Capítulo 14. Respuesta

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Levi se quedó de piedra. No sabía que responderle a esa declaración. Y es que la verdad, pese a que se sentía bastante cómodo con ella a su lado no sentía nada especial por Mikasa.

Cuando empezó a decir que le gustaba alguien creyó que era una indirecta para que dejaran de tener relaciones, pero se equivoco profundamente.
Ahora estaba en un hoyo sin fondo, ni luz, ni salida en el que dijera lo que dijese, haría daño a Mikasa.

Eso era lo inevitable. Puesto a esto, se decidió a hablar.

— Mikasa... — Ella lo miró fijamente a los ojos, con un brillo especial en ellos pese a que sabía que iba a ser rechazada. — Solo te puedo dar lo que te he dado hasta ahora, placer. No me puedes gustar, no te puedo querer, no te puedo amar. — Suspiró pesadamente mientras veía los ojos de la chica empañarse de lágrimas. — Lo siento Mikasa, pero no te puedo corresponder. — Ella bajó la mirada rememorando cada una de las frases del chico. — Eres una mujer increíble, guapa y sexi. No te mereces a alguien que no pueda amar.

— Me conformo — Dijo sin más —

— ¿Qué? — Preguntó extrañado.

— Has dicho que solo me puedes dar placer. Con eso me conformo. — Lo miró fijamente. — Si no te gusto haré que te guste, si no me quieres, haré que me quieras y si no me amas, haré que me ames. — Lo afirmó mirándolo fijamente a los ojos.

Mikasa puso sus manos en las mejillas de Levi y lo beso entregándose a él 100%

En los siguientes días la chica hizo todo por y para Levi. Estaba pendiente de él sin llegar a un punto obsesivo e incluso en el sexo, dicho por Levi, era mucho mejor y más entregada que antes.

(...)

Era tarde. Levi tenía un pila de montones de formularios y papeleos que rellenar y terminar. De forma indudablemente desesperado le pidió ayuda a Mikasa para terminar de una forma más rápida.

A media noche ambos estaban dormidos en el sofá con papeles por doquier.
La luna se antojaba hermosa entre las montañas y el viento resoplaba haciendo mover las hierbas del césped. Sin duda, era una noche hermosa y aun más precioso era si puedes estar con la persona a la que quieres, como era el caso de Mikasa

(...)

— ¿Sabes Levi? No solemos hablas mucho. — Dijo jugando con el agua de la bañera mientras sentía las manos del capitán subiendo por sus brazos, apartándole el pelo y dejando pequeños besos por todo el cuello.

— ¿De qué quieres hablar? — Preguntó él

— ¿Qué te gusta hacer aparte de tomar té y rellenar informes? — Preguntó ella riéndose.

— ¿Te burlas de mi? — Se posicionó encima de ella dándole un beso. Con Mikasa podía ser como quisiera, y realmente se comportaba de manera muy diferente cuando estaba a solas con Mikasa.

— Solo quiero hablar. — Lo apartó de ella y se incorporo. Levi se lo pensó mucho antes de hablar pero finalmente lo hizo.

No sabía por qué si habían quedado en solo sexo.

— Me crié en la ciudad subterránea. Mi madre murió, mis primeros amigos también. Solo me quedaba seguir a Erwin. Mi té favorito es el té negro y me gusta entrenar antes de que salga el sol ya que estoy en plana tranquilidad. Creo que el silencio puede llegar a ser muy importante si se presta atención. — Mikasa lo miró. — Eso es todo. Lo demás lo descubrirás con el tiempo.

La chica se arrimó a él y lo besó.

— ¿Tú no me vas a decir nada?

— Sabes que me crié en Shinganshina, ya lo sabes. Antes de que me adoptaran los padres de Eren vivía en una pequeña cabaña en el campo con mis padres. Mi madre era oriental, una raza casi extinguida y mi padre un Ackerman. Hasta que los mataron.

— Cuéntame más cosas sobre el clan de tu madre.

— Los orientales vienen de una raza de mujeres fuertes que luchaban por tener los mismos derecho en que los hombres. Al menos era así hasta la mayoría de las familias empezaron a pensar que, con el peligro que suponía los titanes, era mejor que las chicas se casaran a una edad temprana y tuvieran hijos para que no desapareciera el clan. Sin embargo, soy de las últimas que quedan.

Se miraron durante un tiempo.

— Mi madre me enseñó a cocinar y a coser. Mi padre a jugar con los animales de campo... — Sonrió recordando aquellos momentos. — Cuando murieron me costó un tiempo aceptar que no los vería más. — Mikasa sintió como Levi la abrazaba desde la espalda y una lágrima recorría la mejilla de Mikasa.

Ese momento fue uno de los que marcó una nueva etapa en su relación. A partir de esto hablaban mucho más, durante los entrenamientos, en las comidas o cuando terminaban de hacerlo. Se desenvolvían con mucha facilidad el uno con el otro.

(...)

— Levi... — Este la miró — ¿Sabes cantar? — El azabache la miró aun más extrañado ante la rara pregunta que le planteaba. — Bueno... En realidad si sé que sabes cantar. Me lo dijo Hanji, no recuerdo muy bien como salió la conversación pero...

Ambos hablaban tranquilamente mientras caminaban por el bosque, caminando uno al lado de otro. De vez en cuando sus manos se rozaban y sus dedos se enredaban. Justo en el límite de un pequeño lago se sentaron en la sombra de un árbol.

Llevaban un buen rato en silencio, simplemente disfrutando su mutua compañía. De pronto, una suave melodía llegó a los oídos de la chica. Miró a Levi quien tenía su vista fija en el lago y un brillo especial relucía en sus ojos. Mikasa sonrió mínimamente y se recostó en el árbol.

La chica llevaba casi 10 horas sin dormir a causa de unos golpes en la pared que la estuvieron atormentando toda la noche. Sin quererlo se quedó dormida y la cabeza se ladeo hasta caer en el hombro de Levi. Este no la apartó, solo siguió tarareando durante un buen rato hasta que ya se hacía tarde y tuvo que despertar a Mikasa.

Hubiera deseado que ese momento no acabara nunca.

Hubiera deseado que ese momento no acabara nunca.

¿Qué diablos le estaba pasando?


"To understand that speaking withour souls does not mean being feeble"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora