Capítulo 9. ¿Qué fue?

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"Siento que me ahogo donde una vez pude respirar. Siento que me hundo en el lugar que una vez fue mi salvavidas.

Aprendí de errores porque es así como se aprende.
Pero como a aprender si la vida me pone el mismo muro una y otra vez. La misma lección que nunca llegué a aprender y no quise caer pero volví a caer.

Cavé mi propio hoyo para enterrar el amor que compartí, sin embargo, en él yo me caí.
Cavé mi propio hoyo para enterrar mi cuerpo.

Todo es confuso, abstracto. Todo inconexo, sin sentido. Lo que digo no tiene significado y me duele pensar en esas palabras como puñal o estaca en mi corazón.

Rota, frágil, estúpida, manipulada, traicionada, utilizada, dañada, idiota, ahogada, muerta. "

Los días transcurrieron rápido para Mikasa. No tardaron más de 2 días en llegar hasta la sede de la Legión. 

Las habitaciones se reagruparon para los cadetes que recién llegaba. La compañera de Mikasa no le desagradó. Historia. 

Pese a ser la reina, prefirió gobernar desde la Legión, aunque no entrenaba. El comandante le ofreció, por supuesto, una habitación individual a su llegada, pero la rechazó cortésmente.

La pelinegra dejó todas sus pertenencias, que eran bastante pocas, en su lugar de la habitación y justo cuando iba a irse llegó la rubia.

— Mikasa... Me alegro de que ya hayáis llegado, me sentía un tanto sola...

— Sí... — Contestó cortante y se fue cerrando la puerta tras de sí.

— Hay personas que no cambian ¿eh? — Habló una vez que la azabache se había ido y no podía escucharla.

Mientras tanto la chica se sentaba en el pie de un árbol en el bosque, en el despacho del comandante se realizaba una importante reunión. 

Allí se estaba decidiendo lo que pasaría con todo el cuerpo. Largas y largas horas duraron hablando sobre todo tipo de asuntos, temas pendientes. Sin embargo, el que más abarcaron: la siguiente generación de exploradores. Y se referían a la tropa nº104, ya que, en tan solo unos meses, Mikasa Ackerman había ascendido a co-capitana del escuadrón élite, Armin Arlet era, sin duda, el estratega que más prometía y Eren Jeaguer podría ser muy importante para la humanidad en un futuro quizás no muy lejano. 

Ni de oiga hablar de otros muchos cadetes que, aunque no resalten en nada en particular, tienen muy buen equilibro en habilidad física y mental, como Jean Kristein.

Todo esos factores podían alterar el futuro tan incierto que se pintaba poco a poco ante la humanidad. Sobre todo cuando en apenas unos meses saldrían de exploración.

Una vez que la reunión terminó, Levi, se quedó a solas con Erwin.

— ¿Cómo va con Mikasa como co-capitana? —Sin querer y, sintiéndolo mucho, recordó todo pasado la noche anterior y como se deshizo de toda la inocencia restante de la chica.

—Aún no ha tenido que tomar ninguna decisión importante, esperaré hasta la expedición. —Dijo lo más frio posible y se fue de la habitación.

Estaba bien en claro que Levi no sentía, ni sentiría, nada por la joven azabache. Nunca la había visto más que como a una cadete muy prometedora. Es más, en algunos momentos llegó a pensar que la chica lo odiaba, pese a que no entendía el porqué. Todo había ido demasiado rápido y no le había dado tiempo de pensar en la situación. Primero, tenía que tener en claro por qué hizo lo que hizo anoche, porqué se lanzó a besarla sin ningún motivo aparente. Pese a que llevaba un tiempo sin hacerlo, pero no estaba tan desesperado como para hacerlo con la primera de turno. Lo más seguro es que fuera un simple impulso, un acto reflejo ante la insinuación indirecta que le lanzó Mikasa. Pero... ¿verdaderamente era una insinuación? Podría haber sido una simple pregunta sin segundas intenciones. Entonces, volvemos al principio... ¿Por qué lo hizo?

Mientras todos esos pensamientos rondaban por su mente, en un punto del pasillo, los dos azabaches se encontraron, cruzando miradas. Una fuerte corriente eléctrica atravesó el cuerpo de la chica mientras el otro se veía inundado por un deseo locuaz.

— Tenemos que hablar... — Afirmo él muy seguro de sí mismo y llevando a Mikasa hasta su habitación para hacerla sentar en el sofá frente a la chimenea encendida.

Levi cerró la puerta para reguardar el calor de dentro y aislar a la habitación del frio invernal de fuera.

— ¿Qué pasó anoche, Mikasa? — Preguntó, una vez sentado frente a ella.

— Se lo debería preguntar yo ya que es usted quien se lanzó.

— Tú te me insinuaste, te insinuaste a una persona de un rango muy mayor al tuyo.

— Perdone que me haya perdido pero en ningún momento me le insinué.

— ¿Y la pregunta que me hiciste?

— Solo era eso, una pregunta. — Las piernas de Mikasa se movían nerviosas.

— ¿Entonces me puedes corroborar al 100% que no sientes nada por mí, ni quieres tener nada conmigo? — Se acercó instintivamente a ella, clavando sus ojos en los de ella.

La chica no pudo contestar, quedó hipnotizada por aquellos orbes azules y, sin querer, acabaron juntando sus labios en un beso.
Esta vez no fue un beso pasional, de esos que empiezan tranquilos y acaban en la cama desnudos, no. Fue un beso tranquilo, astuto. Mikasa saboreaba los labios del capitán mientras cerraba los ojos con fuerza. Su cuerpo se apegaba al de él y sus brazos rodeaban su cuello.
En cambio, Levi solo tenía sus manos en las caderas de la chica dudosamente.

Finalmente se separaron en busca de aire.

— No te puedo dar más. — Dijo él.

— No necesito nada más. — Contestó ella.

Así empezaron una relación sexual sin compromiso bastante seria. A Mikasa le bastaba con poder tenerlo junto a ella bastantes noches de la semana. Levi se conformaba con el placer que le daba la chica.
La pelinegra noche tras noche aprendía como satisfacer a un hombre y sus puntos débiles al igual que descubría los suyos propios pese a que no sabía que los tenía.

Si, así empezaron una relación sexual sin compromiso bastante seria, pero ninguno de los dos sabía lo venía.


"Your life is your onw"

Mi Salvador | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora