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Narra Nau:

La miro, sus ojos están hinchados y rojos de tanto llorar. Paso mi dedo pulgar por sus mejillas para limpiar sus lágrimas.

-Ya está-murmuro.

-Es que me duele verlo así...

-Lo se, pero el encontrará alguien mejor que esa... Mujer y será feliz, ya lo verás-sonrio.

-Tienes razón-murmura.

Dejo un suave beso en su frente y revuelvo su pelo.

-¡Oye!-exclama riendo-¡Mi pelo!

-¿Sabes que?-la miro sonriendo-

-¿Que?-me mira.

-Estás preciosa así, toda despeinada y riendo, por favor, nunca dejes de hacerlo por muy mal que te vayan las cosas.

-¿El que?-me mira con una sonrisa demasiado tierna en la que yo inevitablemente me pierdo.

-Sonreír, estás preciosa cuando sonríes.

Se ruboriza, se tapa la cara con las manos y sonríe.

-No hagas eso.

-¿El que?-rio-

-Decirme esas cosas, ¡haces que me ponga roja!

Río. Le quitó las manos de la cara y sonrió.

-Es la verdad.

-Si tú lo dices te creeré.

-Así me gusta-rio.

-Creído-rie más.

-¡Oye!-me hago el ofendido-

Me giro dándola la espalda, me abraza por detrás y me mira.

-¿Te has enfadado?

-No-sonrio.

Giro un poco la cabeza para mirarla, sus ojos chocan con los míos haciendo que un zoológico pase por mi estómago. Tengo la sensación de que ella también siente lo mismo. Nos quedamos en silencio, no es un silencio incómodo, al contrario.

-¿Sabes que?-sonrio.

-¿Que?

-Al principio me caías mal pero ahora me caes genial, por cierto, tuve un dolor horrible de espalda por haberme tirado al suelo ese día.

-Lo siento-me mira.

-No pasa nada-sonrio.

Me vuelve a mirar a los ojos y yo también, no sé qué me pasa pero cada vez que pasa esto todo desaparece y quedamos solo ella y yo.

NARRA ADEXE:

Llamo a su timbre, la puerta se abre despacio y entro dentro. Todo está en completo silencio.

-¿¡Hola?!

Alguien me agarra de los hombros por detrás haciendo que me asusté. Me giro y chocó con su rostro.

-Me has asustado.

-Lo siento-rie.

-A lo que íbamos, ¿que quieres?

-Oh vamos, ¿me vas a tratar así después de todo lo que hemos pasado?

-Tienes razón, debería tratarte peor.

Me separo de ella, la miro con odio mucho odio.

-Oh vamos, solo fue un error.

-¿Un error?¿Te recuerdo que estuve en la cárcel por tu culpa-la empujo.

-No me empujes, ya sé que estuviste en la cárcel por mi culpa, pero he venido a pedirte perdón.

La miro furioso, ¿quién se cree que es?

-Lo nuestro se acabó.

-¿Por un error?

-Un error muy grave.

-Tu has conocido a alguien.

-No te importa.

Me mira, se sienta en el sofá y frota sus manos.

-Me voy.

-¡No!

-Adiós.

Vuelvo a ponerme la chaqueta, salgo de allí dando un portazo y suspiro. Creo que me he quitado un buen peso de encima. La pantalla de mi móvil se ilumina, un mensaje de Alexa aparece en el "¿Podemos vernos? La respondo que si. Voy a su casa y llamo al timbre, ella sí que es una buena chica.

-Ey.

-Hola, pasa-sonrie.

Paso, su casa está desordenada y eso me sorprende porque la primera impresión que me dio fue que era muy ordenada.

-Siento el desorden, estaba…limpiando.

-No te preocupes-sonrio.

Me siento con ella en el sofá y la miro.

-¿Pasa algo?

-Quería contarte algo, perdón pero no sabía a quién acudir, perdí a todas mis amistades por culpa de Diego...

-Tranquila.

Agarro sus manos, las acarició suavemente y la miro. Ella empieza a contarme la historia tan surrealista que ese hombre la ha contado, no me puedo creer que ese hombre este engañando así a su propia hija.

Hasta el último latido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora