Convivencia hogareña

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Capítulo extra N°1

Bryan P.D.V.

-¿Sabias que eres un ególatro?

-¿Por quererte solo para mí?

-Es que todo siempre gira a tu alrededor- Dijo Zoe mitad molesta y mitad divertida.

-Discúlpame por no querer que un tipo te mire tu perfecto culo que me pertenece.

-1) Tienes una obsesión con mi trasero 2) Ya, supera tus celos. Tenemos 26 y 3) ¿era necesario pegarle una piña?

-En mi defensa, tenía intención de tocarlo.

-¿Ahora eres psíquico?

-Es lo que yo haría. Era muuuuy probable que él lo intentara.

-En cualquier momento me voy y te dejo.

-Te recuerdo que estamos en un crucero, sobre el mar.

-Eso no me impediría ir a la habitación de otro hombre.

La tomé de las manos y la empujé, para que quedara acostada sobre la cama de dos plazas. De un movimiento, me posicioné sobre ella, encerrándola entre mis brazos y besándola.

-Pero no besaría como yo- Le dije presumiendo de mi talento.

-Pero ese alguien tendría el privilegio de tocarme el culo.

-Golpe bajo. Con algo tan sagrado no se juega.

-No juego sobre cosas tan serias. Aunque pensándolo bien, me quedo contigo. Tienes otras cosas que ofrecerme- Agregó con cara pervertida y al instante entendí.

-Servicio al cuarto- Dijo una mujer joven entrando al cuarto- Oh disculpen. Si quieren les dejo la comida a un lado. Oh espero a que terminen.

¿A que terminemos? ¿No sería morboso y asqueroso?

-Espere señorita- Por favor no... -¿Qué pedimos exactamente?-Dijo Zoe. Estoy muerto.

-Un kilo de chocolate, dos docenas de panqueques con dulce de leche, una docena de roscas con caramelo, una torta de chocolate con chocolate extra y cuatro chocolatadas.

-¿Todo eso es gratis?

-No.

-¡BRYAN!

Ash P.D.V.

-Amoooorrr.

-Eres un pesado, ¿lo sabías?- Le contesté ya cansada. Esta es la cuarta vez que me llama, ¿cúal es el problema? Simple, mientras yo estoy haciendo contactos desde mi celular, esto no tiene que ver con que no haya pagado mis multas de tráfico- él permanece recostado sobre nuestra cama. 

Nunca pensé que iba a ser tan duro vivir con alguien. Para empezar, nunca pensé que viviría con Dylan. Puede que no nos hayamos llevado muuuuuuuuuuuuuuy bien en el pasado -que le haya roto una pierna y fracturado el brazo no prueba nada, es solo intuición.

-Y por eso me amas. Recuerda que prometiste ayudarme, después de todo, tú fuiste la que casi me quiebra dos de mis costillas- Me reprochó mi amadisimo novio.

-Fue en defensa propia. Intentabas matarme.

-Que te presente a la nueva mascota no quiere decir que quiera matarte.

-Vale aclarar que la nueva mascota es una lagartija de medio metro.

-No es una lagartija, es un camaleón y se llama Rufus.

-¿Quién le pone Rufus a un camaleón?- Es inhumano que hagan eso.

-Pues yo. Además, no tienes mucho de que quejarte, tu conejo se llamaba Pato- Ambos levantamos los tres dedos centrales y repetimos al mismo tiempo:

-Descanse en paz.

Resulta que si tu enemigo a muerte atropella a tu conejo llamado Pato, obtienes una mascota nueva y un nuevo novio. Aunque una cosa no compensa a la otra, ya que Pato me quería más que Dylan.

Recuerdo que una noche luego de la graduación, Dylan llegó borracho a mi casa. Lo peor de todo fue ver en cámara lenta como Pato se salía de su casita y corría bajo las llantas del coche del chico. 

Se preguntarán como fuí capáz de perdonarlo, resulta que la mejor compañía de una chica que llora por haber perdido a su mascota, es un chico borracho que llora por haber atropellado a la mascota de la chica en cuestión. 

No recuerdo mucho de esa noche, pero dentro de mis flashbacks que van y vienen, recuerdo estar enterrando a mi pobre conejito con una pala junto con Dylan, en el patio. Tomar algo, seguramente poco inofensivo. Llorar mucho. Y bueno, luego no puedo seguir nombrando ya que no es apto para todo público.

¿Quién lo diría? Un día nos tiramos literalmente ponche en nuestra vestimenta de gala por la graduación, y al otro estar compartiendo una cama.

-¿Me lo traerás?- Interrumpió mis pensamientos.

-Perdona, ¿qué necesitas?

-Una leche chocolatada con torta.

-¿Recuerdas la última vez que toqué la cocina?- Pregunté queriendo evitar volver a pasar por aquel día.

-Como no. Estuve internado y no se si fue peor el estar intoxicado, o el haber inhalado tanto humo. Me costó mucho pagar por todos los muebles quemados. Siguen mas cosas para agregar a la lista de cosas por las que me debes favores.

-Pero yo pagué la sala y los tratamientos que exijía el hospital.

-1) Era lo menos que podías hacer, ya que estaba en ese estado y lugar por tu culpa y 2) yo pagué la mitad.

-Porque compartíamos casa y en nuestro trato, ambos coincidimos en que debíamos compartir gastos.

-Si a los dos nos sirve y en lo que a mi respecta, solo yo fui el que tuvo que pasar una semana completa en una estúpida camilla de hospital.

-Con mas razón, tú lo tendrías que haber pagado.

-TU ME INTOXICASTE Y QUEMASTE.
Emily P.D.V.

-¿Cómo conseguiste mi número?
-Tengo mis contactos- Ni que fuera tan importante.

-Scott, dimelo.
-Eleanor.

-MENOS MAL QUE ERA MI MEJOR AMIGA. ¿A CUÁNTOS MAS LE HABRÁ DADO MI NÚMERO? PODRÍAN SECUESTRARME. QUIZÁ QUIERAN MATARME.
-Emily, estás pasando mucho tiempo con Mía. Relájate.

-Tienes razón, dejaré de visitarla tan seguido. ¿Tienes algo que hacer hoy?
-Paren el mundo. Emily James me está invitando a una cita.

-Wow, frenate y bájate del caballo. Solo pregunté si tenias algo que hacer hoy.
-Pues... no.

-Bien, me reenplazarás como niñera. Tienes que cuidar a la pequeña de la familia Williams.

***
HOLIWIS
Aquí les dejo mi intento de capítulo.
Besosososooss

Not Just Any Love *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora