Vete a la Mierda (#malec)

Rico

Magnus

Llegamos al aeropuerto y lo saco del auto cargando, sigue echo taquito, entro al avión y le grito al piloto.

- ¡Australia!

Empieza a trabajar al igual que las azafatas, llevo a Alexander a un asiento, lo destapo hasta la cintura ya que no quiero que le vean las piernas y no trae pantalón, le trato de poner el cinturón con los nervios al cien, él sujeta mis manos.

- Magnus

- ¿Qué?

Está sonriendo burlón

- Estoy bien.–Me pone un beso tronado en los labios.- estamos bien.

Logro abrocharlo por fin y me siento también en lo que despegan checando por la ventana si no nos sigue nadie.

Una vez en el aire no soporto más que me esté viendo tan intenso, me cambio al asiento de al lado, le suelto el cinturón y lo cargo en mis piernas, se acomoda y suspira, beso su cabello, me tiene comiendo de su mano, no hay nada que no haría por este hombre.

Ninguno habla pero no es necesario, es un silencio tranquilizador y relajante, muevo el respaldo hacia atrás un poco y abrazado a él me duermo.

- Señor...

- Sshhhh.

Le hago señas que no hable alto a la azafata para que no despierte a Alexander.

- Lo siento. - me dice en susurros.- necesitamos saber en donde aterrizar, estamos cerca del continente.

Saco despacio mi celular y marco a Ragnor, responde al primer tono.

- ¿Dónde?

- Pásame al piloto.

Le doy el teléfono a la chica para que se lo lleve al piloto, se va y Alec se remueve en sueños, lo observo dormir hasta que la chica me pasa de nuevo a Ragnor.

- Bane

- Sabes eso estuvo cerca, estamos tomando todos otro avión para alcanzarlos, haremos escala en varias partes para confundir a la ley.

- ¿Nadie nos vio salir?

- Un oficial, pero dijo que fue un chico con una alfombra.

- Uff.

- Si, ¿Alec está bien?

- Está dormido.

- Vale, ya tendré gente para ti cuando lleguen, los llevarán a la casa de seguridad que acabas de comprar.

- Ok, gracias.

- ¡MAGNUS BANE DANDO LAS GRACIAS! ¡CHICOS ESTO ES ÉPICO!

Se escuchan gritos y chiflidos de todos en el otro lado.

- Nos vemos ahí.

- Vale.

Cuelgo, Alexander me está viendo muy concentrado.

- ¿Qué?

- Debes dejar de gastar en mi.

Me regaña

- No

Me niego a darle cosas simples

- Magnus, no puedes comprar una casa cada que la policía me encuentre.

Sentencia con lógica

- Claro que puedo, soy asquerosamente rico.

Se ríe

- Está bien, No te discuto eso pero no es necesario tanto lujo.

Lo beso muy intenso.

- Claro que si, lo mejor para mi bebé.