Quinto día: La verdad

568 39 55
                                    

Souichi se sintió terriblemente avergonzado, no sabia por que, pero igualmente estaba completamente feliz, su alma volvió a llenarse, todo se iluminó de repente, volvió a tener sentido

-¿Senpai? ¿Por qué?

-Morinaga, y-yo, ¡Lo siento!, ¿de acuerdo?, lo siento, lo siento mucho

Morinaga estaba emocionado, sorprendido, no supo que decir, y tan solo hiba a volver a llamarlo cuando el celular fue arrancado de sus manos por su madre que de inmediato colgó. Souichi se quedó con la boca abierta al escuchar el tono de la llamada finalizada ¿Morinaga no le perdonaba? ¿Acaso era demasiado tarde? ¿Morinaga le había colgado?.

-¿Qué haces?, ¡devuelvelo!

Grito furioso, su madre tenia una seria en ese momento, no se sorprendió ante el grito de su hijo o al menos no lo demostró

-No, ese chico es un verdadero problema, el no te merece, te hizo mucho daño y por como llegaste es claro que no le interesas, dijo que lo perdonarás, quizá solo sintió culpa, ¿Crees que ahora te quiere?, no seas ingenuo cariño, por tu bien no deberías tener el celular

-¿Que sabes tu? ¿Cómo puedes decir eso?, no lo conoces, nisiquiera me conoces a mi, devuelveme ni celular, ahora

-Cariño, dejame cuidarte

-¡No!, dame el celular, por favor

Su madre extendio el celular a él, solo para dejarlo caer justo frente a sus ojos, el celular se rompió un poco, pero nada serio, el se apresuro a recogerlo pero antes de que su mano llegara a él, ella dio unas fuertes pisadas con su tacón, aún con una pose de dama, el celular recibió una llamada de Souichi antes de quedar finalmente apagado, e inservible, Morinaga estaba furioso, pero su corazón estaba un poco feliz, Souichi le había llamado, no una, sino dos veces, levanto el celular roto y se dirigió a su habitación, sin decir nada más,  ya estaba planeando ir a comprar un celular o algo, no quería esperar a que Souichi se arrepintierra, no lo haría.

Souichi estaba con el celular en las manos, marcando por doceava vez, estaba frustrado, decepcionado, triste, molesto, quizá Morinaga ya no lo perdonaría, tenía razón, lo había perdido, eso pensó hasta que Isogai que volvía con un algo en las manos, mencionó burlón

-Quizá algo le sucedió al celular de Morinaga, tu deberías tomar un viaje ¿No crees Souichi?

Le mostró dos pasajes con destino al pueblo natal de Morinaga, Souichi le miro confundido

-¿Por qué dos?

-¿No me digas que estas esperando dejarme aquí?¿después de que viaje tanto por ver como termina esta historia?

-Nisiquiera pienses que te llevare, eres el colmo

-¿Significa que irás?

-Tengo que hablar con el

-Entonces no acepto un no como respuesta, después de todo yo pague, te acompañare solo por si te arrepientes

-¡Ey! ¿Ahora tengo que cargar contigo?  Tks, que pésimo trato

-Oh, vamos no será tan malo, vamos, anda que nos va a dejar

Subieron, y Souichi casi podía sentir a Morinaga subir igual, casi podía verlo triste cuando subió hace ya cinco días, casi podía ver su corazón roto, y ahora aquí hiba el causante de su sufrimiento, el había sido quien causó su dolor, casi podía ver que no querría verlo, sentados, viendo a la ventana, preguntándose constantemente que haría, que diría, ¿que haría Morinaga?,  fue buena idea traer a Isogai, quizá su corazón no aguantaría, necesitaría un doctor pronto, Isogai podría llevarlo entonces, que ridículo, pensar en desmayarse ahora, cuando faltaba tanto tiempo para encontrarlo, y sin embargo sentía que ni podía estar más cerca de el, ya podía verlo, ya podía verse a si mismo con el, al fin, quizá todo acabaría bien o terminaría peor de como empezó.

El motivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora