Parte XlV

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Fecha de publicación:  13 de febrero del 2019

Fecha de publicación:  13 de febrero del 2019

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Recuerdo haber llegado a los 18 años al internado, tenía una idea de que había pasado. Tuve que madurar, tuve que empezar a ver todavía más por mis hermanos y mi hermana.

No iba a negar que eso era un infierno, por supuesto que no, para muchas de las mujeres de aquel lugar pensaron que estaba divertido por sus caras, pero no era así, al principio si, era divertido pero después fue un asco. Estaba harto de que las mujeres me miraran como si les pudiera pegar la lepra, pero nada que ver, yo solo era un joven que buscaba que sus hermanos y hermana estuvieran bien.

Durante esos años viví grandes experiencias, en su mayoría felices, pero no fue del todo cierto. Muchos padres criticaban a Madame Carter y eso me hacía enojar, ella era una gran maestra y una gran madre por así decirlo.

Viví varias aventuras y varias cosas horribles, supe lo que fue ser ignorado y evitado como si llevara la peste, pero eso jamás me importó.

Durante diez años en aquel internado pude ver a mis hermanos crecer, los vi reír, pelearse entre ellos, llorar y ver todo lo que pasaban, no me molestaba, pero lo único que si me preocupó durante los primeros dos años ahí, fue que olvidaran a papá y a mamá, pero después me dio igual, me convertí en el padre de mis hermanos y hermana, no por solo ser el mayor, si no porque me gane aquel privilegió.

Cuando tuvimos que volver yo ya estaba graduado, ya era un doctor, el más joven debo aclarar, varios hospitales deseaban que yo estuviera ahí con ellos, pero el tiempo de volver se hizo pronto y en un abrir y cerrar de ojos yo ya estaba en aquella lúgubre mansión.

El volver ahí trajo los peores recuerdos y a la vez los mejores, pues en aquella casa mis hermanos, mis luces y motivo de vivir habían nacido, pero algo ocurrió, hay algo que me ha carcomido el Alma por un largo rato y es que yo se el motivo por el que nos mandaron al internado.

Mamá engañaba a papá

Nunca se lo dije a nadie, no es que no tuviera el coraje de hacerlo, todo lo contrario, yo quería hacerlo pero Alexandra me dijo que si decía algo, nos iba a separar a todos, por eso callé y no me arrepiento ya que mis hermanos hubieran sufrido.

Cuando volvimos a casa o bueno si es que a eso se le puede llamar casa, las cosas estaban como siempre o bueno como yo recuerdo, Frank y Alexandra nos ignoraban, algo que desde mi perspectiva ya era normal, el problema fue cuando anunciaron el tan esperado "Compromiso".

Yo sabía que la avaricia, arrogancia y narcisismo de mis padres eran grandes, pero, ¿Comprometernos? Eso debería ser un pecado y uno muy grande. Después de su dichosa fiesta donde anunciaron ese horrible asunto, nuestras prometidas y prometido estuvieron ahí.

Estaba enojado, demasiado enojado, ¿Cómo se atrevieron a comprometer a mis hermanos y hermana? Conmigo por ser el mayor podían hacer lo que quieran, pero con ellos no, me sentía impotente hasta que llegó nuestra salvación, la abuela.

La abuela era sin lugar a duda una mujer de fuerte carácter y solo nos demostraba cariño a nosotros, recuerdo haber escuchado a Frank decir que cuando llegó Alexandra todo cambio, no lo comprendí al inicio hasta que nos contó los secretos.

Fue un sábado, después de que literalmente nos robaremos a Kenny de la mansión Rogers.

Cuando la abuela nos contó todo yo me sentí mal, yo ya sabía que Alexandra estaba engañando a Frank, pero jamás me imaginé que ella no era realmente nuestra madre.

Ahora todo encajaba. Como de la noche a la mañana era una mujer fría, solo le importaba el dinero, solo le importaba estar en la alta sociedad y fue que un relámpago de recuerdos llegó a mi.

Los hermosos recuerdos de aquella mujer dulce que nos cantaba y jugaba, todo eso había cambiado después de que Dave nació, cuando ella murió.

No se porque Frank nunca nos dijo la verdad, creo yo y se que es el pensar de los hermanos, haber preferido crecer sin madre en vez de aquella mujer, pero ya nada se podía hacer.

Mis hermanos sospecharon de lo que me estaba pasando y les dije, pensé que se iban a enojar pero no fue así, me comprendieron, se dieron cuenta que yo no podía asfixiarme con lo que estaba pasando, era un secreto muy grande y entendían como me sentía al pensar que los podía perder.

Los demás secretos que se nos fueron revelados fueron un gran alivio no teníamos porque estar comprometidos, así que ideamos un plan para el compromiso, este iría viento en popa, pero habría una sorpresa.

El día de la boda estábamos todos listos, nuestros trajes estaban impecables, el único defecto que había ahí era que no nos gustaba el motivo de usarlos o bueno, no los ocupariamos en los que muchos creen. Mi hermana en cambio se veía hermosa, mi dulce y pequeña Ivette irradiaba una luz que la hacía ver como el mismo sol, llevaba un vestido blanco como se acostumbra, pero pegado al cuerpo con una apertura en la espalda, algo que a decir verdad hizo que nos quisiéramos matar.

Cuando estuvimos juntos y listos bajamos al jardín, ahí estaban todos esperando, ¿No lo he mencionado? Si nos vamos a casar, pero con las personas que realmente amamos.

Llegamos a donde se haría todo, nuestro amado internado, Frank y Alexandra querían que fuera en el mismo lugar que donde estaba el internado. Cuando estábamos todos listos y esperando a que todo iniciara aparecieron las chicas y él.

Todas las amigas que habían hecho, de ellas solo cinco, más Emma, Eva, Natalie y Natasha estaban ahí con ropa Blanca mientras que hasta atrás estaba Drake.

Cuando nos acomodamos todos, Emma quedó con Dave y si, mi hermano menor se casaba antes que nosotros, con ellos dos estaba Jake quien nosotros ya sabíamos era Gay, se iba a casar con Drake Carter quien estaba feliz de estar con mi hermano.

Cuando acabaron de casarse festejamos, y sonó mi celular, todos callaron cuando contesté y lo puse en alta voz.

- ¡¿Dónde están?! Se tienen que casar, la boda debió de haber iniciado desde hace tres horas y no aparecen -

Ese fue el grito que dio mi Alexandra, todos los presentes nos vimos y reímos para gritar que dos de nueve ya estaban casados.

Después de eso todo fue divertido, cuando volvimos a casa pedían una explicación por haber dejado a las señoritas y a Derek. Nosotros dijimos todo hasta que se pusieron con sus cosas, no me quedo de otra más que sacarlos de la casa, se que no debí haber hecho eso pero no iba a controlar a mis hermanos.

¿No les he dicho? De eso ya pasó cinco años, ahora mismo yo soy quien se va a casar, me casaré con Elizabeth Ryder una compañera que fue durante mucho tiempo mi compañera en el hospital hasta que nos hicimos novios y nos comprometimos, soy el doctor más reconocido y ayudo a mis hermanos en la empresa.

Ahora estoy aquí, en el altar esperando a la mujer de mis sueños, a mi dulce pelirroja que es psicóloga.

A Elizabeth mi prometida, mi todo.

𝐋𝐨𝐬 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐌𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora