Octavo día: ¿Ahora que?

633 47 25
                                    

Llegaron al hospital del pueblo, Souichi dejo de hablar a la mitad del camino, su respiración se volvió lenta, y se sostenía del asiento al mismo tiempo que se tocaba en las costillas con la otra mano, tenía los ojos cerrados y estaba quejándose constantemente, sus cejas pasaban de fruncir a una inevitable expresión de dolor, al llegar bajaron del auto con la intención de ayudar a Souichi a poder ingresar al hospital, Morinaga lo sostuvo con cuidado pero Souichi lo empujó levante con las pocas fuerzas que poseía y dijo con voz apenas audible

-No me quedaré aquí

-¿Ah?

-¿Qué pasa por que no lo bajas Morinaga?

-Senpai, venga sostengan de mi

-Te digo que no me quedaré aquí

-Pero, ¿Por qué?

-Quiero ir a casa

-No podemos llevarlo, esto es una emergencia Senpai, por favor sostengame

Souichi sostuvo su brazo solo para poder mirarlo de frente, pequeñas lágrimas caían de sus ojos, estaba dolido, le dolía horriblemente todo el cuerpo

-No puedo, no quiero, no quiero quedarme en este lugar, quiero irme, vámonos, no estoy tan mal, puedo aguantar el viaje

Morinaga quito un cabello de su rostro

-Senpai, yo te cuidaré, nadie entrará a molestarte, no permitiré que nadie te haga daño, pero por favor, necesitamos internarte, por favor

-Es ridículo y...

-Lo sé, Senpai es un hombre bastante fuerte, pero no puedo soportar verlo así, tan mal, tan golpeado y además tan desconfiado, confíe en mi, ¿si?

Isogai se acercó y ayudo a Morinaga a sacar a Souichi del auto, para entrar al hospital

-No tengo dinero

-Eso es ridículo Senpai, pensar en esas cosas ahora

-Yo pagaré muchacho

-¿De verdad padre?

-Claro hijo, pagaré todo

-No, tonterías, no permitiré que nadie pague nada, Isogai ira por mis ahorros y...

-Senpai, por favor deje que nosotros nos ocupemos de todo

-...

En cuanto entraron un par de enfermeras se apresuraron a ir por el, se asustaron ante el hombre tan herido que llegaba, Morinaga soltó la mano de Souichi sin pensar pero Souichi no quiso soltar la suya, se separó de manera dolorosa y lenta pero siempre disimulada, los tres hombres lo vieron irse con las enfermeras, Isogai estaba más tranquilo de al fin llegar al hospital dio un fuerte suspiro, el padre de Morinaga se dirigió a llenar el papeleo preguntando constantes cosas a su hijo, y Morinaga se quedó de pie otro momento, recordando aquella mirada que le dedicó Souichi al ser alejado de sus brazos, si, se le veía más en paz, pero en cuanto lo alejaron su mirada cambio, desapareció el ceño fruncido de dolor, y los quejidos, incluso estiró un poco la mano en dirección a ellos, para terminar por soltar la mirada asustada que hizo sentir infeliz a Morinaga, esa mirada, ese hombre tenia miedo, estaba aterrado, totalmente asustado, pero no del hospital ni de las heridas, eran dolorosas pero el podía sentirlo, estaba asustado de la gente, Morinaga pudo notarlo cuando las enfermeras se acercaron, las miro con terror, se mantuvo calmado, pero Morinaga pudo notarlo, Souichi tenia miedo.

Souichi tenia miedo, el no podía darse todavía del todo, pero estaba realmente temiendo por la gente, cuando vio a las enfermeras acercarse a él se asustó, no pudo evitarlo, le pareció que todos en el hospital sabían quien era, que venía de lejos para buscar a Morinaga y de repente le pareció que todos lo juzgaban, le pareció que en cualquier momento alguien llegaría y lo golpearia, que le insultaria, y no podría defenderse esta vez, estaba demasiado adolorido, su rostro dolía, sus piernas dolían, todo dolía, y dolía en exceso el recordar como temía por su vida momentos atrás, el temor que sintió al sentirse acorralado, al sentirse pequeño, Souichi tenía miedo, si, pero sabía que Morinaga no permitiría que nadie le lastimara, si Morinaga estaba el estaba bien, pero... ¿Quién protegería a Morinaga? ¿Y si llegaba alguien cuando Morinaga estuviera solo? ¿Quién lo protegería? ¿Isogai?, ¿su padre?,¿y si no estaba?, Souichi no lo sabia, pero si algo le pasaba a Morinaga el sin pensar en el dolor ni en nada se arrastraria hasta ahí y lo defendería, sacaría fuerzas y lo defendería con uñas y dientes, nadie podía evitarlo nisiquiera él.

El motivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora