Vete a la Mierda (#malec)

Helado

Pov

Magnus

- Lárgate de mi vista

La prostituta sale casi corriendo.

Entró aún cuando le dije que no la necesitaba y se hace lo que yo digo, no lo que ella quiere, mis órdenes deben ser respetadas.

Me siento asfixiado, los negocios van mejor que nunca pero algo falta, algo le falta a mi vida pero no se que es, necesito salir.

Bajo y enciendo mi Ferrari, inmediatamente se ponen en marcha otras 4 camionetas blindadas negras, mis guardaespaldas me siguen a dónde quiera que voy por seguridad, ser de la mafia es un negocio un tanto complicado.

Conduzco por Nueva York un rato antes de aparcar en un centro comercial, quiero helado, me urge un litro de helado de galleta con trozos de chocolate, bajo sin siquiera ponerle atención a mis 8 hombres.

Voy directo a los refrigeradores enormes, abro la puerta de uno donde ubico mi víctima deliciosa, estoy por tomarlo cuando una mano toma el bote de al lado que es de nuez. ¿Quién come eso cuando hay galleta?.

Volteó y... es un chico no por mucho menor que yo, tiene él pelo del color de un cuervo y los ojos más azules que he visto en mi vida, su tez es palidísima y los labios rellenitos y rosados. Me sonríe tímidamente y se va con su bote, lo sigo con la mirada, tiene que ser mío, va a ser mío.

Sujeto mi compra y corro a la caja donde está formado, lo observo descaradamente, se pone rojito y trata de ignorarme.

¿Porqué alguien querría ignorarme?

Soy guapo, musculoso, sexy, en fin todo lo que alguien buscaría.

El paga en efectivo y se apresura a la salida, pago con tarjeta y lo sigo, apresura el paso y se encuentra con una chica rubia.

- Te tardaste Alec

Un hermoso nombre para tan bello joven.

- Lo siento Lyd, no encontraba mi helado

La chica lo toma del brazo y eso me pone furioso porque aunque él no lo sepa es mío y nadie más que yo puede y debe tocarlo.

Trueno los dedos y mis hombres ya están a lado mío esperando una orden.

- Traiganlo, lo quiero en una camioneta. ¡ya!

Caminan y lo arrebatan de la chica, el inmediatamente se pone a pelear, tiene buenos movimientos y aprovecha que lo subestiman para dejar en el suelo a dos de los míos, me estoy hartando, esto no es rápido ni eficiente y estamos haciendo un escándalo.

Saco mi arma y le apunto directamente a la chica.

- Deja de pelear o ella se muere.

Los dos se congelan, ella tiembla y comienza a llorar.

- No le hagas daño, tu problema es conmigo, ¿Que quieres?

Su mirada es desafiante

- A ti

Se sorprende

- ¿A mi?

- A ti, en mi camioneta, ahora

Alza las manos en son de paz y mis guardas lo sujetan, le sigo apuntando a la rubia mientras subimos al chico, voy en la camioneta con él aún amenazándolo con el arma, uno de los 8 traerá mi Ferrari.

Lejos de estar en pánico me examina a mi y todo a su alrededor.

- No vas a escapar vivo, pero adelante, inténtalo.

No dice nada, y así seguimos hasta llegar a la mansión.