Capítulo 8. Sexo

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El cuestionado se levantó de la silla donde se encontraba y se dirigió a la chica que tenía enfrente. Puso una de sus manos en su mejilla y la besó.

Mikasa sintió una repentina carga eléctrica recorrer todo su cuerpo, a la vez que sus piernas flaqueaban. No se esperó ese acto tan repentino, a decir verdad. Sus salivas y respiraciones se entrelazaban y agitaban.

Levi puso una mano en la cadera de la chica haciéndola retroceder hasta el borde del escritorio.

Mikasa abrió mínimamente la boca para coger aire a lo cual Levi aprovechó para introducir su lengua. La chica estaba completamente roja pues, en un minuto, sus ansiados sueños se convirtieron en realidad.

El azabache movió la barbilla de la chica para tener más accesibilidad al interior bucal cuando de pronto sintió las piernas de la chica temblar. Su mano se deslizo suavemente por su torso hasta el muslo de la ojigris haciendo que esta suspirara de placer. Levi hizo fuerza y la subió en el escritorio, tirando cosas al suelo por el camino.
Mikasa no supo en qué momento llegó a abrir las piernas y dar total control sobre su cuerpo a Levi, pues este hacia con ella lo que quisiera y tan cómodamente como pez en el agua.

Sus ojos estaban empañados de placer y sus manos temblorosas y sudosas cuando el pelinegro bajo sus besos por el cuello dejando algún que otro chupetón por el camino. Además, no tuvo ningún reparo en ir desabrochando la blusa de la chica. Cuando Mikasa tuvo la oportunidad, le quitó la camisa a su capitán. Sus brazos, que hasta ahora estaban enrollados en su cuello,

No tardaron en llegar a la cama y que los muelles sonaran por toda la habitación.

- Shh... - Dijo la chica por encima de los labios de él, ambos empezaron a reir mientras seguían con sus besos y caricias. ¿La razón? Ninguno de los dos la sabía pero de lo que si tenía consciencia Mikasa fue la risa más hermosa que había escuchado jamás.

Levi se deshizo de su parte baja al igual que Mikasa y entonces solo quedaron en ropa interior. Mikasa pasaba sus brazos por doquier al igual que Levi intentaba que la forma del cuerpo de la chica se quedara grabado en las yemas de sus dedos.
Después, la temperatura subió tremendamente.
Mikasa se quedó sin nada que le cubriese sus pechos y Levi empezó a jugar con ellos, lamiéndolos, masajeándolos...; El pelinegro para toda acción y miró a la chica que tenía debajo de él, excesivamente sonrojada.
Suspiró pesadamente y luego se apartó de ella. Mikasa se incorporó rápidamente al notar que el cuerpo del chico ya no estaba sobre el suyo. En vez de eso se encontraba a su lado, tendido, con un brazo tapándole el rostro.

-Está mal, esto está mal... - Dijo de pronto.

- ¿El qué? - Preguntó Mikasa dudosa. - ¿Por qué?

- No lo entenderán. - Apartó mínimamente el brazo dejando ver el destello de unos de sus ojos azules iluminados por la luz de la luna.

- Y yo no entiendo que tienen que entender. - En un ágil movimiento se colocó a horcajadas sobre él y lo beso desde los labios, saboreándolos, cuello, haciéndose notar, torso, acariciándolo suavemente, y, por último, bajó sus bóxers.

- Mikasa... - Esta lo acalló con un fugaz beso y empezó a lamérselo desde la punta hasta chocar con el final de su garganta.

Levi la ayudó con su mano haciendo que llegara al final. Al cabo de un rato se corrió en su boca después de bastantes gemidos en los que se llegaba a escuchar el nombre de Mikasa.
Levi pronto se dio cuenta de que ya no se conformaría con los simples juegos que habían hecho hasta ahora, tendría que terminar.

Decidido, cambió posiciones con Mikasa, quedando él encima de ella. Primero, se deshizo de la ropa interior inferior de la chica. Segundo, introdujo un dedo en su interior, haciendo que exclamara un pequeño gemido de dolor. Lo fue moviendo más rápido hasta el tercer paso. Tercero, introdujo un segundo y tercer dedo siguiendo el mismo mecanismo que con el anterior. Cuarto, abrió la mesa de noche que estaba a un lado de la chica. Quinto, se puso la protección. Por último, la penetro con todas sus fuerzas hasta que ambos se corrieron.

Levi pensó que la chica estaba más que satisfecha, nada más lejos de la realidad. Pues la chica había soñado demasiadas veces con este momento como para dejarlo en una sola vez. Con ese pensamiento se sentó a horcajadas sobre él y lo hicieron una vez más. La tercera se puso a 4.

Mikasa, rendida, se dejó caer en el pecho de su capitán y quedó profundamente dormida.

Levi estuvo un buen rato observándola hasta que, de igual forma cayó ante los brazos de Morfeo.

(...)

La chica se despertó por rayos del sol que entraban por la ventana y pronto se dio cuenta del brazo que le rodeaba la cintura y en el pecho en el cual estuvo dormida. Levantó la vista y se encontró con esos ojos azul naval.

-Buenos días. - Dijo él.

-Buenos días. - Dijo ella

- Mikasa, quiero que sepas que no te puedo dar más que esto. ¿Lo entiendes?

- ¿Más que qué? - Preguntó.

- Solo te puedo dar placer, no te voy a dar amor. No te lo puedo dar.

- ¿Quién te dijo que buscaba algo más? - Levi se quedó ojiplático

Mikasa lo sentía en el alma, pero había conseguido algo de él, por muy rastrero y siniestro que le pareciera. Si Levi no la quería, Mikasa lo conquistaría.

Poco más pasó después, el día transcurrió con normalidad y por la noche se volvieron a encontrar en su habitación. No había amor, era puro placer y satisfacción, pero eso a la chica le daba igual mientras pudiese dormir al lado de la persona a la que quería.

Con el trascurro de la semana, el cuerpo élite volvió a la sede principal de la Legión y el secreto que tanto intentaban guardar se convirtió en un rumor a voces de los que todo el mundo sabía la existencia.

Los envidiosos decían que así consiguió el puesto de co-capitana, sin saber el dolor y el sufrimiento que paso durante esas 60 horas. Sus amigos simplemente no opinaban, algunos lo ignoraban, sin llegar a creérselo, otros solo no hablaban de ello. Eso era algo que Mikasa agradecía.

"Time waits for no one"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora