Capítulo 13. Declaración

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Su día libre... Por fin.

Allí, en la legión, no es que te puedas tomar muchas vacaciones o descansar todos los días. Por esa razón, a las mañanas que Erwin dejaba sin entrenamientos se les llamaba como: "mañanas sagradas"

Este nombre fue otorgado por Connie y Sasha, quienes anhelan este tipo de descanso mucho más desde que están en el Escuadrón de Levi, pues sus entrenamientos eran mucho más duro.

Ese día, Mikasa, se levantó bastante tarde, a causa de un insomnio de la noche pasada que no la dejaba dormir. Aquellos pensamientos que la mantenían en vela seguían en su mente. Estos no eran más que otros acerca de la muerte.

La azabache nunca se preguntaba acerca de este tipo de cosas. ¿Por qué? Porque le daba miedo. Sí, al soldado que valía por 100 le daba miedo pensar en la muerte y en lo que esta significa.

Sobre todo si era una muerte de una persona querida ya que ella renunció a la suya hace mucho, sin embargo, no podía permitir que las personas con las que estuvo de pequeña y se crió murieran, sería su fin. En ese caso no le quedaría razón por la que vivir aparte de ser comida para titanes.

Tras un largo rato de divagación en sus pensamientos decidió levantarse y bajar al comedor a desayunar. Estaba casi vacío, todos ya se habrían ido a pasear por la ciudad o pasar el día libre en cualquier otro sitio que no fuera la cabaña. Y repito que estaba casi vacío. Casi.
Una única persona ocupaba un asiento en la mesa que había. Pelo azabache y mirada fría, Levi.

- Buenos días, capitán. - Saludó cordialmente. El nombrado levantó la mirada, que hasta ahora estaba fija en un libro cualquiera, para fijarse en la chica que acababa de entrar en la sala.

- Buenos días. - Repitió el saludo.

Mientras Mikasa cogía algo para desayunar el silencio inundó la sala. La azabache mantenía su mirada fija en el ojiazul mientras se calentaba su té.

- ¿Ocurre algo? - Preguntó el de mayor rango, quien se había dado cuenta de la penetrante mirada que tenía encima, hacia la recluta.

- No, no pasa nada. - Volvió su vista hacia la tetera la cual ya estaba lista. Cogió una taza y la llenó de la bebida y aparte cogió un trozo de pan.

- Mikasa... - La azabache lo miró. - ¿Me la puedes rellenar, por favor? - Le preguntó y la chica se dirigió hacia la mesa donde yacía una taza vacía. Él jamás apartó la mirada de su libro.

Una vez la taza rellenada y los dos sentados en cada punta de la mesa surgió un silencio absoluto. La chica se fijo en cada movimiento del ojiazul y se quedó absorta en sus orbes que no se dio cuenta cuando él también la empezó a mirar a los ojos fijamente. Las pupilas de la chica relucían un brillo extraño mientras los ojos azules de Levi parecían un mar de emociones atrapado en una presa.

El contacto se rompió por la repentina incomodidad de Mikasa pero la mirada de él siguió fija en ella durante unos minutos más hasta que, por fin, volvió a su libro.

Ambos se sintieron diferentes en aquel momento, ambos se sintieron cómodos, se sintieron como si todo su esfuerzo por mantener a todos a salvo sirviera de algo, ambos se entendieron sin palabras, ambos habían encontrado a una persona que los comprendiera de verdad pero ninguno hizo caso de eso que sintieron, entendieron y encontraron.

- Voy a dar una vuelta... - Explicó sin más ella.

- ¿No irás al pueblo? - Preguntó sin más él.

- No tengo a nadie a quien visitar ni nada que comprar - Dijo sin más ella.

Un silencio se hizo presente.

- Te acompaño.

Se levantó y, tras coger su chaqueta, salió por la puerta. Se dirigieron al bosque sin saber muy bien el porqué. Ninguno marcaba el camino, ambos seguían una ruta sin destino fijo. Mikasa se acercó inconscientemente a Levi, rozando sin querer su mano. Bajo la mirada incómoda.

- Mikasa... - La llamó él. - ¿Por qué te comportas así.

- Esto... - Se veía confundida. - No lo sé... Realmente no lo sé. - Mintió

- Te he estado observando desde hace varios días. - Dijo con naturalidad. - Estas desconcentrada y tus ataques son más suaves de lo normal. - Explicó. - ¿Eres así de débil normalmente? - Preguntó y la miró.

- No... - Negó cabizbaja. - Estoy algo distraída últimamente, eso es todo.

- Concéntrate, no necesito a un estorb... - Lo interrumpieron.

-¿Has estado enamorado alguna vez, Levi? - El nombrado se quedó callado. - Perdón... No debí decir eso, no es de mi incumbencia... - Se quedaron en silencio.

- Supongo que todos nos hemos sentido atraídos hacía alguien alguna vez en la vida. ¿Que si me enamoré? No tengo respuesta a eso... Quería a alguien alguna vez, o puede que solo le tuviera afecto de alguna forma, pero de ahí a enamorarme... No, no creo que me haya enamorado de nadie.

- Entiendo...

- ¿Y tú? - La chica lo miró confundida - ¿Te has enamorado alguna vez?

- Creo que estoy empezando a querer a alguien. Y tengo miedo... - Dijo de seguido. - He pensado en la muerte mil veces y en ninguna de ellas tenía el estado emocional para que me diera miedo que alguien muriera. Nunca pensé que pudiera querer a alguien así. - Explicó con mucho trabajo.

- No soy un experto en esto de las confesiones pero esto es lo que pienso: No quiero ser un amor platónico de nadie, por eso no tengo ningún amor platónico. ¿Entiendes lo que quiero decir, Mikasa?

- Me dices que se lo diga.

- Exacto

-Sin anestesia

- Sí.

- ¿Y si me rechaza?

Se quedó pensando

- Una cosa que he aprendido es que cuando nacemos, estamos solos y cuando morimos también, por lo que el pasar la vida solos solo será una representación de nuestro principio y nuestro final. En todo caso estar solo para toda la vida sería increíblemente absurdo por lo que lo único que te puedo decir es que por cada persona que te rechace habrá otra muriéndose por tus labios.

Quedaron en silencio mirándose fijamente.

-En ese caso... - "Se lo diré" Eso es lo que esperaba oír Levi pero en cambio escuchó: - Me gustas capitán.

"Don't you know that
you're toxic"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora