El Jungkook era el culiao más bueno pal carrete y pal webeo que podía existir.
Por una serie de hechos místicos, terminó pelándose con el TaeHyung (un hueón del liceo más rico que la cresta), pero su relación no es del todo normal y les terminan pas...
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❀ Jeon JungKook
Estaba sentado en un paradero esperando al Jin. Habían pasado como tres G11 y dos H14 y el weón aún no llegaba. Tiré la cabeza pa' atrás y me pegué con uno de los fierros culiaos que habían. Me volví a sentar correctamente, o sea, en posición de indio, y seguí esperando a mi amigo, que más que mi amigo parecía mi mamá.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo, así que miré a todos lados para asegurarme de que podía sacarlo sin que me lanzearan.
TaeTae ♡
Ggukie, ¿podemos vernos mañana? Es algo importante:(
Me asusté más que la chucha con lo de es algo importante, así que respiré hondo y le respondí.
Jeongguk-ah♡
Sí wawa, yo también tengo que decirte algo medio importante que decirte, amor.
Desde hace como una semana habíamos comenzado a decirnos apodos más melosos que la conchetumare, así como: amor, cariño, bebé, cosito, abubú y weás.
TaeTae ♡
Ya cosito, mañana nos vemos. Te amo ♡ .
Jeonggukie-ah ♡
Ya, te amo más wawa.
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El Jin había llegado como hace cinco minutos y ya se había puesto a ordenar todo y a retarme por cualquier weá.
— ¡Pero Jungkook, weón! ¿Cómo chucha dejai esto tirao' aquí? Lo podí pisar y caerte y quién sabe, caerte y romperte un brazo y no poder tocarle más el poto al Tae.— dijo para después tirarme una tapa de desodorante en la cara. Igual decidí guardarlo, quería seguir tocándole el poto a mi futuro pololo.
Mi amigo —y mamá a la vez— se sentó a mi lado después de dejar todos los rincones de la casa limpios.
— Ya, ¿pa qué me queriai?
— Mañana quiero pedirle pololeo al Tae, pero no sé como.
El Jin como que se sorprendió y se quedó pensando. En ese mismo momento se me aparecieron un angelito con la cara de la Taeyeon y un diablito con la cara de la Ámber en cada hombro. Ahí recién me di cuenta de que estaba medio cagao del mate.
— Puta, Jungkook, no sé cómo ayudarte... ¿qué wea te pasa? —me preguntó y dejé de mirarme los hombros, pa mi que parecía que había entrao en la pálida.
— No nada... creo que ya sé qué hacer. ¿No que teníai que ir a ver al Namjoon?
Y apenas dije eso, salió corriendo de la casa sin ni siquiera despedirse.
