14.- Blanca

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-¡¿QUÉ?!- Amber gritó en medio del aula al ver su móvil. Sucrette, quien estaba a su lado, la observó extrañada.

-¿Que pasa?

-Ah...- Tapó su celular.- Ahora vuelvo.

La rubia salió corriendo del aula magna y marcó.

-No hagas mucho escándalo.- Castiel enseguida habló.

-¿No mucho escándalo? Mi hermano acaba de aceptar salir contigo.

-Nunca use esa palabra.

-Vamos Castiel, están saliendo.

-Que no es eso.

-¿Entonces? ¿Que es?

El pelirrojo suspiró.

-... estamos viendo si tal vez podríamos salir... no es serio, monógamo ni formal.

Amber sonrió.

-Lo que te haga sentir menos cursi.

-¿Cursi?

-Si, Castiel, tú has estado esforzándote mucho, en serio mucho. ¿Alguna vez te habías esforzado tanto en conquistar a alguien?

-...

-¡Ahí está! Y te lo agradezco, las demás relaciones de Nathaniel habían sido... sus parejas no daban mucho por él... gracias por esforzarte por mi hermano.

-Ahora tú eres quien está cursi.

Amber sonrió.

-Estoy segura que el también nota todo lo que haces.

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Armin le sonrió a Nathaniel, quien se acercaba corriendo.

-Pensé que no vendrías- Armin le dió una palmada en la espalda.

-¿Por qué no vendría?

-Por seguir amarrado a la cama del rockero.

Nathaniel volcó los ojos avergonzado.

-N-Nada de eso.

-¿No? Entonces ¿Qué hicieron toda la noche? ¿Hablar?- Sonrió burlón.

El rubio negó sonrojado.

-Vamos o perderás tu vuelo.

Entraron al aeropuerto.

Armin caminó para entregar sus maletas y regresó con su amigo.

-Bueno... Me voy.

-Me avisas cuando llegues.

-Si...- Armin titubeó un poco antes de continuar.- Nath... Por favor, no te metas en problemas ¿Si? Y no metas en problemas a Castiel.

Nathaniel suspiró.

-Lo que menos quiero es meterlo en mis problemas... No te preocupes.

-Si. Me quedo más tranquilo que otras veces. Castiel puede cuidar de ti.

-¿Cuidar de mi?- El rubio hizo una mueca.- Yo puedo cuidarme.

-Deja esa pose por un momento. Con Castiel eres... El verdadero Nathaniel. El que necesita a alguien a su lado.

El rubio negó.

-Ya estás diciendo tonterías.

-Cree lo que quieras.- Sonrió.- Pero dime... ¿Qué pasó? Después de la obvia noche salvaje.

-¡Armin!

El azabache rió.

-¿Qué? Necesito saber si lo dejarás cuidarte.

-¡No necesito que alguien me cuide!

Armin observó la pantalla de abordaje. Su vuelo empezaba a subir.

-Solo se, que Castiel quiere cuidarte, si lo dejes o no... No estoy seguro. Pero no lo arruines Nath. Has querido esto hace un rato.

-Claro que...

-Aunque sigas en negación. Ahora sí, me voy.

Nathaniel suspiró.

-Está bien... Con cuidado.

Armin le sonrió a su amigo antes de caminar a su abordaje.

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Nathaniel suspiró saliendo del aeropuerto. Tenía clase en la tarde, era una clase aburrida, y ya no estando Armin no tenía por qué ir...

Pero...

Tomó un taxi hacia la escuela y se bajó corriendo, pasó por la facultad de artes antes de ir a la de medicina, pasó a paso lento, tomándose su tiempo.

Suspiró.

¿Que esperaba, que Castiel llegara?

Negó.

El había lo dicho, nada serio y a unas pocas horas, el empezaba a actuar como novio.

-Maldita sea.- Se dió media vuelta para salir del campus.

-¡Espera!

Volvió la vista. Sucrette se acercó corriendo.

-¿Vienes a clase?

-No te diré.

La chica suspiró frustrada.

-Nath... Pensé que estábamos acercándonos... Mejorando.

El rubio s cruzó de brazos.

-¿Que te hizo pensar eso?

-¡Todo! Hablábamos más, pero ahora... ¿Dónde has estado estos días?

-Con Armin.

-¿Y cuando veía a Armin, donde estabas?

Nathaniel hizo una mueca.

-No tengo que darte explicaciones, voy y estoy donde se me da la gana.

Sucrette suspiró.

-Nath... ¿Cómo está blanca?

El rubio la observó extrañado.

-¿Qué?

-No te pediré que me cuentes cosas que no quieres. Además extraño a blanca. Dime cómo está.- la azabache sonrió.

-Ah...- Nathaniel dejó caer sus brazos.- Bien, cómo siempre, juguetona y rompiendo mis papeles.

-Oh... Que bonita. Siempre he querido tener una mascota. Y el tiempo que la veía ha sido lo más parecido que he tenido a.

Nathaniel sonrió.

-Ella también te quería.

Ambos guardaron silencio unos momentos. Recordando esos momentos donde jugaban con la pequeña gata.

Sucrette bajó la vista a la mano del rubio. Aguardó la respiración y tomó la mano.

Nathaniel abrió los ojos sorprendido y alzó la vista a la cara de la chica, quién seguía observando el agarre, un poco sonrojada.

-Su...

-¡Hola!- Amber llegó corriendo, haciendo que Sucrette pegara un brinco y se soltara.- ¿Aún tienes clase?
Le preguntó a la chica.

-N-No...

-Bien, tienes que acompañarme a un lado. Y tú, hermanito.- Nathaniel la observó.- cuida lo que haces.

El rubio volcó los ojos.

Amber se alejó, arrastrando a Sucrette consigo.

Nathaniel alzó su mano y la observó.

-Su...

Amor Y Tiempo. [Castiel x Nathaniel] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora