Un seul Café/Terminada

3. Sentimientos

Marinette sentía una ola de nervios en ese instante, había aceptado —Aún y con sus nervios— La invitación de aquel joven de cabellera rubia.

Veia por la ventana, Adrien fijaba su mirada en el camino pero por el retrovisor observaba a su acompañante.

«¿Adrien que estas haciendo? Ella apenas te conoce... ¿Estara tan nerviosa como yo lo estoy?»

Se cuestionaba en su mente el ojiverde, tan solo habían compartido algunas palabras el día anterior y ahora ella estaba sentada a su lado.

–Oye Mari...– Trato de hablar con total confianza.

Ella aparto sus ojos de la ventana para mirar al que se encontraba a su lado, algo nerviosa pero poniendo su total atención.

–Dime, nunca me contaste esto ¿Estudias alguna carrera? Ya sabes, dedicarte a algo además de la cafetería.

Ella sonrió para después negar con su cabeza y comenzar a hablar.

–No yo... Yo deje mis estudios hace dos años por situaciones económicas, mi abuela me ayudo un poco pero poco despues compro ese local.– Hablo la azabache con una pequeña sonrisa adornando sus labios– Me quedé encargada de la cafetería una vez que mi abuela se fue de París ya que no podía quedarse tanto tiempo– Dijo la azabache con un tono algo decaído.

Adrien noto rápido su semblante, tratando de sacar otro tema con tal de que su acompañante se relajará, pero antes de que pudiera hablar ella le dijo que detuviera el auto, ya que había llegado a su destino.

–Adrien... Quiero agradecerte de verdad, no tenias que hacer esto– Hablo entre una pequeña risa.

–No te preocupes, fue todo un placer– Respondió él con una sonrisa mientras veía como la joven salía del auto.

Al cerrar la puerta frente a ella, se despidió con un leve movimiento de su mano, él correspondió y una vez ya afuera, camino lentamente para entrar al departamento de Alya con sus llaves de repuesto.

Al entrar Marinette y cerrar la puerta tras de sí, soltó un leve suspiro.

–¿Se puede saber quien era ese chico?– Alya preguntó, quien ya se encontraba en frente de ella con sus brazos cruzados y una sonrisa algo pícara.

–¡Alya!– Grito sobre exaltada –Veras él ... Él es...

La morena al ver el estado nervioso de su amiga, no dudo en soltar una carcajada. Para después caminar hasta ella y pasar su brazo detrás de la espalda de la chica.

–Vamos Marinette, cuéntame ¿Desde cuanto salen? Y además ¿Por qué no me lo contaste?– Dijo despreocupadamente mientras fijaba sus ojos.

Marinette junto sus manos algo nerviosa, jamás había estado en una situación tan incomoda para ella. Casi siempre las había evitado cuando Alya se encontraba cerca de ella, pero solo había pasado de improvisto.

–Bueno... Él es... Lo conocí ayer por la tarde en la cafetería– Habló la ojiazul separándose de su amiga dando algunos pasos al frente sin mirarla– Pero tranquila, no es nada serio él solo...

Alya se encogio de hombros y formó una mueca con sus labios al escuchar lo que su amiga había soltado.

–Mari... ¿No crees que ya es tiempo?– Pregunto mientras se acercaba a ella y la tomaba de los hombros– Quizá es el momento de que conozcas a alguien y... No lo sé ¿Juntes cabeza con alguien?

Marinette volteo a verla algo decaída para después asentir con una leve sonrisa pero pronto ese asentimiento se convirtió en negación.

–Apenas lo conocí y no creo que él sea al que yo espero... Además, despues de lo que paso hace unos años con... Ya sabes quien... Dudo que pueda volver a pasarme algo como enamorarme– Respondió Marinette sintiendo un nudo en su garganta.