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NARRA NAU:

Mi cabeza da vueltas, todo a mi alrededor se ve borroso. Cierro y abro los ojos varias veces para intentar que esto pase un poco.

-Por fin despiertas.

-¿Que hago aquí?-murmuro.

-Tuviste un accidente con la moto…

-¿Y ella?

Se queda callado, eso no me da muy buenas sensaciones. Le zarandeo.

-Para, aún estás débil-me agarra.

-¡No, quiero saber dónde está ella!

-¡Que pares, necesitas descansar!

-¡Que me sueltes!

Intento levantarme, aunque aún estoy demasiado débil consigo mantenerme en pie. Pablo me lleva en una silla de ruedas por insistencia mía.

-Hermanita…-murmura.

-Neus…

La miro, tiene cables por todo su cuerpo y una mascarilla de oxígeno. Cierro los ojos recordando el accidente.

-Tranquilo, se pondrá bien.

-Todo ha sido culpa mía.

-Es del conductor que circulaba por el carril contrario.

Suspiro, agarro su mano y la acarició.

-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, antes estaba muy hundido, sin ganas de nada y llegaste tú y me las devolviste. Desde que me tiraste de aquella silla. Aunque hemos discutido últimamente nos hemos llevado muy bien, te quiero-murmuro.

Siento que se mueve un poco, quizás sea una ilusión por las ganas que tengo de verla bien.

-Quiero estar con ella.

-No puedes, está en cuidados intensivos, nos hemos colado para verla ¿Recuerdas?

-Si-murmuro.

-¿Quieres que os dejé solos?

-Te lo agradecería.

Sale a la puerta, mientras vigila. Dejo un suave beso en su frente y suspiro.

-Despierta, vuelve conmigo aunque sea solo para discutir, por favor-suplico.

Me siento frustrado al ver que ni siquiera reacciona cuando le hablo. Me hecho para atrás y respiro hondo. Quiero que se ponga bien, ¡Joder! Estoy a punto de dormirme, tengo demasiado sueño cuando un pitido hace que abra los ojos, otro pitido seguido de otros más largo, cuando entran los médicos me hechan.

NARRA NEUS:

Estoy en un lugar con una luz blanca que impacta directamente con mis ojos.

-¿Hola?

-Cariño...

Mi corazón da un vuelco y mi pecho se encoge, me giro lentamente dándole cara a quien me está hablando.

-Hija-sonrie.

-Mami.

Mis ojos se inundan, corro hacia ella, aunque parece que cada vez que me acerco ella se aleja más y más. 

-Mami, te echo de menos.

-Lo se hija.

-Quiero estar contigo-lloro.

-Lo se hija pero aún te queda mucho por vivir.

La miro, se transparenta, creo que esto es un sueño o me estoy muriendo. Intento agarrar su mano pero se traspasa.

-Cariño, hoy no es tu hora.

-Mami, no te vayas.

-Hija, algún día me tendrás para siempre.

Suspiro, me siento en el suelo y paso mis manos por mi cabeza. De repente vuelvo a verlo todo negro, es como si hubiera vuelto a la vida.

NARRA ADEXE:

Miro hacia la puerta, nadie sale, ni dice nada. Me vuelve loco no saber nada de ellos.

-Ya estoy aquí.

-¿Como están?

Toma aire y me mira.

-El está bien.

-¿Y...ella?

-Casi la perdemos porque alguien desenfucho la máquina de oxígeno pero logramos recuperarla.

Asiento.

-Voy a ver a mi hermano.

-Está bien.

Entro en su habitación. Le miro, está mirando por la ventana, se cree que no se qué está preocupado.

-Hermano.

-Hola.

Se limpia las lágrimas, me siento a su lado y pongo mi mano en su hombro.

-Casi la pierden-murmura en un hilo de voz.

-Pero está bien.

-Como le pase algo me muero.

-Alguien desenchufo la máquina de oxígeno.

Asiento.

-El.

-Si, sospecho de el.

La rabia parece consumir le, aprieta los puños pero le agarro sentando lo de nuevo. Ese imbécil no tiene ningún escrúpulo.

Hasta el último latido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora