Hasta el último latido.

1:

Narra Nau:

Bajo a desayunar. Mi madre besa mi frente mientras hace el desayuno y sonrió.

-Buenos días mama-sonrio.

-Buenos días-sonrie y me da el desayuno.

Desayuno.

-¿Vas a quedar con tus amigos?-me mira.

-Si-murmuro.

-Ya sabes que me parecen unas malas influencias-reprocha.

Son mis amigos y son buenos-suspiro.

-Ya-se cruza de brazos.

-No quiero discutir de buena mañana-me levanto.

-Ni yo-dice sería.

Friego los platos. Subo arriba y me doy una ducha, odio que hablen así de mis amigos. Cojo las llaves. Salgo de casa y voy a una cafetería, no a tomarme algo si no a estar solo.

-Hey tío-me da la mano.

-Ey-le saludo.

Se sienta delante de mí. Pide una cerveza y me mira.

-¿Que?-le miro.

-¿Estas solo? ¿Hoy no quedas con los demás?-pregunta.

-No, hoy me apetece estar solo-bebo de mi zumo.

-Podrías ser más amable-dice cortante.

-Ya sabes cómo soy, no me gusta serlo-le miro.

Suspira, sé que odia que sea así.

-Lo siento-suspiro.

-Tranquilo-se hecha para atrás en la silla.

-Hey-se sienta-¿Que hacéis?

-Hablar-rie.

-Si-dejo el vaso encima de la mesa.

-¿Al final que acabaste haciendo con esa tía de anoche?-me mira y ríe.

-No paso más allá de unos simples besos-ruedo los ojos.

-¿No te acostaste con ella?-se sorprende.

-No-bufo.

-Pues estaba buena-rie.

-Lo se pero no quería-respondo cortante.

-Virgen hasta el matrimonio-bromea riendo.

Le cojo del cuello de la camiseta.

-Si soy virgen o no es cosa mía-digo a centímetros de su cara.

-Vale, vale-suspira.

Termino mi zumo. Salgo de allí y me voy con mis amigos.

-Ey-me saludan.

-Hola-los miro.

-¿Una cerveza?-me enseña el botellín.

-No, sabes que no puedo-me encojo de hombros.

Asiente con la cabeza.

-Sabéis que mis padres adoptaron a una niña, ¿No?-nos mira.

-Si-le miramos.

-Pues se ha empeñado en venir-suspira.

-Seguro que es una pelmaza-sopla.

-No te creas-rie.

-No deberías juzgar sin conocer-le miro.

-Exacto-sonrie.

Los miro, son un par de idiotas pero me caen bien. Me preguntó cómo será esa chica.

NARRA NEUS:

Termino de maquillarme, me miro en el espejo y decido quitármelo, nunca me ha gustado pero quería arreglarme un poco aunque pienso que así voy bien.

-¿En serio vas a ir con tu hermano?-me mira.

-Si-la miro.

-Ya sabes que no me gustan sus amigos-se cruza de brazos.

-Y ya sabes que a mí me da igual-respondo sacándola de quicio.

Suspira.

-Por lo menos come algo antes de irte-sale.

-Está bien-suspiro.

Bajo, me preparo un sándwich. Me lo como viendo la televisión mientras ella me mira.

-Quiero que tengas cuidado-agarra mis manos.

-Que si-como.

-Ya sabes lo que puede pasar si vas a ciertas horas de la noche por andar sola-me mira.

Dejo lo que queda del sándwich encima de la mesa. Me quedo seria, muy seria.

-Callate, sabes que odio que me hables así, como si no supiera cuidarme en esta sociedad machista de mierda-respondo cortante.

-Lo siento hija-suspira.

-Déjalo, te has pasado-murmuro.

Se queda callada. Cojo mi móvil y mis cosas y voy con mi hermano.

-Hola-los miro.

Todos se giran al verme, ruedo los ojos . Apartó a un tío que está sentado y me siento yo.

-Oye, ahí estaba yo-dice serio.

-¿Nunca has oído el dicho de quien se fue a Sevilla perdió su silla? Pues te acaba de pasar a ti-rio.

Gruñe, se levanta y limpia su pantalón.

-Si no fueras una chica te partiría la cara-bufa.

-Perdona pero eso es de ser un machista, puede que tenga más fuerza que tú y no por el simple hecho de ser una chica. Pero claro, si son dos chicos no se tendría en cuenta eso-los miro mal.

Le dejó sin palabras. Le cojo un cigarro a uno, le enciendo y le doy una calada y subo la música.

-¿Ya has vuelto a pelear con mamá?-levanta la ceja.

-Si pero a estos no les importa mi vida-digo sería.

-Podrías ser más amable-me mira.

-Eso mismo te dije yo a ti esta mañana-rie.

-Tal para cuál-le sigue.

Ruedo los ojos, son una panda de idiotas, le quitó a uno la cerveza y bebo, bebo para olvidar la vida de mierda que tengo.