XX. Terreno minado

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Namjoon enreda una y otra vez con absoluto cuidado los dedos entre las hebras rojizas. Jimin llega con una taza caliente y dulce de una infusión de hierbas relajante de las que guarda Seokjin para los periodos de estrés. Ambos comparten miradas preocupadas, abrumados de ver a alguien tan brillante como Hobi apagado y con los ojos en algún punto fijo, con las rodillas recogidas, luciendo como una adorable y frágil bolita.

Acompañan en silencio. Namjoon estuvo escuchando toda la descarga de angustia y tendiendo pañuelos hasta verlo quedar con las energías reducidas y pequeño en ese rinconcito del sofá. Confirmó su sospecha de años, su amigo está enamorado de Yoongi, cargando en silencio con los sentimientos. Aguantando y reprimiendo.

También sospechaba que en algún momento iba a explotar como campo minado, solamente bastaba con dar los pasos exactos y aquí tiene el resultado de sus temores.

-Puedes usar mi cama -sugiere Namjoon y Jimin asiente, los dos pueden resistir una noche en el estrecho sofá.

Hoseok niega reacomodándose, aún encogido y en el rincón. A Jimin le recordaba a las arañitas asustadas.

-Traeré frazadas -menciona el rubio, sabe que están guardadas en lo alto del armario, aunque nada que una silla no le permita alcanzar. Quiere que su novio descanse después del "me duele el culo" y el puchero tras despertar de la siesta.

El pelirrojo por fin decide estirar sus extremidades agarrotadas y coge la taza con la infusión tibia, intenta que pase por su garganta, siente que todavía no se deshace aquel nudo desagradable que le quita el aire, pero ya no se ahoga como al principio cuando las palabras se atascaban.

Agradece que sus dongsaengs solo se hayan limitado a escuchar sin hacer preguntas y sin aconsejar, únicamente acompañando con sus respiraciones tranquilas. No necesita que le recuerden que literalmente salió huyendo, corriendo a trompicones por la escalera. Menos que le digan que deberá enfrentar a Yoongi, porque lo sabe mejor que nadie. De momento no está preparado para mirarlo sin querer llorar por la estupidez que hizo.

Tantos años de autocontrol para tirarlo todo por la borda apenas hubo cercanía. No era la primera vez que estaban a menos de un palmo de distancia. Ahora entiende cuando comentaban que bastaba un segundo para arruinar algo y pensaba que era un decir exagerado. "¿Cómo? Si un segundo es muy poco". Lo arruinó en un segundo y continuó saltando sobre las trizas cada fracción de tiempo que su boca permaneció unida hasta su llegada al apartamento ajeno.

¿Qué estaría pensando Yoongi? Quiere, y a la vez no, saberlo.

No es como si en tantos años no hubieran algunos conflictos y discusiones con su hyung, con la salvedad que nunca duraban más de un par de días, si es que no unas cuantas horas antes de compartir miradas arrepentidas, cabezas gachas y a veces Yoongi abría los brazos y Hoseok lo envolvía firme.

-Puse a Yoongi hyung en una situación incómoda -susurra bajito cuando Namjoon le avisa que le dejará dormir.

-Bueno, hyung, ¿qué hay de ti que has estado en situaciones incómodas por bastante tiempo? -dice comprensivo y acompañado de una caricia en el pelo rojo y brillante.

Quiso rebatir y decirle que voluntariamente se puso en situaciones incómodas, asumía su responsabilidad en aquello. Nadie lo forzó a fijarse en Yoongi y menos al voto de silencio, a reprimirse. Simplemente había definido sus prioridades en la relación y mantener la valiosa amistad que compartían era la primera. Un enamoramiento perfectamente podía quedar relegado a segundo plano.

Y así lo creía hasta ahora, pero bastó un sencillo segundo para que sin pensar se abalanzara a los labios de su hyung. Incluso evoca el tacto suavecito y tibio, el aroma ligero del café y el sutil sabor el azúcar.

Cliff's Edge [TaeJin/NamMin/YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora