Final

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Magnus


Salimos una vez más y una vez más no encontramos nada de utilidad, todos los malditos mueren antes de poder sacarles algo importante, nadie se quiebra por más sangrienta que sea la tortura.

Ya estoy asqueado de tantas viceras, de tanta sangre, de tantos gritos y tanto dolor. Pero si haciendo esto doy por fin con el maldito que está amenazando a mi familia lo mataré y podremos salir sin miedo.

Alexander se alegrará de ver que regresé bien, que regresamos bien, a todo lugar donde voy, Ragnor me acompaña y Rafael también pues no es sólo a mi familia a quien amenazan, somos todos.

- Los encontraremos, - Mi hermano habla haciendo puños sus manos, el también está desesperado - y cuando lo hagamos, acabaremos con ellos.

Eso me pone a pensar y analizar, hasta ahora sólo nos habíamos enfocado en una persona pero y¿ si son varias?.

-¿ Crees que son más de una ?

Pregunta Ragnor empezando a analizar las posibilidades y los inmediatos potenciales que podrían aliarse para hacernos caer.

- Puede ser, además, si sólo fuera uno ya habría cometido un error, pero no, todo esto, está muy bien orquestado.

Asentimos pero no continuamos porque estamos a punto de llegar a la casa, Ragnor llama por el radio pero nadie le responde.

- Inténtalo de nuevo.

Le digo porque a veces la señal es mala.

- Rojo uno, nos acercamos al castillo, ¿me copia?.

Nadie responde, nos miramos entre nosotros y Rafael pisa el acelerador a fondo, apenas falta una calle para llegar.

Al estar enfrente bajamos con las armas desenfundadas, no hay nadie de guardia, no están en sus puestos y no se escucha ni un ruido de todas las personas que dejamos aquí cuando nos fuimos.

- Dios no, por favor no.

La súplica de Rafael hace eco de mis pensamientos, y corremos sin ningún aprecio por nuestras vidas pero esperando ver que todo esto es una equivocación, que ellos están bien.

La puerta principal se abre con apenas un roce, nos reciben los cuerpos de los guardias, tirados con las armas en las manos en un intento de defender la casa.

Caminamos sorteando los cuerpos, nuestros zapatos hacen ruidos de succión al encontrarse con tanta sangre, pasamos la salita que se encuentra peor.

Sólo cuerpos de guardias en todo el primer piso, No dejaron a nadie vivo, las paredes se encuentran salpicadas con fluidos corporales, los agujeros de las balas  se burlan de nosotros.

El barandal de la escalera está destrozado y hacia arriba más cuerpos tirados, un escalón se rompe bajo el peso de mi pie y Ragnor me sujeta para no caer.

Entramos primero al cuarto de los niños, pero no hay nadie, la cuna de los gemelos está tirada y vacía, la de Sophi destrozada pero los niños no están.

Ahora con más prisa abrimos la recámara mía pero no hay nadie, los muebles están tirados, los sillones cortados y varios rastros de disparos, hay sangre hasta el cuarto de baño.

Pero dentro de este nadie se encuentra, No hay persona alguna aquí y si alguien lo estuvo tomó una toalla del pequeño closet para detener la hemorragia, la mojó en el lavabo manchado de sangre y volvió a salir.

Seguimos a los cuartos de visitas pero es el mismo resultado, el último piso es nuestra última esperanza pero se encuentra vacío.

Nos miramos aún sin entender que pudo haber pasado con ellos.

Vete a la Mierda (#malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora