Paleta

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Magnus



Alexander se ve incomodo, culpable, avergonzado, esto es sumamente divertido por un lado.

- Yo...ammm...yo...

Cruzo los brazos esperando y tratando de mantener mi cara de piedra cuando por dentro muero de risa, solo el sabe que les habrá gritado a las chicas antes de correrlas.

- Te escucho.

Sujeta la orilla de las mangas y la retuerce nervioso.

- Lo siento, no estaba pensando con claridad, me enfade sin razón y no era tu culpa, lamento haberte arrojado un jarrón y gritarte... perdón.

Tiene la cabeza abajo como niño regañado, es disculpa más que suficiente pero hay algo que resolver.

Me acerco lentamente hacia el, sujeto su cabeza y lo obligo a mirarme.

- Alexander yo te quiero, y si digo que te quiero eso significa que no quiero a nadie más, entiendes.- Asiente aún avergonzado.-Si crees que después de la noche que pasamos voy a querer estar con alguien más te equivocas, no vuelvas a asustarme de esa forma y no rompas más cosas de acuerdo?

- De acuerdo.

- Bien.

Lo beso con reclamo, demostrando mi punto y aunque estoy sudoroso me abraza como si nada, de un momento a otro me empuja con fuerza y caigo en el sillón, se acerca y arrodilla frente a mi.

- Que haces Alexander ?

- Disculpandome

Siento una excitación increíble por la forma impura que lo dice, baja de un tirón mi pans hasta los tobillos junto con el boxer, abro las piernas y se mete entre ellas, sin dejar de mirarme masajea mis testículos y ya estoy tan duro que podría clavar algo, se agacha, deja un beso en la cabeza y lo mete a su boca, saborea, chupa, parece una paleta que no quiere dejar de probar, recorre de la base a la punta con lujuria.

- Oh Dios.!

Sujeto se cabello en puños lo impulso a un ritmo más fuerte, lo acepta sin ascos ni reclamos, hasta parece más contento, un niño con biberón no le ganaría a sus chupadas.

- Si bebé!, así.!, más, bebé, más. !

Sigue jugando con mis bolas como si fueran canicas mientras sube y baja la cabeza, me la mama con tanta gula que siento todo mi cuerpo arder de pasión.

- Bebé voy...

Incrementa el ritmo sin hacerme caso o al contrario lo hace a propósito, me corro en un orgasmo devastador, se lo traga, me ordeña chupando los chorros.

- Alexander.!!

Se incorpora un poco después, un hilo de esperma escurre con la comisura de su boca, tiene una sonrisa de oreja a oreja.

- Si?

No lo resisto, lamo el resto por un lado de su boca, lo beso con mi sabor en ambos, es tan caliente, tengo que recordarme que no sé si ya esté listo o le duela menos por lo que voy bajando el beso de intensidad, recuerdo algo.

- Tú no...

- Créeme Magnus, me corrí con sólo verte y escucharte.

- Por el ángel.

Vuelvo a besarlo, necesito una ducha fría.

Vete a la Mierda (#malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora