Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]

Capítulo 12. Expedición

(N/A: No sigo para nada la historia del manga original y el tiempo que transcurre también me lo invento.)

"Vete y olvida mi voz.

Me cansé de ser un bufón.

Duele sentirme un error.

Vete, no pidas perdón, el culpable aquí solo soy yo.

Gritos de un perdedor"

(...)

Mikasa temblaba de cintura para abajo y no se podía mover.

- Levi... - Suspiro, su respiración estaba entrecortada y su piel sudorosa, al igual que él.

- Dios Mikasa. - Dijo este sin más.

Con eso ambos se entendieron. Para ambos había sido fantástico. Mikasa no lo podía corroborar ya que no había tenido sexo con ninguna otra persona que fuera Levi, pero este sí que lo afirmaba: Había sido el mejor sexo que había tenido en lo que llevaba de vida
Mikasa era magnifica en la cama y toda esa frialdad se iban cuando ambos estaban desnudos. Los dos mimaban al cuerpo del otro en su totalidad y este había sido un claro ejemplo.

Sin duda para repetir.

Por la mañana, Mikasa se tomo la píldora.

(...)

Sí, ahora todo iba viento en popa para esos dos, sin embargo, la relación que Mikasa quería conseguir iba a velocidad de óleo.

Sí, toda su vida volvió a la normalidad, sin embargo, eso era lo que menos quería conseguir Mikasa.

Sí, estaba divagando y hablándole al techo de su habitación una y otra vez sobre lo que hacer a partir de ahora.

Finalmente, salió de ese trance en el que se encontraba y se incorporó de la cama. Su expresión no cambió al ver a Historia dormida en su cama. No le sorprendió, ella solía levantarse bastante temprano.
Se aseó y se dirigió al comedor donde, como no, se encontraba el capitán tomando su respectivo desayuno.

La mañana pasó rápida sin ninguna novedad. Entrenaron combate cuerpo a cuerpo y Levi les enseñó algunas tácticas con el equipo de maniobras tridimensionales.

Todas las parejas se situaban en algún lugar del campo de batalla mientras los azabaches se quedaban en el centro. Siempre entrenaban entre ellos dos ya que ningún cadete se ponía a tal nivel para poder llegar a darles una pelea entretenida, por esa razón la pareja nunca se separa a a la hora de luchar, eran prácticamente invencibles.
Levi comenzó atacando por la parte izquierda de la chica, enredando sus piernas entre las de ella y haciendo que se tambaleara y finalmente cayera. Mikasa se resistió y con un poco de fuerza consiguió posicionarse encima del capitán, sentada, literalmente, a horcajadas de él.

— No te veía tan atrevida. — El comentario de Levi hizo que la chica se sonrojara drásticamente al momento.

De respuesta a su provocación, Mikasa, con una pierna inmovilizo las dos del capitán mientras que con la otra le pisaba la mano que agarraba el cuchillo y con sus manos le quitó que el arman y agarró su otra mano.

Dada así por terminada la pelea y como Mikasa de vencedora.

Terminada la mañana se fueron a comer donde muchos comentaron el entrenamiento de hoy, Mikasa solo observaba y escuchaba atentamente.
Después de la comida la pareja de azabaches se dirigieron a la habitación del de mayor rango.

Empezaron con un hilo de besos, uno detrás de otros, frente, mejillas, nariz, devorándose los labios, bajando por el cuello, clavícula, pechos, torso... Las manos de Levi se paseaban libremente por las piernas de Mikasa mientras esta se deshacía de su ropa y de la del chico que tenía encima.

Pararon poco más tarde cuando alguien llamó a la puerta del capitán. Mikasa se levantó de encima de encima, se puso su camisa y se dirigió hacia el escritorio donde no se podían ver sus piernas desnudas. En cuanto a Levi solo se tuvo que poner su camiseta y abrocharse los pantalones.
Abrió ligeramente para ver quién era y tras divisar que se trataba de Eren la abrió entera.

— ¿Qué ocurre cadete? — Preguntó Levi.

— Capitán, el comandante Erwin lo llama a usted y a Mikasa para una reunión. — Sus ojos recorrieron toda la habitación encontrándose con los pantalones ropa interior de Mikasa. Puso una expresión ambigua aunque la verdad

— Si enseguida vamos. — Cerró la puerta de un golpe.

Mikasa se levantó y se puso lo que le quedaba de ropa.

5 minutos más tarde ya estaban en el despacho del comandante con todos los lideres de escuadrón presente.

— Necesitamos organizar un plan para llegar a Shinganshina cuanto antes. La policía militar nos pisa los talones y si no demostramos la utilidad de Eren pronto podrían convencer a altos cargos para quitarnos la custodia.

— ¿Y? — Dijo incrédulo Levi. — ¿No irás a hacer caso a los perros de central, no?

— Igualmente, si perdemos la confianza del pueblo, todo habrá acabado, Levi. — Argumentó Hanji con un dedo en el labio, pensando.

La reunión acabo poco más tarde. Cuando fijaron una fecha para la última expedición a Shinganshina, si no lo lograban, Erwin se retiraría y Hanji pasaría a ser la comandante. Levi se negaba a que Erwin fuera de expedición con un solo brazo ya que solo seria comida para titán.
En conclusión, la expedición seria dentro de 6 meses.

(...)

— Levi... — Era de noche, Mikasa se acomodaba entre los brazos de su capitán mientras las mantas los tapaban a los dos y la luz de luna se filtraba por la ventana. — Tu... No mueras. — Él la miró fijamente a los ojos

— Eso espero... - Dijo sin más.

Existe una lucha constante entre el corazón y la mente de Mikasa. Uno le lanza a hacer lo que realmente quiere hacer, decirle todo lo que siente a Levi; otro le dicta los pasos que debe seguir, alejarse de él, pero no es lo que quiere. Y recalco ese ''debe''. De alguna forma, vive o ha vivido alguna vez esclavizada. Sí, esclavizada de su propia mente, y dejando prisionero al corazón y sus deseos, que no son más que los suyos. Vive en un mundo en el que las personas tienden a poner parches antes de herirse, gafas de sol sin ni siquiera recibir un rayo, paracaídas antes de dar la oportunidad de volar con nuestras propias alas. En definitiva, anteponer la mente al corazón. Ella olvida lo que es que el corazón se altere acorde con nosotros mismos, con nuestras sensaciones. Olvida que es él el que late fuerte cuando es feliz, cuando teme, cuando la ira la vence y la rabia la come...Olvida que si él se parara, su vida también se pararía.

Decidió a hacer total caso a su corazón.

"Después de la primera vez,
nada es igual"