Capítulo 6. Miradas

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Mikasa jadeaba ansiosa de placer. Todo lo que ese hombre le hacía minaba poco a poco dentro de ella hasta dejarla extasiada. Ella no encontraba momento ni lugar en el que todo eso saliese de dentro de ella. Lo deseaba más que nada, fundirse en uno con aquel hombre. 

Las manos del hombre se paseaban tranquilamente por todo el cuerpo de la chica. No había parte del cuerpo femenino que no desease y mimara en su totalidad. Le gustaba tener el control, le gustaba que estuvieran bajo suya gimiendo su nombre. Creando sensaciones inalcanzables con tan solo un movimiento. No es que fuera arrogante y no se quería echar flores, pero era bastante bueno en la cama. 

Su cuello se hundió en el de la chica, justo cuando menos faltaba para el orgasmo, y absorbió toda su esencia que le volvía loco. Todo era perfecto, el cuerpo de diosa bajo su peso que se rendía ante él con una facilidad insospechable, el atardecer y los gemidos. Todo se junto en uno solo dando a la pareja de azabaches un clímax impresionante. 

(...)

Levi se levantó de un salto sudoroso y extrañamente excitado.  Sus manos estaban sudorosas, su pecho subía y bajaba agitada mente mientras sus ojos deseosos desaparecían en cualquier punto de la pared perfectamente blanca.  Miró el reloj que tenía en la mesilla. Aún era temprano. 

Fue a darse una ducha y luego de eso se dirigió al comedor.  Allí ya se encontraban todos los cadetes desayunando y hablando como solían hacer normalmente. Hoy había una diferencia respecto a los demás días. Mikasa se encontraba allí, sentada sobre una silla, mirando, que no hablando, con el resto de cadetes. 
Recordó fugazmente el sueño que había tenido. Suspiró tranquilamente y recobró su postura anterior. 

Se acercó a la mesa con, su ya preparada, taza de té. Eren se levantó en cuanto lo vio e hizo el saludo militar. 

- Buenos días capitán. - Dijo y, tras eso, se sentó. 

-Eren, no tienes que hacer el saludo militar cada vez que me veas entrar por una puerta. 

Es que era verdad. Eren le tenía demasiado respetó al capitán, lo cuál se traducía en levantarse de donde estuviera sentado en ese momento y hacerle el saludo militar. Al principió, el de mayor rango, se paraba y le daba la orden de descanso, después de un tiempo terminó por pasar de él completamente. Cuando el nuevo escuadrón llegó también lo hicieron, siguiendo los pasos de Eren, que era el "veterano" en el escuadrón Élite. Más tarde comprendieron que solo era una costumbre suya y acabaron por dejarlo. 

Esta vez, todos observaban la escena que solía repetirse todas las mañanas. Mikasa veía fijamente todas las facciones del capitán dándose cuenta por enésima vez lo apuesto que era y lo poco probable que era que se fijara en ella. 

La chica no es que tuviera baja autoestima, pero era demasiado realista, llegando a ser pesimista algunas veces. Pese a que es una mujer lo suficientemente calificada como para matar titanes y estar en el escuadrón élite. 
Una adolescente rara sin duda...

Levi se dio cuenta de la mirada tan penetrante que lo observaba y dirigió su vista hacía allí. La azabache bajó la vista inmediatamente un tanto sonrosada. 

Era horrible lo que aquel hombre era capaz de hacerle con una sola mirada. Odiaba sentirse tan sumisa. Odiaba sentirse tan débil. Odiaba amar a esa persona y odiaba no poder besarle en ese preciso instante. 

Nunca se sintió así de atraída de un hombre como lo estaba del capitán, cuando era más joven creyó que amaba a Eren, que sentimientos tan equivocados tenía en ese entonces.  

(...)

Mikasa se levantó en mitad de la noche aturdida, con la respiración entrecortada y sudorosa. Tenía la sensación de que le faltaba algo, que no estaba completa, se sintió horriblemente mal. Su corazón latía desenfrenada mente cuando se dio cuenta de la ausencia de su compañera Sasha. Se levantó de la cama con la mano en el pecho y salió al pasillo en busca de algo, no sabía el qué

No se oía nada en toda la casa, apenas y se llegaba a oír el ululato del búho desde fuera. Iba caminando por el pasillo que conectaba las habitaciones con la zona común cuando oyó el estruendoso sonido de la puerta cerrarse... O abrirse. 
Con el corazón en un puño se dirigió hacia la entrada. 

Todo estaba oscuro y apenas se percibía la silueta de los muebles. Por desgracia, a Mikasa no se le ocurrió coger una lamparilla para salir de su habitación en mitad de una oscura noche. La azabache palpitaba los muebles con su mano hasta que se choco con algo, o más bien con alguien. 

La luz de la luna pronto dejó de ser tapada por las oscuras nubes y la chica pudo ver con que se había chocado. Su capitán. La situación era cuanto menos rara y curiosa. Él se encontraba sobre ella sin camisa y sudoroso, con unos pantalones que tenían el elástico un poco flojo. Ella se encontraba debajo de él con una camisola que dejaba transparentar un poco de sus pechos además de no llevar ropa interior. 

El pecho de Mikasa subía y bajaba nerviosa mientras los brazos de Levi temblaban a sus costados manteniendo esa posición para no caer totalmente sobre ella.
Él se fue incorporando poco a poco y con su misma ayuda, Mikasa, se levantó. La tira de su camisón caía por su hombro haciéndola ver bastante sexy a los ojos de Levi. ¿Qué rayos estaba pensando? Se preguntaba. 

Quedaron cara a cara y el sol saliente de las montañas llegó hasta ellos iluminándolos minimamente. 

- ¿Qué haces despierta a estas horas Ackerman? - Preguntó el azabache antes de que la chica se le adelantara

- Sasha no estaba en la habitación y decidí buscarla, no la encontré. - Se creó un silencio incómodo - ¿Y usted que hacía fuera con la luna fuera? 

- No podía dormir, por lo que decidí salir a correr. - Respondió fijando sus ojos en los de ella. 

Había algo en esos orbes azules que hacían que quisiera tenerla para él,  pero no sabía que sentimientos eran aquellos, y la verdad, no lo quería saber. 

La noche terminó tranquila, cada uno se fue a su habitación y mientras Mikasa permanecía con la vista clavada en el techo pensando en el encuentro nocturno, Levi se quedó profundamente dormido. 

La azabache seguía con la duda de donde podría estar la castaña y a este pensamiento se le incorporó de que aquella mañana volvería a entrenar. 

"Los libros son en blanco y negro mientras en
la vida todo es de un complejo tono gris"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora