Capítulo 17.Solemne

2.1K 192 33
                                    

"Creo que morir por alguien a quien se ama es una bella forma de hacerlo sin quitarle la razón de estúpida, claro. Si simplemente pudiésemos elegir el momento en el que nuestro corazón lata o no las cosas serian mucho más sencillas. Y sin embargo pienso que en ese entonces no le tendríamos tanto valor y respeto a la vida. Podríamos ser inmortales o morirnos cuando queramos y resucitar cuando nos venga en gana. Claro entonces si tuviésemos que morir por alguien podríamos volver a resucitar. Esto, claro perdería todo acto valeroso. Sin embargo, como todo este embrollo no es posible volvemos a lo de antes: Creo que morir por alguien a quien se ama es una forma hermosa de hacerlo, sin quitarle la razón de estúpida, claro"

(...)

Mikasa se despertó por la mañana en la habitación de Levi, tendida en su cama, como otras muchas veces había hecho. Sin embargo, esta tuvo algo diferente. Estaba vestida. Tenía una camisola que le quedaba ancha, seguramente seria de Levi, con unos pantalones de igual forma.

Por debajo de su cuello pasaba un brazo, que utilizaba de almohada, y seguía hasta dar con su mano, ambas agarradas. El otro brazo del chico se encontraba en la cintura de Mikasa y esta sentía a su espalda todo el cuerpo de Levi.

Sin siquiera darse cuenta empezó a jugar con los dedos del mayor quien al rato se despertó.

- ¿Te diviertes? - Rio susurrándole al oído, acción que sobresaltó a la chica

- No... Yo solo estaba pensando. - Hubo un silencio que dio paso a que Mikasa siguiera hablado. - Pensaba que estaría bien estar así siempre contigo.

- Podríamos estarlo. - Sufrió él.

- ¿Cuando?

- ¿Cómo? - Preguntó Levi confuso a su pregunta.

- ¿Cuando empezaste a quererme? - Temblaba, Mikasa estaba temblando.

- Puede que empezara a quererte desde el día en que te confesaste, pero no me había dado cuenta hasta ahora.

- Me has hecho sufrir mucho. - Habló de sopetón.

- Lo sé, y créeme cuando te digo que lo siento mucho Mikasa. - Se incorporó de la cama haciendo que la chica también lo hiciera. Quedaron uno frente al otro. Sus miradas se cruzaban y se sumergían una dentro de la otra. - Mikasa, nunca quise hacerte daño, nunca. Si hubiera sabido que te quería te habrías ahorrado mucho sufrimiento. Mikasa, si me das otra oportunidad y dejas que esté a tu lado, te prometo que nunca más te tocará otro idiota como Jeaguer y prometo no hacerte más daño.

- Levi... - El nombrado la interrumpió poniéndole un dedo en los labios.

- Mikasa, te quiero, y te juro solemnemente que, si tú me quieres, lo haré para siempre.

De los ojos de la azabache empezaron a salir lágrimas, hacía rato que había empezado a temblar y que se contenía las ganas de romper en llanto. Sin embargo, no lo había hecho hasta ese mismo momento.

- Pues claro que te quiero. - Sonrió la chica y se dibujó, aunque casi imperceptible, una sonrisa en Levi.

Él se acercó cuidadosamente a Mikasa y la besó lentamente. No tardaron en acostarse poco a poco en la cama y Levi cuidaba de que Mikasa no se sintiera nerviosa o incomoda. Sin embargo, llegado a un punto la chica echó de sopetón a Levi de encima de ella y se escondió entre sus rodillas.

- Yo... - Intentó hablar pero se le quebraba la voz y se quedaba a medias.

- Shh... - La acalló y la colocó entre sus brazos. - Tranquila Mikasa, a tu ritmo.

Mikasa nunca había visto este lado tan cariñoso, tierno y protector de Levi. Era raro verle de una forma más cercana y eso la ayudaba mucho, a decir verdad. No sabía en cuanto tiempo tardaría en que el sexo dejara de darle miedo. Pero sabía que Levi no esperaría toda la eternidad por ella pese a lo mucho que lo dijera.

Y esta pregunta era otra que se hacia el capitán. Pues tenía miedo de que ese brillo que antes había existido en Mikasa y que desde hace semanas había desaparecido no volviera nunca. Sin embargo, la chica sentía una enorme calidez en su corazón cuando se trataba de Levi. Lo sabía con demasiada certeza lo que le pasaba:

Estaba total y perdidamente enamorada.

(...)

Días después Mikasa intentaba volver a como solía ser antes pero con un remordimiento y miedo tremendo en su corazón. Intentaba quedarse sola el menos tiempo posible, así no tendría tiempo de pensar y deprimirse. Quería salir cuanto antes del pozo en el que se había metido pero no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo.

Y es que se había negado rotundamente a contarle a quien fuese lo de la violación. ¿Por qué? Ella también se hacía esa pregunta. Suponía que por el miedo a qué dirán, por el miedo al rechazo y al quedarse sola, aislada, apartada...

Justamente ahora se encontraba en el campo de entrenamiento, corriendo, con todos sus compañeros detrás de ella exhaustos. Era una situación de lo más normal, cotidiana y que sucedía básicamente todas las mañanas. Sin embargo, se sentía observada. Desde hacía rato que Hanji, la líder de escuadrón, no le quitaba el ojo de encima. Era como si supiera todo sin saber nada, esa mujer era la persona más extraña que había conocido jamás. Sin embargo no era una mirada que le incomodase en exceso por lo que siguió con su entrenamiento sin problemas.

No fue hasta el final de este que la mujer la llamó para hablar con ella y se fueron al despacho de la mayor. Esta cerró el pestillo de la puerta para que nadie pudiera molestarlas.

- Últimamente te noto extraña, Mikasa. - Comenzó hablando esta.

- No sé de qué me habla - Mintió descaradamente.

- Antes, en ti había un brillo que ahora ha desaparecido. - Se formó un silencio - ¿Sabes, Mikasa? Soy una de las personas más perspicaces, me doy cuenta de detalles que otros pasan desapercibidos por el simple hecho de la rutina y no se dan cuenta. Pero para mí, la rutina no existe.

- Yo... - Intentó hablar pero la castaña la paró.

- No, no. Déjame acabar. - Suspiró - Eres una persona que ha sufrido mucho en la vida, que mataron a tus padres cuando apenas tenias 6 años y que tus otros padres adoptivos también están muertos. A aparte tienes un hermano que tiene una tendencia suicida muy fuerte así que es normal que tengas preocupaciones y temores. Pero guardándotelos para ti no consigues nada. Dime Mikasa... ¿Qué te pasa?

- Yo... - Bajó la mirada al suelo. - Creo que nunca volveré a ser la misma.


"Can you feel my tears? They won't  dry"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora