encuentra en un juego con ella, aquel que termina con el Problema Final.
¡Maldita sea, se supone que acabaría aquel día, hace dos años! Pensó.
Acomodó su bufanda, cerró los puños con fuerza para después abrir las manos de manera delicada.
Avanzó de nuevo, para llegar a aquel lugar, se detuvo dando media vuelta, quedando justo frente a ella, colocó sus manos detrás de su espalda, entrecerrando sus ojos de manera delicada, él estaba ahí. ¿Qué quería ella?
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— Aún no me he dado la oportunidad de hablar con Day, pero apuesto que pensó lo mismo que yo acerca de ti, justo cuando te vio por primera vez.- mencionó mostrando una sonrisa peculiarmente provocativa.
— ¿Qué cosa?- preguntó serio.
— ¿Tan ciego eres?- preguntó ella.- Que divertido, mi querido hermano tenía razón. Pero prefiero dejarte con la duda, así que, yo soy Allison Moriarty.
— No necesito presentarme, sabes quién soy yo. Lo que realmente me llama la atención es la intrépida situación, mostrarte como si nada, ¿Cuál es el fin? - preguntó.
— Creeme es demasiado interesante, los conozco a los dos, ambos tienen debilidades muy cautivadoras. Terminaré lo que inició mi hermano, de verdad, debiste verlo sentado en aquel lugar, con esa corona.- comentó mientras hacía ciertos ademanes con sus manos.
