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Narra Neus:

Todos me miran, parece que ahora soy un mono de feria al que mirar.

-¿Que miráis todos?-rueda los ojos.

-Es raro que estés aquí y no con tus amigas-me mira.

-¿Tienes algún problema con eso?-digo borde.

-No, no-responde.

Ruedo los ojos, se sienta a mi lado y me mira.

-Me parece que eres un poco mal educada-dice serio.

-Y tu imbécil-digo cortante.

-Sergio, deja a mi hermana en paz anda-le miro.

-Solo estaba hablando con ella-se cruza de brazos.

-¿No le has oído?-digo.

Suspira, se levanta y el mismo chico de antes vuelve a sentarse a mi lado.

-Soy Nau-me mira.

-Vale-ruedo los ojos.

-Que borde-rie.

-Me da igual lo que me digas-ruedo los ojos.

-Está bien-dice serio.

-No pareces igual que ellos-le miro.

-¿Lo dices por mi físico?-me mira mal.

-No, no, me refiero a que tú no te haces el chulo para acercarte a alguien-sonrio.

-Nunca me ha gustado hacer eso-rie.

-Me caes bien-sonrio.

-Y tu a mí-sonrie.

Asiento. Después de estar un buen rato con ellos vuelvo a casa. Veo a mi madre que por lo que parece me estaba esperando.

-Hija-la miro.

-¿Que?-dejo las llaves en la mesa.

-¿Dónde has estado?-suspira.

-Con ellos, te lo he dicho-me hago algo para cenar.

-Siento mucho lo que te dije antes-murmura.

-Olvídalo-suspiro.

Subo a mi habitación, dejo el bolso colgado en la puerta y me siento en la cama observando mi habitación. Es rosa, como casi todas las niñas quieren. Con muchas muñecas y también con coches que le quitaba a mi hermano porque mis padres no querían comprarmelos. Una habitación de niña que parece que fue feliz no. Miro el tercer cajón de mi mesita de noche, fotos y recuerdos de mi anterior vida están ahí.Miro el tercer cajón de mi mesita de noche, fotos y recuerdos de mi anterior vida están ahí. Me pienso en sí abrirlo o no. En este momento miles de recuerdos están inundando mi mente

Narra Nau:

Los miro, están riéndose, al parecer le partieron la cara a uno ayer.

-Me piro-me pongo mi chaqueta.

-¿Y eso?-me mira.

-¿Te vas ya?-pregunta.

-Si-los miro-mi madre me está esperando, quedaron para comer con unos amigos.

Asienten, me giro pero me chocó con alguien.

-Mira por donde vas-dice serio.

Has sido tú el que estaba detrás de mí cuando me he girado-respondo borde.

-Callate-grita.

Ruedo los ojos, le rodeó y salgo del recinto donde estábamos. Oigo unos pasos por detrás de mí pero no les doy importancia hasta que siento que alguien me gira y empieza a darme un golpe tras otro.

-¡Cogerle todo lo que lleva!¡Vamos!-grita.

Se van cuando ya han conseguido lo que querían. Me levanto y camino como puedo con el miedo de que esos tipos puedan volver. Paso por la casa de Pablo y decido llamar. Su madre y yo siempre nos hemos llevado muy bien y estoy seguro de que ella me ayudara.

-Dios mio-se lleva las manos a la boca.

-Lo siento, me han dado una paliza y no quería preocupar a mi madre-suspiro.

Me ayuda a entrar, me lleva a su habitación y cuando me ayuda a sentarme en su cama logro ver que tiene esparcidas en ella muchas fotos. Vuelvo a mirarla, no tiene el mismo aspecto que cuando la he conocido, está mucho más frágil.

-Tienes que aguantar el dolor-me mira.

Asiento, mientras me va curando doy varios gritos y gruño, parece ser que a ella le hace gracia.

-Ya esta-vuelve a dejar el botiquín en el baño.

-Gracias-sonrio.

-De nada-se sienta a mi lado.

Esta chica me resulta bastante extraña, casi nunca sonríe, parece que le han dañado mucho en el pasado.

-Oye, ¿quienes son la pareja de las fotografías?-miro las fotografías.

Se tensa, mira al suelo y se queda en silencio, un silencio que llega a darme miedo.

Hasta el último latido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora