XII. Expuesto y subestimado

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Para Namjoon es extraño estar sentado frente a padres que no sean los suyos o de sus tres amigos cercanos. Tuvo escasas relaciones estables y conoció a pocos padres de sus parejas. Recuerda que fue en sus años de instituto cuando su cabello era un conjunto de dreadlocks que capturaron la mirada desaprobatoria de los ex suegros. A la familia de Jimin no parece importarle su cabello morado.

Además de sus padres están unos tíos que vienen de Busan a pasar lo que queda de la semana. El señor Park sonríe y dice que hay espacio para todos. Pese a las muchas interrogantes y ojos curiosos, le hacen sentir bienvenido y con los nervios a flor de piel a la vez. Intenta con todas sus fuerzas no romper nada, no voltear ningún vaso, ni chocar con algún mueble y tirar de paso algún adorno.

El plan original era pedirle alojo a Hoseok, pero Jimin se adelantó diciendo un: —Puedes quedarte en mi casa, Namjoon hyung.

—¿Estás seguro...

—Ya les he hablado de ti a mis padres y me preguntan cuándo podrán conocerte —lo miró con expresión adorable de "por favor, hyung" y negarse no fue opción.

No es como que no imaginara que en algún momento conocerían a sus familias. Sus planes con Jimin son algo a largo plazo. Uno muy largo si es posible. Aunque no pensaba que sería tan pronto y que tendría que mirar al rubio cuando su madre preguntó "¿Y él es...?" sin saber exactamente cómo autodenominarse.

—Mi hyung.

Seguido a otras frases como "nos han hablado de ti", "¿cómo se conocieron?", "nos han dicho que eres uno de los estudiantes prodigiosos de la facultad", "¿están saliendo?". Con esa última pregunta, en medio de la confusión y habiendo preferido hablarlo primero con Jimin, porque la relación pese al tiempo no tenía nombre, impulsivamente terminó afirmándolo con un y su dongsaeng sonrió tan amplio que sus ojitos desaparecían tras los párpados.

Ayuda a Jimin a armar el sofá cama que tiene en su habitación y la Señora Park llega con frazadas dobladas entre sus brazos. Aunque la verdad sea dicha, todos en la casa saben que una pareja de jóvenes terminará bajo el mismo cobertor. Es el hermano quien con una sonrisita ladina dice un: —No sean bulliciosos.

Namjoon nota que el calor comienza a quemar sus mejillas. Las del pequeño rubio están iguales o más rojas.

—Entonces...—inicia alargando las vocales— ¿Estamos saliendo?

—Hace bastante, solo que no lo hemos hablado —extiende sus manos y Jimin las sujeta—. En realidad, esperaba que me lo dijeras —confiesa con cierta timidez y aún el sonrojo notorio.

—Esa es mi línea —reclama tirando de él para acercarlo a su cuerpo.

Comparten miradas y sonrisas antes de un beso. Unen sus labios y sincronizan movimientos lentos, sensación blanda y tibia que absorbe a ambos. Aprietan sin fuerza y todavía no se sueltan las manos. Un beso que guarda cierta inocencia y mucho cariño.

—Conocerte ha sido lo mejor que me pudo haber pasado —si algo tiene que transparentar Namjoon es eso. Pese a las consecuencias desencadenadas por sus miedos, mirar aquellos ojos brillantes de tan cerca y probar sus labios gruesos hace que todo valga la pena.

Jimin es fascinante. Trata de verlo más allá que con su filtro de persona enamorada, más que su aspecto adorable y bonito que encanta a quien se cruza con sus ojos sonrientes. Es tenaz, entregado y apasionado, dulce y un amigo confiable, perfeccionista y exigente. Piensa que es hermoso por dónde se le mire.

A veces cree que son una combinación un poco desastrosa. Entre los tropezones de Jimin y sus manos destructivas pueden potenciar el caos.

—Deja de robar las frases que yo debería decir —se queja con un puchero y Namjoon no duda en morder el abultado labio inferior—. ¡Hyung...! —es silenciado por la lengua que delinea y entra. La recibe, la encuentra con la suya y se deja fundir.

Cliff's Edge [TaeJin/NamMin/YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora