Cameron se levantó inmediatamente muy nervioso.
Cameron: -¡Señor, No es lo que piensa! ¡Ella se me lanzó encima y...
Robert: -Cameron, nos explicaste el incidente en la limusina y te creímos...pero ¡esto!
Cameron: -¡Se lo juro! ¡Yo tomo enserio mi trabajo!
Robert: -¡Amber! ¿Es cierto lo que dice Cameron?
Amber: -Papi yo me quité la ropa para bañarme y justo cuando iba a entrar al baño, él se me lanzó encima y yo grité.
Cameron: -¡Eso no es verdad! ¡Tú te me lanzaste a mí!- se defendió.
Robert: -Dallas, no quiero que esto esté pasando en el internado todos los días.
Cameron: -No será así, usted sabe como es su hija y como soy yo. Conoce la fama de cada uno, por favor.
Mi padre me miró dudoso y miró a Cameron.
Robert: -Amber ¿Te gusta Cameron?
Amber: -¿Qué?
Robert: -Ven- salió de la habitación, yo lo seguí.
Amber: -¿Qué pasa?
Robert: -No me engañes, princesa.
Amber: -¡¡Papá!! ¡No me gusta! ¡Lo odio!
Robert: -¿Y por qué tan pasión con ése ''odio''?
Amber: -¿Cuál pasión?
Robert: -Hagamos un trato.
Amber: -Amo tus tratos, siempre gano algo caro- sonreí.
Robert: -Ve al internado voluntariamente...
Amber: -Ok, nada vale eso...-me volteé.
Robert: -¿Ni vivir sola con Caro en cualquier país que quieres?
Amber: -¡¡¿Es enserio?!!- me emocioné.
Robert: -Si- me tomó de las manos- Tú vas a ése internado y te estás ahí durante seis meses y cuando salgas te financio cada centavo que necesites para vivir sola.
Amber: -¿Qué tal si no acepto?
Robert: -¿Te quieres quedar aquí sola mientras Caro está en el internado?
Amber: -Ok, está bien...iré.
Robert: -Admite que vas porque no quieres dejar de ver a Cameron- me hincó las costillas.
Amber: -¡¡Papá!!- me volteé y entré de nuevo a la habitación, y sí, seguía semi-desnuda. Cameron estaba sentado en la cama, me miró cuando entré, hice un gesto con mi mano fingiendo un látigo y sonreí, Cameron rodó sus ojos. Me di un baño y me envolví en la toalla, al salir me vestí con un lang negro, un sweater gris justo arriba de mi ombligo y unas botas de taco alto.
Cameron: -Wowow, Tranquila que no vamos a un casino de tu ciudad adorada.
Amber: -Cierra esa linda boquita o te clavaré un tacón en el ojo.
Cameron: -¡Que tierna!
Tomó mis maletas y salimos en la limusina, hasta que llegamos al aeropuerto privado de la familia.
Entramos y me acomodé dentro. Noté que sólo viajábamos Cameron y yo, esto iba a estar bueno.
Amber: -¿Seguridad?
Cameron: -No creo que te lances del avión, pero por si acaso nos deshicimos de los paracaídas.
Amber: -No importa si Chino Hills me da la bienvenida con una balacera sino que me suicide en un avión.
Cameron: -Eres más peligrosa que un ataque terrorista.
Amber: -Gracias.
Cameron: -¿Ya habías viajado en esto?
Amber: -¡No! ¡Odio volar en esas cosas diminutas!
Cameron: -No me dormiré, no vaya a ser que asesines al piloto y pilotees al avión a una isla desierta.
Amber: -No vuelo jets...-me levanté.
Cameron: -¿Dónde vas?
Amber: -Cameron ¿Eres cuero?- me agaché a la par de su asiento.
Cameron: -¿Perdón?- Dí una carcajada.
Amber: -Esto será divertido.
Cameron: -Siéntate.
Amber: -¿Cuántas horas son de vuelo?
Cameron: -Una hora y media ¿Por qué?
Amber: -No es mucho pero igual debemos buscar algo que hacer.
Cameron: -¿Qué quieres hacer?
Amber: -¿Empacaste mi caja de objetos personales?
Cameron: -Tu madre hizo las maletas.
Amber: -Bien- fui a traer la maleta y de él saqué un juego de cartas.
Cameron: -¡No me digas!
Amber: -Póker...pero a mi estilo.
Cameron: -¿Apostando virginidades? No, gracias.
Amber: -¡No seas tonto! Ven, siéntate.
Se levantó y nos sentamos en el piso.
Amber: -Apostamos confesiones.
Cameron: -Está bien. Reparte.
Repartí las cartas, yo era un as del póker, era uno de mis hobbies.
Como imaginé gané la primera ronda.
Amber: -Ok, dime ¿Qué confesión tienes para mamá?
Cameron: Me gustan los colores de sostén que usas- rió.
Amber: -¿A quién no?
Volví a repartir, jugamos y gané.
Cameron: -De pequeño dormía entre las chicas del internado.
Amber: -¡Wow! ¿Qué edad tenías?
Cameron: -Como cinco o seis.
Amber: -¿Por qué es sólo de chicas?
Cameron: -Hay uno de chicos al lado de el de chicas, pero nunca los dejan juntarse, hay mucha seguridad de camino de uno al otro. Las chicas no se han atrevido a cruzarse, aunque sí algunos chicos pero no lo logran.
Amber: -Osea que están bien cerca.
Cameron: -¿Puedes volver a repartir?
Volví a repartir y de nuevo gané.
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Niña Mal
أدب الهواة**Primer libro de la Saga de Niñas mal** Las fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. A mis cortos 17 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonar...