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La vida de Lee Minho no podía ir mejor. Había conseguido un buen trabajo a medio tiempo, iba bien en sus estudios y había conocido hace poco a un chico muy apuesto.

Podría decir que desde que Jisung entró a su vida todo marchaba excelente.

A pesar de conocerse desde hace tan solo meses habían creado conexión inmediata (o eso creía el mayor) y ahora pasaban pegados el uno al otro todo el tiempo.

A la mañana Minho pasaba a buscarlo teniendo listo un batido de frutos rojos para él, el cual aparentemente era el único que bebía.

De ahí la tarde transcurría aburrida para él, atrapado en clases sin poder ver a Jisung ni un triste minuto.

Siendo ya de noche ambos salían juntos a dar un paseo o solo pasaban el rato en casa del mayor, ya como una rutina.

Sería mentira de parte de Minho si decía que no le daba curiosidad conocer la casa de Jisung, pero pensaba que este se sentía apenado de mostrar su espacio y le estaba dando el tiempo necesario.

Aún recordaba el día en que le insistió en ello, recibiendo por respuesta un simple "todo a su tiempo".

¿Qué podía ser lo peor? ¿Ver una habitación desorganizada?

Definitivamente Minho no tenía idea de nada mientras Jisung hacía cuenta regresiva de cuando le mostraría al mayor su secreto.

Por muy dulce que ya iban las cosas sabía que necesitaba esperar, no era el momento pues era consciente de que Minho podría espantarse.

Esperar, y esperar. Casi hartando irónicamente al mayor.

Red. °Minsung°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora